Desde el fondo de mi corazón me parece un arreglo mega precioso y por cierto.... tú le sueles sonido a cualquier guitarra y yo hago pesas con las mías porque son unas cagadas audiencia de una guay un fuerte abrazo
A estas alturas, yo tengo asumido que es cosa de meigas, Pedro. Hay algo sobre lo que tú y yo no deberíamos tener duda: la presencia de la guitarra. En la vida pueden faltar algunas cosas: los amigos, el tabaco, la familia, el dinero, el tabaco, una cama donde dormir, el tabaco y hasta un plato de comida; pero la guitarra… . Incluso cuando decido pasar de ella porque voy a dedicarme a otra cosa, cuando la mando a paseo al menos por unos meses, y la dejo en casa con las cuerdas destensadas, va y aparece una aquí mismo. No es la más bonita, ni la que mejor suena, las cuerdas están viejas y el mástil algo vencido, pero es una guitarra. ¡Haz algo con ella, coño! Pues ese instrumento del que no esperaba nada sacó lo mejor de uno. Reestablecí la conexión, practicando despacio, yendo a la nota sin pijadas ni poses, haciéndola sonar. Hay que añadir que si consigues una guitarra y sabes tocarla, puedes irte con ella a ganar un poco de dinero para un plato de comida (si además estás en Benidorm y te sabes a los Beatles, puedes levantar pasta para una noche de hotel). Hace un par de semanas estuve en un pueblo de Zamora. Encontré lo que había sido el bar, ya abandonado porque el sitio se fue quedando sin gente. Los demás fueron a comer a nosédónde y yo me quedé allí, haciendo exploración urbana. Valió mucho la pena, tio. Lo primero que apareció fue un teclado Yamaha de 5 octavas, casi un juguete. Lo limpié con un cepillo y una bayeta y ¡Encendió! A continuación, busqué por las estanterías y encontré una botella de patxarán sin abrir y una cajita que contenía una bolita marrón y un librillo de papel de fumar. El Diablo piensa en todo. La fiesta que me monté, Pedro. Dios, tenías que haber visto eso. A lo que voy: Puedes desconfiar de casi todo, pero la Música es una certeza. Nos lo merecemos con lo bueno y lo malo, lo elegimos, nos lo hemos buscado. Y me alegro. Un abrazo. Sigo grabando.
Desde el fondo de mi corazón me parece un arreglo mega precioso y por cierto.... tú le sueles sonido a cualquier guitarra y yo hago pesas con las mías porque son unas cagadas audiencia de una guay un fuerte abrazo
A estas alturas, yo tengo asumido que es cosa de meigas, Pedro. Hay algo sobre lo que tú y yo no deberíamos tener duda: la presencia de la guitarra. En la vida pueden faltar algunas cosas: los amigos, el tabaco, la familia, el dinero, el tabaco, una cama donde dormir, el tabaco y hasta un plato de comida; pero la guitarra… . Incluso cuando decido pasar de ella porque voy a dedicarme a otra cosa, cuando la mando a paseo al menos por unos meses, y la dejo en casa con las cuerdas destensadas, va y aparece una aquí mismo. No es la más bonita, ni la que mejor suena, las cuerdas están viejas y el mástil algo vencido, pero es una guitarra. ¡Haz algo con ella, coño! Pues ese instrumento del que no esperaba nada sacó lo mejor de uno. Reestablecí la conexión, practicando despacio, yendo a la nota sin pijadas ni poses, haciéndola sonar. Hay que añadir que si consigues una guitarra y sabes tocarla, puedes irte con ella a ganar un poco de dinero para un plato de comida (si además estás en Benidorm y te sabes a los Beatles, puedes levantar pasta para una noche de hotel).
Hace un par de semanas estuve en un pueblo de Zamora. Encontré lo que había sido el bar, ya abandonado porque el sitio se fue quedando sin gente. Los demás fueron a comer a nosédónde y yo me quedé allí, haciendo exploración urbana. Valió mucho la pena, tio.
Lo primero que apareció fue un teclado Yamaha de 5 octavas, casi un juguete. Lo limpié con un cepillo y una bayeta y ¡Encendió! A continuación, busqué por las estanterías y encontré una botella de patxarán sin abrir y una cajita que contenía una bolita marrón y un librillo de papel de fumar. El Diablo piensa en todo. La fiesta que me monté, Pedro. Dios, tenías que haber visto eso.
A lo que voy: Puedes desconfiar de casi todo, pero la Música es una certeza. Nos lo merecemos con lo bueno y lo malo, lo elegimos, nos lo hemos buscado. Y me alegro. Un abrazo. Sigo grabando.