Desde que las autoridades del Premio Nobel obligan a que los nominados de América Latina deben tener, al menos, la nacionalidad de un país "desarrollado", y dada la dificultad que esto representa, en algunos casos terminan dando el premio en forma forzada a otros candidatos finalistas que, en el papel, no tenían los puntos necesarios para ganar. Un ejemplo claro, fue Vargas Llosa. Sabiendo eso, se apresuró a tener la nacionalidad española en 1993 y ganó el premio en 2010. Por eso, hoy es más difícil ver a un latino recibiendo ese galardon.
Desde que las autoridades del Premio Nobel obligan a que los nominados de América Latina deben tener, al menos, la nacionalidad de un país "desarrollado", y dada la dificultad que esto representa, en algunos casos terminan dando el premio en forma forzada a otros candidatos finalistas que, en el papel, no tenían los puntos necesarios para ganar. Un ejemplo claro, fue Vargas Llosa. Sabiendo eso, se apresuró a tener la nacionalidad española en 1993 y ganó el premio en 2010. Por eso, hoy es más difícil ver a un latino recibiendo ese galardon.