Con espontaneidad y la frescura que otorgan sus jóvenes años la autora Liliana Colanzi, nos pinta en este cuento un paisaje social muy característico de Latinoamérica a finales del siglo XX en donde la penetración cultural foránea impera y se impone como "civilización" (término que la autora utiliza con cierta sorna) en forma de hamburguesa y provoca gran aglomeración, denotando la caída de valores, crisis social, y afectiva de nuestros pueblos. Hay soberbia, y arrogancia en los personajes por saberse en posicición privilegiada, ausencia de respeto por la servidumbre, muy marcadas diferencias sociales. No existe , sobretodo en los jóvenes ningún anhelo de trascendencia en lo cultural, Aplastante vulgaridad cotidiana que me remite al poeta argentino Baldomero Fernández Moreno, en su poema "Setenta balcones y ninguna flor" en donde el poeta asombrado se pregunta :"¿A sus habitantes, Señor, qué les pasa? ¿Odian el perfume, odian el color?"
Elda otra vez gracias!! Esta vez por acercarnos la voz de Baldomero. Cada vez más reiterada su pregunta. Que triste Odiar el perfume y el color y no disfrutar la maravilla de lo cotidiano y sencillo identificado con la naturaleza. Cariños
Con espontaneidad y la frescura que otorgan sus jóvenes años la autora Liliana Colanzi, nos pinta en este cuento un paisaje social muy característico de Latinoamérica a finales del siglo XX en donde la penetración cultural foránea impera y se impone como "civilización" (término que la autora utiliza con cierta sorna) en forma de hamburguesa y provoca gran aglomeración, denotando la caída de valores, crisis social, y afectiva de nuestros pueblos.
Hay soberbia, y arrogancia en los personajes por saberse en posicición privilegiada, ausencia de respeto por la servidumbre, muy marcadas diferencias sociales. No existe , sobretodo en los jóvenes ningún anhelo de trascendencia en lo cultural, Aplastante vulgaridad cotidiana que me remite al poeta argentino Baldomero Fernández Moreno, en su poema "Setenta balcones y ninguna flor" en donde el poeta asombrado se pregunta :"¿A sus habitantes, Señor, qué les pasa?
¿Odian el perfume, odian el color?"
Elda otra vez gracias!! Esta vez por acercarnos la voz de Baldomero. Cada vez más reiterada su pregunta. Que triste Odiar el perfume y el color y no disfrutar la maravilla de
lo cotidiano y sencillo identificado con la naturaleza. Cariños
Gracias Mi Elda querida, siempre es muy bueno deleitarnos con tu análisis enriquecedor!!