Viva Quito ciudad española en el Ande
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- เผยแพร่เมื่อ 16 ม.ค. 2025
- Hace 490 años, un 6 de diciembre de 1534, se fundó la ciudad de Quito, que para el siglo XVII fue considerada de primer mundo. Esto se debía no solo a su arquitectura y avances, sino también a la influencia de sus ciudadanos en la Corona Española.
Un ejemplo notable ocurrió el 10 de agosto de 1809, cuando Quito no declaró su secesión de España, sino su lealtad al rey Fernando VII. En ese entonces, José Bonaparte, conocido como “Pepe Botellas” y hermano de Napoleón, pretendía usurpar el trono. Ante la crisis de la monarquía española, los quiteños decidieron actuar.
La tarde del 9 de agosto de 1809, un grupo de ciudadanos firmó un acuerdo para formar una junta de 36 miembros que gobernarían en nombre de Fernando VII. Así nació un nuevo gobierno encabezado por el Marqués de Selva Alegre como presidente y el Obispo Cuero y Caicedo como vicepresidente, ambos comprometidos con proteger los intereses de su legítimo soberano.
Orgullo Quiteño
Estas y muchas otras hazañas del pueblo quiteño son motivo de orgullo. A lo largo de la historia, los quiteños han demostrado ser valientes y de sólidos valores, forjando una identidad única. Las tradiciones que hemos heredado son una manifestación de ese espíritu que nos distingue y nos conecta con nuestro pasado.
Sin embargo, se dice que Quito carece de una identidad claramente definida, mientras que otras ciudades tienen símbolos representativos que las distinguen: la Mama Negra en Latacunga, las frutas y flores en Ambato, el Chagra en Machachi. Esta aparente falta de identidad refleja una tendencia peligrosa a abandonar nuestras raíces en favor de modas pasajeras. Como decía G.K. Chesterton: “Los que abandonan la tradición no escapan hacia la libertad, solo hacia otra moda”.
Quito: Mestizaje y Tradición
El mestizaje es uno de los pilares de la identidad quiteña, uniendo lo mejor de las culturas inca, quitus y española católica. Este cruce de culturas quedó inmortalizado en versos como:
“¡Oh, ciudad española en el Ande!
¡Oh, ciudad que el incario soñó!
Porque te hizo Atahualpa eres grande,
y también porque #España te amó”.
En tiempos recientes, algunos han intentado eliminar esta estrofa, influenciados por la Leyenda Negra, una narrativa que busca desacreditar nuestro origen. Pero debemos recordar que somos el resultado de una alianza cultural, no del odio. Un ejemplo claro de ello es el matrimonio de Sebastián de Belalcázar, el fundador de Quito, con una mujer indígena algo posible gracias a los derechos otorgados por Isabel la Católica, quien garantizó la ciudadanía y el sacramento del matrimonio a los habitantes de América.
El escudo de Quito, regalo del rey Carlos III, y el descubrimiento del río Amazonas son hitos que también llenan de orgullo a los quiteños.
Fiestas y Tradiciones
Quito mantiene tradiciones profundamente arraigadas que reflejan su identidad católica y mestiza. Las fiestas de la ciudad comienzan con una misa en la Catedral, destacando la importancia de la fe en nuestra cultura. También son icónicas la Serenata a la ciudad, las carreras de coches de madera y la elección de la Reina de Quito, una tradición que, a pesar de los intentos de eliminarla, sigue vigente gracias al gran trabajo cultural y social realizado por la Fundación Reina de Quito.
Otro símbolo de estas festividades son las chivas, vehículos coloridos que recorren la ciudad llevando música, baile y alegría. El canelazo, una abrigada, preparada con naranjilla, canela, panela y puntas, se convierte en el acompañante perfecto para las noches frías de Quito, celebrando nuestra herencia culinaria.
Dulces Típicos
Quito también se distingue por su rica tradición repostera. Entre los dulces más emblemáticos están los pristiños, las colaciones, el higo enconfitado, las bebas y, por supuesto, las mistelas.
Las mistelas son caramelos delicados cubiertos de azúcar y rellenos con un chupito de licor, como whisky, puntas, vodka o tequila entre otros. Su origen es tan fascinante como su sabor. En la sociedad quiteña de antaño, era mal visto que las mujeres consumieran alcohol. Para disfrutarlo de manera discreta y con elegancia, crearon este dulce que combina ingenio y tradición. Además, las mistelas eran populares no solo por su sabor, sino también porque ayudaban a combatir el frío y el mal de altura.
La identidad quiteña no debe ser olvidada ni suprimida por modas o ideologías que desprecian nuestras raíces. Como decía Chesterton: “La tradición no es cargar con las cenizas, sino mantener la llama encendida”. Conocer y valorar nuestra historia nos permite caminar con orgullo y sin complejos, recordando siempre que Quito es una ciudad única, con una historia y cultura que merecen ser preservadas. ¡Viva #Quito!
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Viva Ecuador y Viva La Hispanidad❤💛❤