Fidelidad inquebrantable.

Devocional Sendero Villaflora.
La fidelidad de Dios hacia nosotros es una constante en nuestras vidas. No importa las circunstancias, su amor y bondad se renuevan cada mañana.
"El amor del Señor no tiene fin, ni se han agotado sus bondades. Cada mañana se renuevan; ¡qué grande es su fidelidad!" (Lamentaciones 3:22-23 NVI)
A veces, en medio de las pruebas y dificultades, es fácil perder de vista la fidelidad de Dios. Sin embargo, debemos recordar que su promesa de estar con nosotros y cuidarnos nunca falla. La fidelidad de Dios no depende de nuestras acciones o comportamientos; es un reflejo de su naturaleza que no cambia.
Este conocimiento nos da seguridad y confianza para enfrentar cada día, sabiendo que estamos bajo el cuidado de un Dios fiel.
Su fidelidad se ha demostrado a lo largo de la historia bíblica, desde la liberación de Israel de la esclavitud en Egipto hasta el envío de su Hijo, Jesucristo, para salvarnos.
Cada día, cuando despertamos, tenemos la oportunidad de ver la fidelidad de Dios en nuestras vidas. Los pequeños milagros cotidianos, como el sol que brilla, el aire que respiramos y la presencia de seres queridos, son recordatorios de su amor constante. Además, las respuestas a nuestras oraciones y las puertas que se abren en momentos difíciles, son testamentos vivos de que Dios nunca nos abandona.
Hoy, toma un momento para reflexionar sobre la fidelidad de Dios en tu vida. Agradece por su constante amor y cuidado, incluso en los momentos difíciles. Confía en que su fidelidad se mantendrá firme en cualquier circunstancia que enfrentes. Haz una lista de las formas en que has visto la fidelidad de Dios y compártela con alguien para animarle.
Que la fidelidad de nuestro Dios sea un faro de esperanza en la vida y nos inspire también a ser fieles a él.