THARSIS (PAISAJES) - HUELVA

Tharsis es uno de los muchos pueblos que embellecen la amplia comarca del Andévalo onubense, esa área paisajística de serranías de baja montaña que se considera la región natural de transición entre la sierra y la costa de Huelva. Dentro de esta comarca, Tharsis aporta paisajes de otro planeta, de otra galaxia, paisajes que vamos a ir descubriendo en las próximas imágenes.
Nos posicionamos en un punto privilegiado y disfrutamos de un horizonte amplio que asegura a Tharsis un lugar en el mapa y huellas de un retazo histórico que se mantiene entre las paredes rojas de las cortas.
Tharsis, a pesar de contar con una trayectoria histórica conocida desde la antigüedad, su paisaje actual ofrece las connotaciones propias de los asentamientos mineros decimonónicos. Tharsis, nombre bíblico, eco del pasado, donde se descifran los mensajes del cielo abierto, donde se perciben los colores de la tierra estriada, donde se siente el olor a azufre, donde se quiere y respeta la historia de cada rincón de la mina, de su pueblo…
Pero comenzamos las imágenes con un símbolo de los nuevos tiempos, con un espacio infinito de aerogeneradores. Observamos parte del complejo eólico del Andévalo, que está compuesto por un total de ocho parques. La topografía del Andévalo, así como las corrientes de aire que se deslizan sobre sus montes, lo convierten en el enclave perfecto para que se pusiera en marcha desde 2010 uno de los mayores complejos eólicos de Europa.
Desde la atalaya de uno de estos gigantes podemos contemplar un amplísimo paisaje en el que se incrusta el núcleo urbano de Tharsis, que luce encalado en medio del paisaje minero. Tharsis, que tiene su origen en la segunda mitad del siglo XIX, es un ejemplo de un poblado minero parido por la idea arquitectónica que implantaron los británicos que explotaban las minas, rodeado por collares rojos sin pulir, pero hermosos. Justo detrás del pueblo se encuentra, como podemos apreciar, el Embalse Grande.
Las minas de Tharsis, que vieron sacar de sus entrañas grandes cantidades de cobre, oro, plata y manganeso, principalmente, están distribuidas en torno a la Sierra Bullones y los pies del monte Mazmorras y constan de cinco cortas o explotaciones a cielo abierto. Observamos una de ellas, con las aguas ácidas que inundan la corta.
Los residuos generados por la actividad de estas minas, sólidos y líquidos, definen con igual intensidad que las cortas, este paisaje. Los residuos sólidos se acumulan junto a las cortas y pozos de salida del mineral en forma de escoriales, vacíes y escombreras. Los residuos líquidos, también denominados aguas ácidas, se contienen en presas o balsas, se vierten directamente en el terreno o inundan espontáneamente las cortas.
Los alrededores de Tharsis, palabra de origen fenicio que se tornó inglés con su h intercalada, plagados de aguas ácidas, conos de lavado, escorias, lagunas minerales, escombreras y cortas, quedaron desnudos de encinas y monte, para aparecer sumidos en un páramo yermo, de suelos esqueléticos, jarales y herrizas de eucalipto y pino. Actualmente, la vegetación original de encinas y alcornoques ha dado paso a una vegetación de repoblaciones, más o menos densas, de eucaliptos y pinos, y a determinadas especies arbustivas como el brezo minero (Erika Andevalensis), exclusiva de la Faja Pirítica Ibérica, especialmente adaptado a los hábitats mineros.
Precisamente, y para cerrar las imágenes, observamos un esplendoroso pino que preside el coqueto Cementerio Inglés de Tharsis, que se levantó a imagen y semejanza de un camposanto británico. En la zona conocida como Camino de Vulcano se encuentra este cementerio con su halo de romanticismo. Este camposanto, manteniendo la segregación social, era exclusivo para los británicos, para la clase dirigente de las minas y sus familiares.
No cabe duda que el paisaje de Tharsis es espectacular, con las suaves colinas aterciopeladas de verde y un entorno marcado por su historia minera. Y esos aerogeneradores…
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