🌟MOVILIDAD ACTIVA Y PASIVA🌟

MOVILIDAD ACTIVA Y PASIVA
Tutor:
Dra. Alejandra Segovia Dreyer.
Dr. Cristian Labarca Solar.
Alumno Ayudante:
Daniela Martin Merlez.
Pascal Patri Alcalde.
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La movilidad activa y pasiva son conceptos clave en la evaluación del sistema musculoesquelético, ya que proporcionan información sobre la funcionalidad y la integridad de las articulaciones y los músculos. La movilidad activa se refiere a los movimientos que el paciente realiza por sí mismo, sin asistencia externa. Esta evaluación es crucial para determinar la capacidad del paciente para realizar movimientos voluntarios y evaluar la fuerza muscular y la coordinación. Durante el examen de movilidad activa, el médico observa cómo el paciente realiza una serie de movimientos específicos, como levantar el brazo, doblar la rodilla o girar el cuello, buscando cualquier limitación, dolor o compensación que pueda indicar una disfunción.
Por otro lado, la movilidad pasiva implica movimientos realizados por el examinador mientras el paciente está relajado y no participa activamente en el movimiento. Este tipo de evaluación permite al médico evaluar el rango de movimiento de una articulación sin la influencia del esfuerzo muscular del paciente. La movilidad pasiva es especialmente útil para identificar restricciones articulares, contracturas musculares o rigidez que podrían no ser evidentes durante la movilidad activa. Además, comparar los rangos de movimiento activo y pasivo puede ayudar a distinguir entre problemas que son de origen muscular (que típicamente afectan más la movilidad activa) y aquellos que son de origen articular (que pueden afectar tanto la movilidad activa como la pasiva).
La combinación de la evaluación de la movilidad activa y pasiva es esencial para un diagnóstico completo y preciso de las condiciones musculoesqueléticas. Por ejemplo, una discrepancia significativa entre la movilidad activa y pasiva puede indicar una lesión muscular, mientras que limitaciones similares en ambos tipos de movilidad pueden sugerir un problema articular o una patología más compleja como la artritis. Evaluar ambas formas de movilidad ayuda a los profesionales de la salud a identificar la causa subyacente de la disfunción, planificar intervenciones terapéuticas adecuadas y monitorear la progresión de la recuperación o el tratamiento. En resumen, la evaluación de la movilidad activa y pasiva proporciona una visión integral del estado funcional del sistema musculoesquelético del paciente.