Que bello Caparros, crítica a Marx, pero cuando Roncagliolo le presenta su inquietud acerca de las "utopías" del presente, no haya otra manera más ingeniosa que contestar con los argumentos de Marx.
Se aprende mucho oyéndolos. Roncagliolo es injusto consigo mismo, creo que la novela a la que alude, "Tan cerca de la vida", es muy buena y con un final sorpresivo y muy poético.
No sé qué es peor, si la tilinguería vulgar de Santiago, la pedantería vulgar de Martín, el esfuerzo vulgar de ambos por darse aires (cuando no son nadie...), o la manera vulgar en que no saben ni conversar ni les importa lo que dice el otro... 50' de una tercera selección de vanidades donde no se encuentra qué rescatar... Decepcionante (y eso que no esperaba nada). Quizá lo único a favor de Martín es la vejez (la cercanía de la muerte) y lo que esta le está haciendo - Santiago todavía cree que es joven, que tiene tiempo, ¿pero para qué? En fin, no es por agredir al cuete, pero sería tan saludable que ciertos micro-mundillos de cierta "intelectualidad" tuvieran el coraje higiénico (mínimo, realmente) de sacar la cabeza de la decadente seguridad del nicho... No creo que sea un colectivo que convenga esperar. Saludos y gracias por el trabajo empeñado.
Te olvisdaste de añadir la vulgaridad de la arrogancia (la tuya) de inculpar al otro de todas aquellas "decepciones" que parten de los propios prejuicios. "...Decepcionante (y eso que no esperaba nada)." Oh sí, que esperabas mucho, que se satisficieran todos esos mismos propios prejuicios, los cuáles motivaron tus acusaciones. Rotular al gran escritor y ensayista Caparrós de "ser nadie" habla mucho más de tu propia ignorancia falaz que del estado propio de su obra literaria y su pensamiento profundo (se esté o no de acuerdo con él); y no se necesita ser S. Freud para entender semejantes proyecciones auto-reveladoras!!! Lo peor, o la cima de esa pedantería (sigo utilizando solo tus términos, que no son los míos) es pretender explicar una supuesta falta de capacidad intelectual en la reflexión con la inminente cercanía de la muerte. Como si justamente Caparrós toda su vida hubiese actuado y escrito sin saberse mortal. "Sacar la cabeza de la decadente seguridad del nicho". Frases hechas, falaces, arrogancia proyectada en los demás: me pregunto, qué tan iluminado, superior al individuo criticado, debés sentirte como para llenar el ámbito de la reflexión (y vuelvo a repetir, no necesariamente estoy ni tengo que estar de acuerdo con lo dicho y expresado) con semejantes sentencias pre-juiciosas. Sobreentender que esa es la realidad, cuando ni vos ni nadie puede realmente conocer los motivos emocionales que perpetran una idea y mucho menos el pensamiento. Eso es arrogancia, la del que se eleva para condenar y sentenciar sin lugar a la dudas.
Superiores
Realmente excelente. He pasado un rato realmente estupendo que se me ha hecho demasiado corto.
Entre el minuto 21 y el 23 la anécdota de Caparros y la diferencia entre Periodismo y Literatura. Buena síntesis.
Me. hacen usar el cerebro.
Santiago tiene un acento parecido al de Manuel Puig. Vaya uno a saber por que.
Martín parece un poco embolado con la conversación, jaja. Como sea, gracias por compartir.
Llorar con Fito Páez….
Esperemos que Caparrós en algun momento no tenga que ponerse a llorar escuchando a Palito Ortega o a Raúl Padovani…..
Que bello Caparros, crítica a Marx, pero cuando Roncagliolo le presenta su inquietud acerca de las "utopías" del presente, no haya otra manera más ingeniosa que contestar con los argumentos de Marx.
Se aprende mucho oyéndolos. Roncagliolo es injusto consigo mismo, creo que la novela a la que alude, "Tan cerca de la vida", es muy buena y con un final sorpresivo y muy poético.
No sé qué es peor, si la tilinguería vulgar de Santiago, la pedantería vulgar de Martín, el esfuerzo vulgar de ambos por darse aires (cuando no son nadie...), o la manera vulgar en que no saben ni conversar ni les importa lo que dice el otro...
50' de una tercera selección de vanidades donde no se encuentra qué rescatar... Decepcionante (y eso que no esperaba nada).
Quizá lo único a favor de Martín es la vejez (la cercanía de la muerte) y lo que esta le está haciendo - Santiago todavía cree que es joven, que tiene tiempo, ¿pero para qué?
En fin, no es por agredir al cuete, pero sería tan saludable que ciertos micro-mundillos de cierta "intelectualidad" tuvieran el coraje higiénico (mínimo, realmente) de sacar la cabeza de la decadente seguridad del nicho... No creo que sea un colectivo que convenga esperar.
Saludos y gracias por el trabajo empeñado.
Te olvisdaste de añadir la vulgaridad de la arrogancia (la tuya) de inculpar al otro de todas aquellas "decepciones" que parten de los propios prejuicios. "...Decepcionante (y eso que no esperaba nada)." Oh sí, que esperabas mucho, que se satisficieran todos esos mismos propios prejuicios, los cuáles motivaron tus acusaciones. Rotular al gran escritor y ensayista Caparrós de "ser nadie" habla mucho más de tu propia ignorancia falaz que del estado propio de su obra literaria y su pensamiento profundo (se esté o no de acuerdo con él); y no se necesita ser S. Freud para entender semejantes proyecciones auto-reveladoras!!! Lo peor, o la cima de esa pedantería (sigo utilizando solo tus términos, que no son los míos) es pretender explicar una supuesta falta de capacidad intelectual en la reflexión con la inminente cercanía de la muerte. Como si justamente Caparrós toda su vida hubiese actuado y escrito sin saberse mortal. "Sacar la cabeza de la decadente seguridad del nicho". Frases hechas, falaces, arrogancia proyectada en los demás: me pregunto, qué tan iluminado, superior al individuo criticado, debés sentirte como para llenar el ámbito de la reflexión (y vuelvo a repetir, no necesariamente estoy ni tengo que estar de acuerdo con lo dicho y expresado) con semejantes sentencias pre-juiciosas. Sobreentender que esa es la realidad, cuando ni vos ni nadie puede realmente conocer los motivos emocionales que perpetran una idea y mucho menos el pensamiento. Eso es arrogancia, la del que se eleva para condenar y sentenciar sin lugar a la dudas.