วีดีโอ

¡Me vendría de perlas, Andrés, para dar un empujón al canal! 😅

¡Me encanta que sea así, Emilio, muchas gracias! A ver si consigo engancharte al canal para un par de lustros 😅

Encantadísimo por lo que me dices, Juanjo, y agradecido por mi parte. Te diré que el método que utilizaba Jung para sacar afuera el inconsciente era agarrar un sueño o un complejo del paciente y amplificar su contenido a base de preguntarle sobre lo que significaba para él cada elemento de ese sueño o ese complejo a analizar. Así iba conjuntando las piezas que iban saliendo no en un sueño ni en un día, sino a lo largo de la terapia, hasta conseguir tener una narración explicativa de lo que había debajo o detrás de esos sueños (esa serie de sueños) o de esos complejos o vivencias traumáticas. Uno mismo puede hacer algo al respecto escribiendo un Diario de sus emociones y, si es posible y uno se acuerda (yo prácticamente no me acuerdo de ningun0), de los sueños. ¡Saludos cordiales!

Me alegro mucho, César, de que mis explicaciones te hayan servido de algo en ese sentido que dices. Me hace sentir que no sólo propongo reflexiones, sino que tienen aplicaciones prácticas. ¡Un saludo cordial!

Hoy me iré a la cama con un subidón gracias a tus palabras. Suscribo tu opinión sobre el contenido del vídeo. Desde luego éstos son temas que me parecen del máximo interés, aunque hay que descorcharse un poco el cerebro para atreverse a reflexionar sobre ellos, que no todos parecen tenerlo fácil. Un abrazo.

Muchísimas gracias, Armando. Me animan mucho tus palabras y me hacen sentir que voy por buen camino. ¡Saludos!

Sartre, a diferencia de Kafka, no conoció a su padre. En ambos la figura del padre no cumplió cabalmente su papel de encaminar al hijo, haciendo sentir a éste que viene de una tradición, y, por el contrario, hacerlo sentirse desarraigado. Las consecuencias, de una u otra forma, son casi fatalmente desarreglos en la personalidad.

Y sin embargo, Alejandro, como te decía en los comentarios a otro vídeo, somo paradójicos: siempre aspirando a algo más a la vez que deseando tener un lugar al que volver y repetir.

Efectivamente, como yo suelo decir, la vida consiste en ir conjugando paradojas.

Es cierto, Enrique: mi trabajo para prepara el vídeo supuso bastante esfuerzo dedicado a intentar ordenar las ideas para que el conjunto no resultase demasiado agobiante, porque el tema en sí es realmente complejo. Pero ya has comprobado que, efectivamente, es un tema de mucho interés.

Es verdad que muy a menudo se entiende que la "personalidad" que se encierra en nuestro inconsciente es más sabia y hasta preferible que la que tenemos aquí, en el ámbito tridimensional, pero es fácil llegar a la conclusión de que esta vida que aquí llevamos a cabo la tenemos por alguna razón que la hace prevalecer sobre la que discurre en nuestro inconsciente... que no "discurre", porque no dispone del tiempo ni del espacio. Estamos haciendo del ser que somos en el inconsciente otro ser con vestidura espacial y temporal: esa es nuestra tarea.

Quizás, Javier, fuera el asco que previamente sentía hacia el mundo el que configuró su físico. Ortega decía que "el alma esculpe el cuerpo".

@ellectordeortegaygasset es muy posible, tuvo la oportunidad, como todo ser humano, de traer belleza al mundo y eligió lo contrario. Sí, un alma podrida.

Quizás se refiriera ese profesor al pensamiento racionalista, que es, precisamente, aquel que constituye la raíz del pensamiento utópico, según Ortega. ¡Buen Domingo, Martín!

Gracias a ti por tu atención, Rodolfo.

Efectivamente, @moi.alvarez, todas las culturas han concedido gran importancia a determinados sueños; desechaban la mayoría, pero sabían detectar aquellos que tenían especial importancia. Es nuestra actual cultura occidental la que ha desdeñado lo que esos sueños puedan querer decir, y los tratan como meros residuos desordenados de la vida diurna. Jung (también Freud, aunque de manera bastante contrapuesta a él) consideraba que los sueños son la vía regia al inconsciente. Éste emite sus mensajes a través de un lenguaje simbólico que Jung interpretaba apoyándose en sus exhaustivos conocimientos de simbología y mitología. De todas formas, el inconsciente se manifiesta de muchas otras maneras: premoniciones, extrañas intuiciones, fenómenos paranormales, inspiración creativa, en forma de ayuda a montañeros o personas en situaciones límite... y seguirle la pista es o debiera ser uno de los motivos del mayor interés intelectual para toda persona curiosa. Gracias a ti por el interés que tú si que muestras, no sólo a éste sino al conjunto de mis vídeos.

Gracias a ti, Julieta, que eres mi seguidora más fiel y que siempre tienes a mano palabras amables.

Gracias a ti, Hernán, por tu interés. Es verdad que Jung mostró gran curiosidad por las culturas primitivas, porque ellas sí que hacían caso de lo que el inconsciente emite. También es cierto que éste es un campo abonado para la superficialidad y la charlatanería, así que hay que tener cuidado y saber detectarlas, que no es tan difícil. Cuando Jung encontraba, por ejemplo, un sueño significativo, primero buscaba amplificar el contexto de lo que quería decir el sueño apoyándose en informaciones personales del individuo en cuestión; y después derivaba hacia el simbolismo de las imágenes aparecidas en el sueño, apoyándose para ello en su amplísimo conocimiento de la simbología, la mitología y las religiones comparadas. Es verdad que cada época va variando el sentido de los símbolos: lo que antaño era un dragón hoy puede ser un avión, gnomos y hadas han pasado a ser extraterrestres, y el héroe de antaño puede asomar en un sueño como alto ejecutivo. Pero los dinamismos por los que se mueve el alma han permanecido en el fondo constantes. Los que no tenemos la sabiduría de Jung tenemos que conformarnos con dar cauces más estrechos a nuestra curiosidad, pero los temas que por aquí se abren son demasiado interesantes como para desdeñarlos.

Muchas gracias Fernando, me anima que lo veas así. Saludos cordiales desde la meseta castellana, en España.

Estupenda imagen, Gabriel. Aunque hay veces que ese inconsciente es mucho más claro. Me estoy acordando de una experiencia que a mí me fascina: es la que han tenido numerosos montañeros, exploradores o náufragos en situaciones límite, que sienten junto a ellos una presencia salvadora, lo que algunos identifican con el "ángel de la guarda", y que sería una manifestación más de ese inconsciente, que desde su superior perspectiva ayuda a esas personas en situación límite a salir de ella.

Gracias a ti por tu atención, Gloria.

Saludos Gloria

Buenas tardes Julieta.

Con esa intención hice el vídeo precisamente. Saludos Lita.

Saludos desde España, José.

Muchas gracias, Leonardo, por tu agudo e ilustrado comentario, que me obliga a hacerte una detallada respuesta. Ortega y Morente mantuvieron una relación amistosa y afectuosa. Por una familiar de Morente llegué a saber que se visitaban en sus respectivas casas y comían a menudo juntos en ellas. Respecto de cómo era esa relación, te transcribo lo que el hijo de Ortega, José Ortega Spottorno comenta en su libro “Los Ortega”: “Fue en el curso académico de 1908-1909, cuando (Manuel García Morente) conoció a Ortega al seguir sus cursos de la Escuela Superior del Magisterio. En marzo de 1936, con ocasión de las bodas de plata de mi padre con la Universidad de Madrid, escribió: «Yo conocí a don José Ortega y Gasset hace veintisiete años [...] Durante esos veintisiete años la amistad fraternal que nos ha unido no ha sido enturbiada por una sola nube. Han sido veintisiete años de convivencia diaria, de compenetración íntima [...] Puede Ud. suponer lo que para mí ha sido la amistad de Ortega y Gasset. Ha sido por de pronto como el cumplimiento de un hondo deseo, largamente acariciado [...] y es el caso que, desde que le conocí, hube de tributarle esa admiración, mezclada de gratitud, efusión y respeto y que el trato más íntimo no ha logrado embotar. Vi en él, veo en él, el tipo del pensador»”. Los dos se exiliaron a París en 1936, huyendo de la amenaza que sobre ellos cernían los milicianos del Frente Popular. Después sus destinos se separaron, pero mantuvieron correspondencia, como se evidencia en las once cartas intercambiadas entre ellos hasta la muerte de Morente en 1942. Ortega era crítico con la experiencia mística que Morente tuvo en 1937, pero he indagado y no he sabido de ningún documento en el que aparezca que Ortega tachó de “epiléptico” a Morente. Para una mayor profundización de este asunto te remito al vídeo que publiqué en este canal titulado: “El filósofo Manuel García Morente y su ‘hecho extraordinario’”: th-cam.com/video/CksjzEqZpxc/w-d-xo.html Respecto de la relación, para empezar amistosa, entre Ortega y Alfonso Reyes, al parecer sí surgieron tensiones entre ellos a raíz de su disputa sobre Goethe, pero la relación se siguió manteniendo y los desacuerdos no fueron significativos. Y respecto de las depresiones de Ortega, ciertamente podemos decir que hubo una confesada por él mismo. En 1939 Ortega decidió trasladarse por tercera vez a Argentina huyendo de las tensiones políticas en Europa, marcadas por la Segunda Guerra Mundial, y de la situación en España tras la Guerra Civil. Estuvo allí hasta 1942. Sintió cómo el entusiasmo con el que le recibieron en los dos anteriores viajes a ese país había prácticamente desaparecido, especialmente debido a que tácitamente había deseado la victoria de Franco, y de algún modo eso se traslucía, mientras que la opinión de la intelectualidad estaba a favor del Frente Popular. Además, económicamente andaba mal (tuvo que recibir ayuda de su amiga Victoria Ocampo), y aún estaba sin recuperarse del todo de una grave enfermedad que tenía cuando salió de España en 1936. Pero cuando regresó a España (parcialmente) a partir de 1942 se entregó con entusiasmo a sus tareas intelectuales, y si algo, pese a todo, le entristecía es que, en España sobre todo, no se sintió suficientemente acogido, cuando su aspiración había sido, precisamente, dedicar su vida a una labor de enseñanza de las personas cultas fundamentalmente españolas. Así que, pese a que casi elevaría a categoría esa relación que reiteradamente encuentro entre el genio y el trastorno mental, la verdad es que en Ortega no veo que se pueda llegar a esa relación.

Muchas gracias, profesor, por su detallada aclaración. Bien es cierto que nuestro Ortega, con plena conciencia de sí y de los problemas que le aquejaban, ha sabido sortear muy bien el escollo entre el genio y el trastorno mental. Me alegra mucho, por lo demás, enterarme de que usted haya tenido la fortuna de conocer a la familia de Morente. Por último, respecto a la cita sobre la presunta “epilepsia” de Morente, yo la encontré al final del siguiente libro: Valado, O. (2020). “Manuel Garcia Morente Una vida a la luz de la correspondencia inedita con José Ortega y Gasset”. Salamanca: Editorial San Esteban. Saludos cordiales, llenos de gratitud por su atenta respuesta.

Estoy de acuerdo, @catiapb1 . Sin embargo, ello no obsta para que haya habido autores como Rousseau que imaginaban que el hombre natural era una especie de Robinson Crusoe solitario. Y asimismo, el enfermo mental tiende a salirse del mundo compartido y habitar en otro que sólo existe en sus ensoñaciones.

Thank you very much for your opinion. I will take it into account, because searching for images is a costly task for me, and if it also turns out to be counterproductive... I obviously have to think about it.

@catiapb1 Me da la impresión de que usted es de habla portuguesa. ¿Me podría decir si habla español?

Entiendo y respeto que algunas personas prefieran un lenguaje inclusivo para evitar malentendidos o sesgos. Sin embargo, he elegido usar 'el hombre rebelde' en el título siguiendo el uso tradicional de nuestra lengua, donde 'hombre' se refiere en este contexto al ser humano en general, sin distinción de género. Este uso está avalado por la Real Academia Española y tiene una larga tradición en la literatura y el pensamiento, especialmente en contextos filosóficos. En este caso, además, el título hace eco de obras clásicas como El hombre rebelde de Albert Camus, lo que refuerza su conexión con un marco cultural e histórico específico. Mi intención no es excluir, sino mantener el rigor y el significado original del concepto.

Gracias @aspasialara4261.

Muchas gracias a ti, @homonoia78, por persistir con mis vídeos. No tengo miedo a los enrolles: me leo todos los comentarios de p a pa. ¡Otro abrazo para ti!

@@ellectordeortegaygasset Muchas gracias, en verdad que tu canal y la labor que realizas es un verdadero lujo y disfrute. Muchas gracias y feliz semana!

@@homonoia78 Feliz semana para ti también.

Igualmente Rafa

Muchas gracias, @imaginariaemanchanel, por tu apreciación. Efectivamente, creo que vivimos tiempos críticos y conviene reflexionar sobre el significado de los problemas que nos acucian, que es lo que propongo, en general, en este canal.. ¡Un saludo!

o encabronandose...

¿Por qué?

Hola Mirtha. Efectivamente, hay junto a nosotros otra realidad que a veces se cuela de alguna forma en esta otra que nos es habitual. ¡Gracias por tu atención!

Gracias a ti, Enrique, como siempre. Sarre era un intelectual a veces brillante y muchas otras perverso.

Hola Gabriel. Podríamos decir con Jung que la figura del padre es un arquetipo, un disposición preexistente en la mente más allá o anterior al hecho del padre realmente existente. Investimos, pues, al padre real con los atributos con los que ese arquetipo está dotado (de ahí que imaginemos a Dios como un Padre). Si en la realidad no existe el padre, como ocurrió con Sartre, hay una seria dificultad para sentir la fuerza organizadora y la función de guía que realiza esa figura paterna, pero los casos de resiliencia demuestran que es posible.

Tienes razón, Hernán, en que el odio o el individualismo extremo no distingue de clases. Pero yo creo que ambos ramales de la ruptura del individuo con su realidad social (incluso con la realidad en general) encontraron su racionalización en la cultural de la modernidad y la posmodernidad. Según eso, muchas personas han encontrado una vestidura y una dignificación de su odio, de su resentimiento íntimo, en causas revolucionarias, a las que se apuntaron y se apuntan para dar cauce a ese resentimiento, que es previo, que está inscrito en su carácter. Y el individualismo extremo sería el ramal de aquella ruptura con la sociedad que, a mi parecer, resulta más coherente pensar que trasciende de las clases sociales. Respecto de la utopía, Ortega mismo distinguía entre utopías sanas y utopías perversas. La aspiración a lo mejor, sin duda alguna, está inscrita en nuestra genética como humanos.

Hola Pablo. Lo primero: al abrir la presentación que está debajo del título del vídeo y ampliar dando a donde dice "más", se despliega la presentación completa, y hacia el final de ella hay una pestaña que pone: "mostrar transcripción". Al abrir esa pestaña, a la derecha aparece la transcripción de todo el vídeo. Es incómodo, porque lo que aparece es la sucesión de los subtítulos del vídeo, pero al menos son subtítulos que he confeccionado yo (no uno a uno: youtube se encarga de eso), y abarca el conjunto de lo dicho. Pese a su incomodidad, me parece la forma más a mano que tengo de hacer que tengas el contenido escrito del vídeo. Y sí, la idea general es que el hombre rebelde y el extremadamente individualista son los dos modos perversos en que ha evolucionado el hombre moderno, aquel en el que se ha producido una ruptura entre él y su sociedad, incluso entre él y la realidad. También hay otra evolución posible partiendo de un raíz que podríamos decir que es la misma: esa otra posibilidad es la del hombre creativo, que intenta superar la realidad, pero partiendo de ella. Pero culturalmente la rebeldía y el individualismo extremo parece como que estuvieran ganando la partida.

Gracias, @r.ubbens, puesto que entiendo que lo dices en un sentido positivo.