En primaria estudié, hasta tercero, en la Escuela Gabriela Mistral. Para que las niñas nos portáramos bien, nos decían las maestras que en la casa de dos pisos aparecía por una ventanita redonda que había en la pared, una mano peluda que arañaba a las indisciplinadas. Esa casa quedaba como en una especie de solar que estaba contigua al jardín. Hoy, esa casa está donde funciona bomberos. Hasta ahí, llegaba la escuela Gabrila Mistral. Recuerdo que la profesora de tercero primaria, nos llevaba al primer piso de esa casa, como íbamos con ella no nos daba tanto miedo. Ahí hicimos un mapa grande de Norte de Santander . Y sobre él en las clases de geografía íbamos dibujando los ríos, elaborando la cordillera y páramos con barro gredo, y todos los demás temas. Tenía una pedagogía excelente. Antes de clase cantábamos el himno del departamento.
Muchas gracias por compartir esta anécdota. Las historias que hacen parte de nuestra tradición oral evocan profundos recuerdos de diferentes etapas de la vida.
En primaria estudié, hasta tercero, en la Escuela Gabriela Mistral. Para que las niñas nos portáramos bien, nos decían las maestras que en la casa de dos pisos aparecía por una ventanita redonda que había en la pared, una mano peluda que arañaba a las indisciplinadas. Esa casa quedaba como en una especie de solar que estaba contigua al jardín. Hoy, esa casa está donde funciona bomberos. Hasta ahí, llegaba la escuela Gabrila Mistral. Recuerdo que la profesora de tercero primaria, nos llevaba al primer piso de esa casa, como íbamos con ella no nos daba tanto miedo. Ahí hicimos un mapa grande de Norte de Santander . Y sobre él en las clases de geografía íbamos dibujando los ríos, elaborando la cordillera y páramos con barro gredo, y todos los demás temas. Tenía una pedagogía excelente. Antes de clase cantábamos el himno del departamento.
Muchas gracias por compartir esta anécdota. Las historias que hacen parte de nuestra tradición oral evocan profundos recuerdos de diferentes etapas de la vida.