Hoy para muchos no significa nada, pero para quienes viajamos enesos trenes hace cuarenta ytantos años atrás, son hermosos recuerdos de un pais que se queria y en donde nos queríamos todos.
Este video de un encuentro entre las dos últimas locomotoras a vapor todavía en funcionamiento en Chile, la verdad me pareció muy poético. De hecho, esto es una historia de que yo me imagino de esta situación de hace más que una década: Hace mucho tiempo, desde los desiertos del norte hasta los fiordos australes, de las costas de la zona central hasta muy adentro de los Andes a las islas separadas del continente sudamericano, se podían observar titanes poderosos que tiraban personas y cargamento por todos los rincones del país. Solía decirse que parecían bestias atrapadas en un armamento de hierro y acero, pero con un aura de complejidad que captivaban a los más habituales viajeros. Era una época hermosa, romántica y llena de recuerdos, pero como todas las cosas en la vida, eventualmente llegó a su fín. Hace mucho tiempo que los ferrocarriles desaparecieron de varias partes de Chile, con las vías férreas siendo desmanteladas desde las costas del norte grande hacia los campos de la Araucanía hacia el cajón del maipo, con solo unos pocos siendo mantenidas para ocasionales trenes de carga a diésel o unos pocos trenes de pasajeros en las grandes ciudades. En el caso de las locomotoras, casi todas fueron retiradas, destruidas y sus partes fundidas sín consideración del valor que representaban para la historia del país; después de todo, lo que importaba era la eficiencia económica y el lucro empresarial. Pero no todos murieron; algunos fueron preservados en museos esparcidos por todo el país, generalmente como exhibiciones del pasado. Pero hace unos años, había una columna de humo que surgía de los bosques y valles fluviales de la región de Los Lagos, y no cualquiera: se estaba moviendo. Era #620, una locomotora de origen británica que típicamente tiraba el llamado 'Valdiviano' en tiempos festivos, pero no lo estaba haciendo hoy: tirando un vagón, avanzaba con un ritmo felíz y ansiosa a través de la ruta a Valdivia, pitando sín parar. Su vagón le decía que se calmara, que se le escaparía todo el vapor por el pito, pero ella le decía a él: 'Sí sé querido. Pero creo que puedes comprender por qué ando con ansias de llegar y ver a #820, luego de tantos años sín vernos'. #620 era una de las pocas locomotoras a vapor que todavía funcionaba en Chile, de las que son empleadas para tirar trenes turísticos, pero este era un día especial: habían organizado una junta con la locomotora #820, otra locomotora a vapor que seguía en funcionamiento para tirar el 'Tren de La Araucanía.' Varios fanáticos de la herencia ferroviaria nacional estaban grabando su paso por las antiguas vías, y a pesar de que se ponían muy cerca de su paso, eso no distrajo a #620 de las ansias que sentía de por fín ver a su amiga. Al llegar a Antillahue, donde sería la reunión, #620 pudo ver a #820 y a su tren esperando tranquilamente. Ella era una locomotora grande, de origen estadounidense, poderosa, e imponente, pero relajada, optimista y sincera. Es más, tanto tiempo trabajando la había puesto sorda, así que cuando #620 le silbó para saludar, solo sus vagones se atentaron de su llegada, mientras que #820 no se había dado cuanta aún. Tras hacer una breve parada antes de la estación del pueblito para discutir con su conductor y maquinista, #620 entró tirando un tornado de vapor y humo al acercarse pitando a su antigua amiga, quien al final la pudo ubicar tras ser avisada por sus vagones, emitió un silbido de saludo que, tiempo después contó a su equipo de operaciones, ensordeció a ella misma con su potente volumen. #620 se acercó a #820, después de muchos años separadas, y junto con sus vagones, emprendieron una larga conversación, hablaron de cómo le había ido a la otra, hablando de sus recuerdos, por dónde iban con sus trenes y pasajeros, hacia adonde se habían ido todos esos recuerdos, todos esos días de sus juventudes. Eventualmente se tuvieron que marchar, para volver a sus ciudades y sus trabajos, pero aquel día sería remarcada por siempre en la historia de #620 y #820, tirantes del Valdiviano y el Tren de La Araucanía, y un potente evento simbólico en la historia del ferrocarril en Chile.
Y efectivamente, este registro que hice, ya tiene 12 años, del 2012, y es una reunión que no se ha vuelto a repetir desde entonces. Puede compartir y ver cuanto quiera. Gracias por pasar a ver. Slds.
Lindo el tren
Hoy para muchos no significa nada, pero para quienes viajamos enesos trenes hace cuarenta ytantos años atrás, son hermosos recuerdos de un pais que se queria y en donde nos queríamos todos.
En estos tiempos de cuarentena me he dedicado a ver cuanto video de trenes pueda.. sobretodo de la 620 y la 820... trenes emblemáticos.... XD
@@LeonardoQuintana Qué bueno leer eso. Por mi parte si gusta puede compartir publicando cuanto video esté en el canal.
Saludos.
@@DeutzHumslet jiji saludos XD
Este video de un encuentro entre las dos últimas locomotoras a vapor todavía en funcionamiento en Chile, la verdad me pareció muy poético. De hecho, esto es una historia de que yo me imagino de esta situación de hace más que una década:
Hace mucho tiempo, desde los desiertos del norte hasta los fiordos australes, de las costas de la zona central hasta muy adentro de los Andes a las islas separadas del continente sudamericano, se podían observar titanes poderosos que tiraban personas y cargamento por todos los rincones del país. Solía decirse que parecían bestias atrapadas en un armamento de hierro y acero, pero con un aura de complejidad que captivaban a los más habituales viajeros. Era una época hermosa, romántica y llena de recuerdos, pero como todas las cosas en la vida, eventualmente llegó a su fín.
Hace mucho tiempo que los ferrocarriles desaparecieron de varias partes de Chile, con las vías férreas siendo desmanteladas desde las costas del norte grande hacia los campos de la Araucanía hacia el cajón del maipo, con solo unos pocos siendo mantenidas para ocasionales trenes de carga a diésel o unos pocos trenes de pasajeros en las grandes ciudades. En el caso de las locomotoras, casi todas fueron retiradas, destruidas y sus partes fundidas sín consideración del valor que representaban para la historia del país; después de todo, lo que importaba era la eficiencia económica y el lucro empresarial.
Pero no todos murieron; algunos fueron preservados en museos esparcidos por todo el país, generalmente como exhibiciones del pasado. Pero hace unos años, había una columna de humo que surgía de los bosques y valles fluviales de la región de Los Lagos, y no cualquiera: se estaba moviendo. Era #620, una locomotora de origen británica que típicamente tiraba el llamado 'Valdiviano' en tiempos festivos, pero no lo estaba haciendo hoy: tirando un vagón, avanzaba con un ritmo felíz y ansiosa a través de la ruta a Valdivia, pitando sín parar. Su vagón le decía que se calmara, que se le escaparía todo el vapor por el pito, pero ella le decía a él: 'Sí sé querido. Pero creo que puedes comprender por qué ando con ansias de llegar y ver a #820, luego de tantos años sín vernos'.
#620 era una de las pocas locomotoras a vapor que todavía funcionaba en Chile, de las que son empleadas para tirar trenes turísticos, pero este era un día especial: habían organizado una junta con la locomotora #820, otra locomotora a vapor que seguía en funcionamiento para tirar el 'Tren de La Araucanía.' Varios fanáticos de la herencia ferroviaria nacional estaban grabando su paso por las antiguas vías, y a pesar de que se ponían muy cerca de su paso, eso no distrajo a #620 de las ansias que sentía de por fín ver a su amiga.
Al llegar a Antillahue, donde sería la reunión, #620 pudo ver a #820 y a su tren esperando tranquilamente. Ella era una locomotora grande, de origen estadounidense, poderosa, e imponente, pero relajada, optimista y sincera. Es más, tanto tiempo trabajando la había puesto sorda, así que cuando #620 le silbó para saludar, solo sus vagones se atentaron de su llegada, mientras que #820 no se había dado cuanta aún. Tras hacer una breve parada antes de la estación del pueblito para discutir con su conductor y maquinista, #620 entró tirando un tornado de vapor y humo al acercarse pitando a su antigua amiga, quien al final la pudo ubicar tras ser avisada por sus vagones, emitió un silbido de saludo que, tiempo después contó a su equipo de operaciones, ensordeció a ella misma con su potente volumen.
#620 se acercó a #820, después de muchos años separadas, y junto con sus vagones, emprendieron una larga conversación, hablaron de cómo le había ido a la otra, hablando de sus recuerdos, por dónde iban con sus trenes y pasajeros, hacia adonde se habían ido todos esos recuerdos, todos esos días de sus juventudes. Eventualmente se tuvieron que marchar, para volver a sus ciudades y sus trabajos, pero aquel día sería remarcada por siempre en la historia de #620 y #820, tirantes del Valdiviano y el Tren de La Araucanía, y un potente evento simbólico en la historia del ferrocarril en Chile.
Y efectivamente, este registro que hice, ya tiene 12 años, del 2012, y es una reunión que no se ha vuelto a repetir desde entonces.
Puede compartir y ver cuanto quiera.
Gracias por pasar a ver.
Slds.
3:01
At that moment I did not have my camera in my hands, another person held it for support.
A unique moment from 11 years ago.
Greetings.
sabiai q también hablo español
@@WesternRailway1592 bien, a la otra tome su tiempo en escribir y explicarse qué ocurre en el minuto 3:02.