El extraño retorno de Diana Salazar - Resumen analítico- La dama del relicario 6

Fragmentos de la telenovela El extraño retorno de Diana Salazar copyright Televisa 1988, sin fines de lucro. Interpretada por Lucía Méndez, Jorge Martínez, Alma Muriel, Alejandro Camacho, Patricia Reyes Spíndola, Rosa María Bianchi, Mario Casillas, Chela Nájera, Adriana Roel, Alejandra Peniche, etc. Música incidental Pedro Plascencia Salinas. Fuentes: resumen oficial en TLNovelas y canal Eva Longoria. Resumen analítico, apuntes:
Seguimos con el uso de los objetos “portadores de simbolismo y movilizadores de energías, recuerdos, etc. El relicario va a tener una función importante en toda la novela, lo mismo el cuadro de Leonor y posteriormente el de Lucrecia. (En este video veremos los dos: el relicario original de 1460 para Leonor y la réplica de 1988 para Diana). Todos juntos se van a conjugar en la escena de la cita final del triángulo amoroso con la muerte y el extraño viaje en el tiempo. Triángulo y círculo, los símbolos de la Secta de los testigos del Jordan, donde al final Jordana no parecía estar tan loca.”
Diana ha cortado su relación con Omar San Telmo y Delfina, su madre, no puede ni ver al novio nuevo. Diana se descontrola contra su madre, el abrigo casi la ahorca. Vuelta en sí Diana queda sumida en la confusión, no quiso matarla; pero esto es un punto más para la manipulación mental que Irene y Omar ejercerán sobre Diana más adelante.
Por ahora Irene está muy ocupada con Mónica, la agente de Luther quien le ha robado los expedientes de sus pacientes llamadas Diana. Evidentemente Luther quiere pasar por sobre el acuerdo con Omar e Irene y secuestrar a la médium para sus planes de espionaje industrial. Mónica amenaza los planes de Omar e Irene, pero además es la mujer que merodea alrededor de Mario.
Mientras Irene tiene su atención en Mónica, Diana y Mario siguen su relación sin hacer caso de las recomendaciones de la psiquiatra de Diana. Para ellos es claro que a pesar de nacer todo de un sueño y un retrato, se aman entre ellos. Mario le regala a Diana, frente al retrato de Leonor de Santiago, una réplica del relicario pero que dice “para mi amada Diana”. De una cosa pasan a la otra y terminan teniendo relaciones íntimas, pero más que una relación sexual parece un pacto de amor inquebrantable, eterno. Ese momento tratarán de guardarlo en secreto.
Jordana es enviada a seguir a Mónica que se metió de vuelta en el departamento de Mario. A Jordana le impacta ver el relicario en el pecho de la impía y atrevida Mónica, que de tanto provocarla termina siendo apuñalada por un picahielos. Irene la calma, fue una inspiración divina, ella ha sido el instrumento del poder del altísimo. Es así como Irene recuperó el relicario el que “siendo el instrumento de su perdición, será el de su salvación en esta vida; la alianza entre su pasado y su futuro”.
Diana antes de entrar a su casa se queda a charlar en lo de Nela, la vecina que adora a las Salazar como si fueran las hijas que no tuvo. Es todo lo contrario de Delfina, un amor de persona. En eso, Diana, al pincharse con una espina y ver su sangre, tiene unas visiones: una mano ensangrentada con un elemento punzante, otra mano ensangrentada. No comprende bien hasta que ve el rostro de Mario y se desespera. Nela logra calmarla, Diana no entiende lo que ha visto. En eso vuelven a la charla, de lo bien que está con Mario con quien siente que se han amado durante siglos. Para Nela la providencia lo ha puesto en su camino, existen personas predestinadas. Sin embargo, Diana siente que algo amenaza su felicidad. La buena y piadosa Nela le sugiere a Diana que le pida a la Virgen que los ponga bajo su manto (me recuerda a la madre de Leonor así de piadosa y comprensiva con su hija). Así van y Diana le ruega a la Virgen que bendiga su amor y los proteja; y Nela finaliza “hasta que la muerte los separe”.
Mientras en una reunión literaria, Malena y Gonzalo hablan con otros sobre ficciones. Es una escena muy curiosa que hasta tira pistas de lo que podría tratarse esto y el final trágico de manual. Entre otros citan la obra de Bioy Casares “La invención de Morel”, acertadísima cita con todas las lecturas que se puede hacer de eso. Gonzalo finaliza “la máquina o la imaginación, el resultado es el mismo”. ¿Qué cosas habrá querido decir el “altísimo” con todo esto?
Llega la policía al departamento de Mario y todo apunta, además que no tendrá coartada al ocultar lo de Diana, a que sea señalado el principal sospechoso. Al enterarse Diana, en su afán de salvar a Mario, la embarra contando a la policía que fue la mano de una mujer la que mató a Mónica; pero porque lo soñó, no porque haya sido testigo. Acá importan los hechos, no los sueños. Diana ya empieza a ser fichada para cómplice, más al darse cuenta que su nombre está en uno de los expedientes robados a Irene. Por su parte Irene, quien no sabe aún que Mario está preso, no puede dormir; teme que lo inculpen a él y cometer el mismo error que causó la perdición de Eduardo en la otra vida. Tal vez tenga que salvarlo.