🌟EVALUACIÓN DE LA MARCHA🌟

EVALUACIÓN DE LA MARCHA
La evaluación de la marcha en la valoración neurológica es un componente crucial para diagnosticar trastornos neurológicos. Se observa cómo el paciente camina, prestando atención a la postura, la coordinación y el equilibrio. Los profesionales de salud buscan signos de ataxia, que es una descoordinación de los movimientos, o de marcha festinante, caracterizada por pasos cortos y rápidos, típicos en la enfermedad de Parkinson. También se evalúa la presencia de marcha hemipléjica, donde el paciente arrastra una pierna debido a una debilidad o parálisis unilateral, que puede indicar un accidente cerebrovascular o una lesión cerebral.
Durante la evaluación, se le pide al paciente que realice diversas maniobras, como caminar en línea recta, girar rápidamente y caminar con los ojos cerrados. Estas pruebas ayudan a identificar problemas sutiles de equilibrio y coordinación que pueden no ser evidentes en una marcha normal. Por ejemplo, la prueba de caminar en línea recta puede revelar desviaciones que sugieran una disfunción cerebelosa, mientras que las dificultades al girar pueden indicar problemas en los ganglios basales. Asimismo, caminar con los ojos cerrados puede poner de manifiesto deficiencias en la propiocepción o el equilibrio.
Además de observar la marcha general, se evalúan patrones específicos como la marcha talón-punta, que puede identificar debilidad distal en las extremidades inferiores. También se observa la simetría y la fluidez de los movimientos. Alteraciones como la marcha en tijera, donde las piernas se cruzan al caminar, pueden ser indicativas de espasticidad en los músculos aductores, común en parálisis cerebral. La combinación de estas observaciones permite al evaluador construir un perfil neurológico detallado del paciente, facilitando el diagnóstico y la planificación de intervenciones terapéuticas adecuadas.