23 Escultura funeraria - Sepulcros capilla de Santiago y San Juan Bautista - Curiosidades catedral

A la capilla de Santiago de la catedral de Burgos se accedía por la girola, y a la de san Juan Bautista desde el claustro alto, pero a lo largo del siglo XVI Juan de Vallejo derribó el muro que las separaba, unificándolas en una capilla irregular, esbelta y con una cubierta con bello trazado de nervaduras.
En la antigua capilla de San Juan Bautista, convertida en sacristía, coro y antesala de la de Santiago, y que hoy forma parte del museo catedralicio, están los sepulcros del obispo Juan Cabeza de Vaca, fallecido en 1413, y el de su hermano Pedro Fernández Cabeza de Vaca, maestre de la Orden de Santiago fallecido de peste en el cerco de Lisboa, en 1384.
En el centro capilla de San Juan Bautista estaba la tumba del Obispo don Juan y la de su hermano don Pedro, y tras la remodelación que se hizo de la capilla en el siglo XVI, los sepulcros fueron colocados en dos arcosolios renacentistas, practicados a bastante altura del muro.
En esta capilla están las armas de los Cabeza de Vaca con ajedrezado, y sin la bordura, en el sepulcro de don Pedro, concretamente en la almohada sobre la que reposa su cabeza. En la de don Juan, el escudo está también sobre su pecho. Donde mejor se observa el escudo es en las pinturas del tímpano de la que fue la puerta de entrada a la capilla.
El obispo Juan Cabeza de Vaca viste el hábito de la Orden de Santiago y lleva la cruz en el pecho, de brazos iguales y conchas en sus remates, usadas en tiempo de Juan II. Su cabeza está cubierta con un birrete, y descansa sobre una almohada sencilla.
Pedro Fernández Cabeza de Vaca porta un manto con capucha y sujeto mediante una «cuerda o fiador», sostiene con ambas manos su espada, y lleva puestos en los pies unos borceguíes «puntiagudos».
La capilla de Santiago fue parroquia en los últimos siglos. La reja de entrada y el retablo presenta la figura ecuestre del Apóstol Santiago. Hoy es la sala principal del Museo de la catedral.
El retablo, dorado y policromado, es del siglo XVI y está presidido por Santiago matamoros, y un tema mariano en el centro. En las calles laterales están san Juan Evangelista y santa María Salomé. En el suelo está el sepulcro del obispo Juan de Villacreces, fallecido en 1403, y al lado derecho, junto al retablo, Cristo atado a la Columna de Gil de Siloé, anterior a 1528.
En el muro izquierdo de la estancia está el sepulcro renacentista de uno de los fundadores y mecenas de la capilla en el siglo XVI, don Juan Ortega de Velasco, abad de San Quirce de los Ausines y canónigo y protonotario de la catedral, fallecido en 1557. Es uno de los mejores sepulcros de la catedral, y fue realizado en 1546, con la intervención de Juan de Vallejo y la colaboración de otros escultores. Tiene columnas cariátides, a ambos lados del arco y ángeles en sus enjutas; un frontón coronado por un Calvario y presidido por la escena de la Asunción de la Virgen, entre los medallones de San Pedro y San Pablo; un medallón con la escena del Bautismo de Cristo, en el fondo del arco, y en el sepulcro la figura del finado y una cartela sostenida por niños.
Frente a este sepulcro, en el muro de enfrente, se hallan otros dos sepulcros, uno de ellos es de Lesmes de Astudillo, mecenas de esta capilla y de la capilla-sepulcro de los Reyes Magos en la catedral de Colonia, y de su esposa, Mencía de Paredes, fallecidos en 1541 y 1559, respectivamente. Tiene una preciosa epifanía policromada en el tímpano.
El otro es de Andrés de Astudillo, canónigo y capiscol del cabildo burgalés. Tiene una preciosa anunciación en el remate y una bonita natividad en el tímpano.
Ahora en este gran espacio de ambas capillas se ha instalado el museo catedralicio, con las piezas más importantes de la catedral de carácter litúrgico y artístico, destacando las colecciones de pintura, tapices y orfebrería.