COFRADÍA DEL AMOR✝️

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  • เผยแพร่เมื่อ 28 มี.ค. 2024
  • Semana Santa Málaga 2024
    Un Amor tan grande en la Victoria, que volvió conforme se iba
    La corporación, inmersa en la conmemoración de su centenario fundacional, no ha podido completar su recorrido procesional este Viernes Santo ante la amenaza de una lluvia que terminó precipitándose sobre la ciudad cuando la cofradía ya había decidido regresar a su casa hermandad y se encontraba a punto de llegar al encierro
    El amor que la Victoria siente por su Amor es inefable. Es el vecino decano del barrio, el más longevo de este histórico arrabal que mantiene el pulso a la existencia y que no se ha dejado aún golpear por la desidia. Donde las casas aún son viviendas familiares y no meros pisos turísticos o solares demarcados con tapias que apenas si sirven ya para dar sombra. Siempre en torno además a sus devociones, a esos pilares en los que también asienta su devenir, ya en la Gloria de septiembre, que siempre marca un nuevo inicio, o en la Pasión, que cierra el círculo, precisamente, el Viernes Santo. Un Amor tan grande, de ida y vuelta, que este año regresaba conforme se iba de su barrio. Porque lo necesita y lo busca, y sale a su encuentro.
    Vivía en el Compás un antiguo estibador del puerto. Alguien que cobraba por sacar esos tronos que daban susto ganando así un jornal extra que llevar a casa. Una necesidad que pasó a convertirse en devoción. Cumplía al paso o a la carrerilla. Nunca se quejó del peso. Ni pidió una gorda de más por cumplir con su función. Nunca los dejó arriados en la calle. Ni se le pasó por la cabeza. Cuando tuvo que dejar el oficio de sacar tronos, cuando realmente era un oficio, cada Viernes Santo, salía a su puerta para despedirse del Señor. "Hasta luego, maestro". Esta despedida hace tiempo que no se produce. Pero este año hubiera durado poco. Porque la cofradía, que este año está inmersa en la celebración de su centenario fundacional y el próximo 8 de junio saldrá en procesión extraordinaria, conscientes de que los informes meteorológicos anunciaban lluvia por la noche, salió a la calle a sabiendas de que tendría que volverse sin llegar a Tribuna. "Pero negarse a salir con este cielo es muy difícil", reconocía el hermano mayor, Álvaro Guardiola. Porque a la hora de la salida apenas había nubes. Y lucía el sol. Todo lo contrario a la jornada inmediatamente anterior, que amenazaba con tormenta y, finalmente, no cayó una sola gota hasta bien entrada la madrugada, dejando en casa a Zamarrilla y Misericordia.
    La cofradía llegaría a la plaza de la Merced como una especie de primera meta volante y allí decidiría qué hacer, en función de los nuevos pronósticos. Finalmente, continuaría por la calle Alcazabilla y Císter, alcanzaría la plaza del Carbón, como el punto geográfico más alejado de su sede canónica, y regresaría subiendo por Calderería y Casapalma por el itinerario habitual, pero sin pisar el recorrido oficial. A partir de ahí, comenzó una carrera contra el reloj, porque esa borrasca anunciada también corría y se acercaba por el oeste. Pero sin perder la compostura. Manteniendo las formas nazarenas. En ese ascenso que se hace eterno desde el Centro hasta coronar la Victoria por el Altozano, con muchos tirones a tambor, pero todavía recreándose en las curvas, como en la de Párroco Ruiz Furest, donde el trono del Cristo del Amor se lució con 'La Evocación', de Alberto Escámez, a cargo de la banda de cornetas y tambores de la EsperanzA.
    El paso por la cofradía por el colegio Maristas, con la que mantienen una estrechísima vinculación, es, desde 2005, un momento muy destacado, ya que desde la cruz guía hasta el trono de la Virgen el centro educativo abre sus puertas y, en torno a una imagen de San Marcelino, su patrono y fundador, lleva a cabo una oración. Con los agustinos también se mantiene un hermanamiento irrenunciable consolidado con el paso de los años. Son muchos los alumnos tanto del colegio de Nuestra Señora de la Victoria como de Los Olivos los que han sentido la llamada, se hicieron hermanos, aún en edad escolar, y ahí siguen arrimando el hombro, o como nazarenos. Esos mismos que a última hora de la noche miraban a un cielo que se iba tornando en rojizo poco a poco y subían juntos con sus titulares, que pudieron encerrarse en su casa hermandad justo cuando las gotas empezaban a ser más intensas. Sin mayores consecuencias.
  • บันเทิง

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