Calesas, quitrines y volantas en Cuba del siglo XIX (short)

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  • เผยแพร่เมื่อ 13 ก.ย. 2024
  • Background music by S. de Funte's "The Volante" by Maestro Marlene Urbay conducting the Florida Chmber Orchestra.
    Música de fondo "La Volanta" de S. de Funte, del album "Memories of Cuba" con Marlene Urbay dirigiendo la Orquesta de Cámara de la Florida.
    CALESA (Del fr. calèche, y este del checo kolesa). 1. f. Carruaje de cuatro y, más comúnmente, de dos ruedas, con la caja abierta por delante, dos o cuatro asientos y capota de vaqueta.
    QUITRIN Carruaje abierto, de dos ruedas, con una sola fila de asientos y cubierta de fuelle, que se usó en varios países de América.
    VOLANTA. f. volante. Coche de caballos de las Antillas.
    El calesero
    Por: de la Oficina del Historiador.
    Tomado de Opus Habana, Vol. I, No. 2, enero-marzo, 19. jueves, 23 de septiembre de 2004
    Durante casi todo el siglo XIX, el carruaje peculiar de las clases acomodadas en La Habana fue la calesa, tirada por un caballo y conducida por un cochero de tez oscura y atuendo llamativo: el calesero.
    Conformaban la calesa una carrocería parecida a la de los cabriolés franceses, sostenida por dos grandes ruedas y con dos largas varas para sujetarse al caballo que montaba el calesero.
    Los caleseros eran por lo general negros de estatura pequeña; su tesoro residía en la juventud, pues transcurrida ésta debían retirarse del oficio. No vivían agrupados en azoteas, traspatios o entresuelos --como el resto de la servidumbre--, sino en las dependencias adyacentes.
    Aunque sus deberes consistían en bañar y alimentar a las bestias, conducir y mantener la calesa reluciente, muchos sobrepasaban esos límites, involucrándose en las aventuras y amoríos del señor. El calesero era el aristócrata de los esclavos, y costaba trabajo poseer uno, porque era prenda de inestimable valor. «Quien tenía un buen calesero jamás se deshacía de él», según Fanny Erskine, marquesa Calderón de la Barca.
    Amén de estos privilegios, su elemento diferenciador por excelencia fue el uniforme, pues mientras los demás esclavos usaban ropa sencilla, de baja calidad y pobre colorido, el negro más valorado de la casa hacía derroche de oro y plata, adornos comunes de su atuendo de trabajo. En éste sobresalían un sombrero de copa conocido por la bomba, una librea o chaqueta de paño, y altas botas de cuero. Cuando viajaban al campo, los caleseros sustituían la librea por una chaqueta de dril crudo con vivos de paño; la bomba, por un sombrero de jipijapa, y además llevaban chaquetón doble por si llovía.
    La calesa tuvo la primacía del escenario público habanero en las primeras décadas del XIX, y el calesero exhibió su preciosa carga en teatros, fiestas y plazas «cual caballero sobre arrogante corcel», asevera la mayoría de los viajeros que pasaron por La Habana en aquellos tiempos. Ninguno de los coches de lujo que aparecieron después, como el cupé, el landó o la berlina, pudieron competir en gracia, estilo y distinción con la calesa. Tampoco entre los nuevos conductores hubo personaje más pintoresco que el calesero.

ความคิดเห็น • 5

  • @Londy42
    @Londy42 15 ปีที่แล้ว

    Me encantan sus instantaneas,aunque pasen los años (ya casi 8 fuera de Cuba),nunca se le pueden a uno olvidar sus raices..."FELIS AñO NUEVO".............

  • @alessandros00
    @alessandros00 14 ปีที่แล้ว

    Precioso y además históricamente instructivo, un placer visionar y escuchar algo así. Gracias por ponerlo a disposición de todos.

  • @cubancohiba23
    @cubancohiba23 15 ปีที่แล้ว

    That was beautiful. Thank you

  • @robertobermejo6746
    @robertobermejo6746 10 ปีที่แล้ว

    Gracias por toda la información, desde España abrazos.

  • @Frank00064
    @Frank00064 10 ปีที่แล้ว

    Esas imagines de La Habana del siglo 19 se ven preciosas. Miren las imagines de La Habana actual convertida en ruinas por la tirania castrista y comparen.