Me gusta pensar que el sonido y el silencio son las dos caras de una misma moneda. De hecho, la música se compone de ambas. No por nada, los antiguos pitagóricos creían que el sonido de la vibración producido por el movimiento de los astros en el firmamento era lo que nosotros percibimos como “silencio”, es decir, la anulación de todos los demás sonidos. Me parece hermosa y significativa la relación de lo anterior con lo que tú nos recuerdas en este video, Diego, que según muchos místicos cristianos, la música y el silencio son las maneras más excelsas para conectar con lo divino. En efecto, creo yo, pues hay aquí un profundo sentido. Gracias por este interesante video y por compartirnos tus experiencias. Saludos.
Notable lo que usted plantea, profesor. Muchas gracias por compartir su valiosa reflexión profesional. Es muy concordante con la detallada narración de Lane del día a día benedictino. La música, efectivamente, se compone de sonido y silencio. Es más, según Lane, el silencio es incluso exacerbado en la música benedictina, al punto que permite una meditación pausada sobre cada palabra, dejando espacio para la interiorización del misterio que se canta. Pero todavía más, a diferencia de la música secular, donde el silencio puede interpretarse como una pausa técnica y requisito físico de la obra, en la música benedictina el silencio tiene un carácter sagrado, es un espacio en el que los monjes pueden “escuchar a Dios”. El tema es super interesante y seguro que produciremos un capítulo para hablar del asunto.
Así es, estimado Diego. He tenido la oportunidad de compartir un par de veces con monjes benedictinos y doy fe de todo lo que señalas. El silencio es vital. De igual manera, muchos santos así lo atestiguan, entre ellos la madre Teresa de Calcuta, quien decía que "Dios es amigo del silencio", y también que "necesitamos silencio para poder tocar las almas". Un abrazo.
Algunos Judíos indican que Abraham, hizo ese ejercicio, ya que sus padres tenían las creencias mesopotámicas y se preguntaba a si mismo "La montaña puede ser dios? no es estacionaria y limitada, La luna puede ser dios? el sol puede ser dios? y a través del razonamiento llego a que ninguna de estas cosas finitas puede ser Dios, que debe ser algo superior a todo lo percibirle, a todo lo finito. interesante la similitud con lo que tú expones.
Que bueno es verificar que la música y el "sonido" del silencio de la misma, además, del silencio de la montaña acompañada por la meditación en ese reino de la soledad son elementos inspiradores y un denominador comun entre los que amamos la naturaleza y la espiritualidad en este grupo. Con respecto a la tradicion apofática, si se me permite discrepo un tanto con ese pensamiento aunque obviamente la respeto. Ya que el Salvador aseguró: "Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado"(Juan 17:3) No son sino pocos los seres del mundo que entienden correctamente la naturaleza de Dios. Por lo tanto; si un hombre no conoce a Dios tarde o temprano tendrá que reconocer que no tiene la vida eterna, porque no puede haber vida eterna de acuerdo con éste principio. De acuerdo con ésto y desde mi humilde opinión, hay tres cosas necesarias para que cualquier ser racional pueda ejercer fe en Dios para obtener la vida eterna. 1- La convicción de que realmente existe. 2- Una correcta idea de su caracter,m atributos y perfecciones. 3-Un conocimiento de que la forma en qué se está viviendo está de acuerdo o en armonía con su voluntad. De esto resulta que un conocimiento del verdadero Dios viviente es el conocimiento de la fe para vida y salvación. Por cierto Diego, muy inspiradora tu reflexión en la montaña. Un abrazo.
Muchas gracias, Ricardo, por este interesante comentario. Es cierto que la tradición apofática ha generado largos debates en teología. Aprovechando sus reflexiones, quisiera traer al ruedo unas palabras de Ratzinger: "Cabe preguntarse por qué no ha hecho Dios un mundo en el que su presencia sea más patente; por qué Cristo no ha dejado un resplandor de su presencia distinto, que a todos les resulte irresistible. Este es el misterio de Dios y del hombre, que nosotros no podemos penetrar. Vivimos en este mundo, en el que precisamente Dios no tiene la evidencia de lo palpable, sino que solo puede ser buscado y encontrado mediante la salida del corazón. En este mundo debemos resistirnos a los engaños de las falsas filosofías y reconocer que vivimos no solo de pan, sino ante todo de obediencia a la palabra divina." Me gusta pensar que lo que hizo el papa en este párrafo es partir dándole un punto a la tradición apofática primero, pero reconociendo que no es suficiente y dándole relevancia a la racionalidad y la aceptación expresa de la palabra divina después. Es como si reconociera que, aunque Dios se esconde, lo hace de manera que sigue dejando abierto el camino para encontrarlo, después del silencio, a través de la razón y la fe, e incluso cambiando el orden de los factores (es decir, primero la fe y la razón en Cristo, y después el silencio contemplativo de esa verdad, que es lo que seguro hacen los benedictinos).
Frio, espíritu. dios, lejanía.... "" LIBRO DEL FRIO "" De Juan Pablo Riveros. " Al crepúsculo de la ultima de hielo quise ir lejos de los limites, y reunir la quietud, lo pacifico en la soledad de un tiempo inexpugnable. Eso era. Cogido por vientos contrarios, necesite asilos por ocasionales y precarios que ellos fuesen. No era el polo, el recorrido era lo importante, Pues había ahí un frio, una huella, una nieve tan inaccesible, que esta pura gota de blancura es un fragmento de aurora, un trozo de oro azul que cada dia se desprende de tu propia Antartica, de tu continente, de tu propia banquiza interior...
San Antonio Abad habla de este silencio que te abre a la experiencia de Dios.
Me gusta pensar que el sonido y el silencio son las dos caras de una misma moneda. De hecho, la música se compone de ambas. No por nada, los antiguos pitagóricos creían que el sonido de la vibración producido por el movimiento de los astros en el firmamento era lo que nosotros percibimos como “silencio”, es decir, la anulación de todos los demás sonidos.
Me parece hermosa y significativa la relación de lo anterior con lo que tú nos recuerdas en este video, Diego, que según muchos místicos cristianos, la música y el silencio son las maneras más excelsas para conectar con lo divino. En efecto, creo yo, pues hay aquí un profundo sentido.
Gracias por este interesante video y por compartirnos tus experiencias. Saludos.
Notable lo que usted plantea, profesor. Muchas gracias por compartir su valiosa reflexión profesional. Es muy concordante con la detallada narración de Lane del día a día benedictino. La música, efectivamente, se compone de sonido y silencio. Es más, según Lane, el silencio es incluso exacerbado en la música benedictina, al punto que permite una meditación pausada sobre cada palabra, dejando espacio para la interiorización del misterio que se canta. Pero todavía más, a diferencia de la música secular, donde el silencio puede interpretarse como una pausa técnica y requisito físico de la obra, en la música benedictina el silencio tiene un carácter sagrado, es un espacio en el que los monjes pueden “escuchar a Dios”. El tema es super interesante y seguro que produciremos un capítulo para hablar del asunto.
Así es, estimado Diego. He tenido la oportunidad de compartir un par de veces con monjes benedictinos y doy fe de todo lo que señalas. El silencio es vital.
De igual manera, muchos santos así lo atestiguan, entre ellos la madre Teresa de Calcuta, quien decía que "Dios es amigo del silencio", y también que "necesitamos silencio para poder tocar las almas".
Un abrazo.
Interesante aporte, muchas gracias.
"I am Nature." Jackson Pollock: Energy Made Visible (1972)
Leer la experiencia de Elías en 1 Reyes 19. Dios no estaba ni en el Fuego ni en el terremoto sino en un silbo apacible y delicado.
No resulta extraño que San Juan Pablo II, fuese un montañista experimentado, imagino cuántas conversaciones con Dios habrá tenido.
Algunos Judíos indican que Abraham, hizo ese ejercicio, ya que sus padres tenían las creencias mesopotámicas y se preguntaba a si mismo "La montaña puede ser dios? no es estacionaria y limitada, La luna puede ser dios? el sol puede ser dios? y a través del razonamiento llego a que ninguna de estas cosas finitas puede ser Dios, que debe ser algo superior a todo lo percibirle, a todo lo finito. interesante la similitud con lo que tú expones.
Que bueno es verificar que la música y el "sonido" del silencio de la misma, además, del silencio de la montaña acompañada por la meditación en ese reino de la soledad son elementos inspiradores y un denominador comun entre los que amamos la naturaleza y la espiritualidad en este grupo.
Con respecto a la tradicion apofática, si se me permite discrepo un tanto con ese pensamiento aunque obviamente la respeto. Ya que el Salvador aseguró:
"Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado"(Juan 17:3)
No son sino pocos los seres del mundo que entienden correctamente la naturaleza de Dios.
Por lo tanto; si un hombre no conoce a Dios tarde o temprano tendrá que reconocer que no tiene la vida eterna, porque no puede haber vida eterna de acuerdo con éste principio.
De acuerdo con ésto y desde mi humilde opinión, hay tres cosas necesarias para que cualquier ser racional pueda ejercer fe en Dios para obtener la vida eterna.
1- La convicción de que realmente existe.
2- Una correcta idea de su caracter,m atributos y perfecciones.
3-Un conocimiento de que la forma en qué se está viviendo está de acuerdo o en armonía con su voluntad.
De esto resulta que un conocimiento del verdadero Dios viviente es el conocimiento de la fe para vida y salvación.
Por cierto Diego, muy inspiradora tu reflexión en la montaña. Un abrazo.
Muchas gracias, Ricardo, por este interesante comentario. Es cierto que la tradición apofática ha generado largos debates en teología. Aprovechando sus reflexiones, quisiera traer al ruedo unas palabras de Ratzinger: "Cabe preguntarse por qué no ha hecho Dios un mundo en el que su presencia sea más patente; por qué Cristo no ha dejado un resplandor de su presencia distinto, que a todos les resulte irresistible. Este es el misterio de Dios y del hombre, que nosotros no podemos penetrar. Vivimos en este mundo, en el que precisamente Dios no tiene la evidencia de lo palpable, sino que solo puede ser buscado y encontrado mediante la salida del corazón. En este mundo debemos resistirnos a los engaños de las falsas filosofías y reconocer que vivimos no solo de pan, sino ante todo de obediencia a la palabra divina." Me gusta pensar que lo que hizo el papa en este párrafo es partir dándole un punto a la tradición apofática primero, pero reconociendo que no es suficiente y dándole relevancia a la racionalidad y la aceptación expresa de la palabra divina después. Es como si reconociera que, aunque Dios se esconde, lo hace de manera que sigue dejando abierto el camino para encontrarlo, después del silencio, a través de la razón y la fe, e incluso cambiando el orden de los factores (es decir, primero la fe y la razón en Cristo, y después el silencio contemplativo de esa verdad, que es lo que seguro hacen los benedictinos).
Frio, espíritu. dios, lejanía.... "" LIBRO DEL FRIO "" De Juan Pablo Riveros.
" Al crepúsculo de la ultima de hielo
quise ir lejos de los limites,
y reunir la quietud,
lo pacifico
en la soledad de un tiempo inexpugnable.
Eso era.
Cogido por vientos contrarios,
necesite asilos
por ocasionales y precarios que ellos fuesen.
No era el polo,
el recorrido era lo importante,
Pues había ahí un frio, una huella,
una nieve tan inaccesible,
que esta pura gota de blancura
es un fragmento de aurora,
un trozo de oro azul
que cada dia se desprende
de tu propia Antartica,
de tu continente,
de tu propia banquiza interior...
Maravilloso poema, gracias por compartirlo.
Algo tiene que ver que el judaísmo cristianos e islam hayan nacido en el contexto geográfico del desierto