Ningún acompañamiento de un ser humano a otro, para el buen nacer o morir, para el buen educar, para el buen aprender de la propia vida nunca es estándar. No puede ser estandarizada y al mismo tiempo necesita de la mayor profundización en la formación para estos distintos procesos de acompañar.
Ningún acompañamiento de un ser humano a otro, para el buen nacer o morir, para el buen educar, para el buen aprender de la propia vida nunca es estándar. No puede ser estandarizada y al mismo tiempo necesita de la mayor profundización en la formación para estos distintos procesos de acompañar.