Salmo 3 ð (VersiÃģn de MonseÃąor Juan Straubinger)
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- āđāļāļĒāđāļāļĢāđāđāļĄāļ·āđāļ 3 āļ.āļĒ. 2020
- Salmo 3 ð (VersiÃģn de MonseÃąor Juan Straubinger)
âïļ Johannes Straubinger, llamado en castellano Juan Straubingerâ fue un sacerdote catÃģlico, teÃģlogo, exÃĐgeta, escolÃĄstico bÃblico y profesor de Sagrada Escritura alemÃĄn.â ViviÃģ exiliado en la Argentina durante la II Guerra Mundial.â Es traductor de la Biblia Platense, una versiÃģn catÃģlica de la Biblia en espaÃąol. )
âïļ Se ha dicho con verdad que los Salmos para el que les presta la debida
atenciÃģn a fin de llegar a entenderlos son como un resumen de toda la Biblia: historia y profecÃa, doctrina y oraciÃģn. En ellos habla el EspÃritu Santo (âqui locutus est per prophetasâ) por boca de hombres, principalmente de David, y nos enseÃąa lo que hemos de pensar, sentir y querer con respecto a Dios, a los hombres y a la naturaleza, y tambiÃĐn nos enseÃąa la vida.
Salmo 3
El eterno es mi escudo
1ïŠSalmo de David cuando huÃa de su hijo AbsalÃģn. 2Oh YahvÃĐ, ÂĄcuÃĄn numerosos
son mis perseguidores!
ÂĄCuantos se levantan contra mÃ!
3Muchos son los que dicen de mi vida: âNo hay para ÃĐl salvaciÃģn en Dios.â 4ïŠPero TÚ, YahvÃĐ, eres mi escudo,
TÚ mi gloria,
TÚ quien me hace erguir la cabeza. 5ïŠCon mi voz invoco a YahvÃĐ
y Ãl me oye desde su santo monte.
6Me acuesto y me duermo,
y despierto incÃģlume,
porque YahvÃĐ me sostiene.
7No temo a los muchos millares de gentes que en derredor se ponen contra mÃ.
8LevÃĄntate, YahvÃĐ; sÃĄlvame, Dios mÃo, TÚ que heriste en la mejilla
a todos mis enemigos,
y a los impÃos les quebraste los dientes. 9ïŠDe YahvÃĐ viene la salvaciÃģn,
ÂĄQue sea tu bendiciÃģn sobre tu pueblo!
âïļ Notas
ïŠ 1. AbsalÃģn, el hijo ingrato y rebelde, habÃa colocado a David en las mÃĄs penosas angustias de modo que el padre, abandonado, tuvo que huir de JerusalÃĐn con un puÃąado de fieles (II Reyes capÃtulos 15-18).
ïŠ 4. Mi escudo: expresiÃģn grata a David (cf. Salmo 5, 13), el cual, perseguido y desamparado, cifra su Única defensa en el SeÃąor.
ïŠ 5. Santo monte: el monte SiÃģn de JerusalÃĐn (cf. Salmo 2, 6), donde David erigiÃģ un altar y un tabernÃĄculo para el Arca de la Alianza, con un amor que Dios no habÃa de olvidar (cf. Salmo 131; Ezequiel 45, 4 y notas; Hechos 15, 16). Su hijo SalomÃģn levantÃģ allà el primer templo.
ïŠ 9. El santo rey perdona a su pueblo infiel e implora sobre ÃĐl la bendiciÃģn de Dios. Hermoso ejemplo de amor a los enemigos en el Antiguo Testamento (cf. Salmo 7, 5 y nota; Mateo 5, 43 y nota).