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La Verdad Oculta de Blackwood Hall.

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  • เผยแพร่เมื่อ 27 มิ.ย. 2024
  • Capítulo 1.
    La llegada a Blackwood Hall
    En la sombría campiña inglesa de la época victoriana, se alzaba la imponente mansión de Blackwood Hall. Rodeada de densos bosques y envuelta en niebla, la mansión era conocida tanto por su arquitectura gótica como por las historias de terror que la acompañaban. La familia Hawthorne había habitado Blackwood Hall durante generaciones, y con ellos, una oscura maldición parecía haberse arraigado en sus muros.
    Eleanor Hawthorne, una joven de espíritu inquieto y curiosidad insaciable, regresaba a Blackwood Hall después de pasar varios años en un internado en Londres. La lluvia caía incesantemente cuando llegó, y la mansión se perfilaba en el horizonte como una sombra amenazante. Fue recibida por su tía Agatha, una mujer de aspecto severo y comportamiento excéntrico.
    "Eleanor, querida," dijo Agatha con voz grave, "hay algo que debes saber. Bajo ninguna circunstancia debes entrar al ala oeste de la mansión."
    Eleanor, sorprendida por la advertencia, sintió que su curiosidad se encendía como un fuego. ¿Qué podía esconder el ala oeste? Decidida a descubrirlo, esperó hasta la medianoche, cuando la casa estaba en silencio y todos dormían. Con una vela en la mano, caminó por los largos pasillos, notando cómo la temperatura descendía con cada paso hacia el ala prohibida.
    Finalmente, llegó a una gran puerta de roble, ornamentada con intrincadas tallas de seres grotescos. Al empujarla, la puerta se abrió con un chirrido siniestro, revelando una antigua biblioteca. En el centro de la habitación, una gran chimenea apagada y cubierta de telarañas dominaba el espacio. Pero lo que más llamó la atención de Eleanor fue un retrato colgado sobre la chimenea: una mujer de belleza etérea con una expresión de profunda tristeza.
    De repente, la vela de Eleanor se apagó, dejándola en completa oscuridad. Sintió un frío glacial recorrer su espalda y escuchó un susurro apenas audible: "Ayúdame". Atemorizada, Eleanor encendió de nuevo su vela y, al levantar la vista, vio a la figura del retrato de pie frente a ella, translúcida y envuelta en un halo azulado.
    La mujer fantasma, con voz melancólica, reveló ser Beatrice Hawthorne, la tatarabuela de Eleanor. Había sido asesinada por su propio esposo, un hombre cruel y posesivo, y su espíritu había quedado atrapado en la mansión. Beatrice suplicó a Eleanor que encontrara su diario oculto y revelara la verdad para que pudiera finalmente descansar en paz.

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