El problema fue por un lado que hiciera pública esa exigencia al rey de España que debió mantenerse en una correspondencia privada ya que AMLO no puede imponer su sesgada visión personal de político populista que desde el conocimiento de la historia resulta ser errada. Por el otro es que la respuesta sería tan contraria al relato negrolegendario que se enseña para mal en México que causaría una grave conmoción ya que se negaría el victimismo aztequista en que han basado la construcción nacional de la república de México surgida de la separación de España, en la que los mexicanos se creen aztecas y la pretendida exigencia de disculpas al rey, que es como perdirlas a España. Es mentira que los españoles conquistaran a los indígenas que lucharon valientemente contra los barbudos europeos y cometieran un genocidio. Todo eso es un cuento nacionalista e hispanófobo que crearon los criollos en el siglo XIX como parte del constructo nacional de México que promovieron los masones anticatólicos y promotores de la leyenda negra de los anglos contra España y la Hispanidad, también para manipular a los indígenas culpando a España de los males que ellos provocaban. Muy útil y efectivo hasta que con internet se les puede llevar la contraria negando la mayor. Los pueblos sojuzgados por el Imperio Mexica o Azteca, la mayoría de lo que ahora les ha dado por llamar pueblos originarios, se aliaron a Hernán Cortés para liberarse del yugo mexica. Totonocas y Tlaxcaltecas fueron decisivos en las batallas sobre la capital del Imperio, Tenochtitlan. Los pueblos xochimilcos,otomíes, huejotzingos, cholusenses, chinantecos, purépachas ychalqueños, se sumaron a Cortés. El ejército español estaba formado en al menos un 99% por conquistadores que eran de los pueblos originarios que lucharon pactando con los españoles para liberarse del yugo de la sociedad más monstruosa de la historia del mundo en el trato con sus oprimidos. Cada año decenas de miles de sacrificios humanos en los que arrancaban el corazón en vida de sus pueblos originarios vecinos y los desmembraban para comérselos. El éxito de Cortés fue diplomático uniendo a los pueblos sojuzgados por los aztecas. Puesto que por un lado los pueblos originarios eran los aliados de la Corona de España por lo que no hay que disculparse con nuestros aliados los pueblos originarios y, por el otro lado, los aztecas eran los crueles opresores de los pueblos originarios que con la ayuda española se liberaron del genocidio azteca, un terrorífico imperio azteca que como escribió la historiadora australiana Inga Clendinnen, lamentar la caída del imperio mexica era como sentir pena por la derrota de los nazis en la Segunda Guerra Mundial por los cerca de 30.000 sacrificios humanos y el canibalismo posterior que los mexicas realizaban al año entre los prisioneros hechos de las tribus vecinas. Por lo que tampoco caben las disculpas a los aztecas. Hernán Cortés impidió que sus aliados de los pueblos originarios se tomaran la justicia por su cuenta exterminando a los mexicas para vengarse de los inmensos sufrimientos que les habían ocasionado mientras estuvieron sometidos a sus masivos sangrientos sacrificios humanos y crueldades. Los pueblos originarios aliados de los españoles querían hasta comerse a los aztecas y Hernán Cortés lo impidió. Con ello Cortés evitó dos genocidios: el primero por el que los pueblos originarios deben estar agradecidos a Hernán Cortés, padre de México, quien por los medios diplomáticos consiguió liberar a los pueblos originarios formando la coalición contra el imperio de la Triple Alianza. El segundo por el que los aztecas deben estar agradecidos a Hernán Cortés, ya que si no hubiera sido por su intervención los pueblos originarios los hubieran exterminado en venganza y comido como hicieron en Cholula, por lo que Cortés ya estaba prevenido para impedir la venganza tras la victoria.Y fue Hernán Cortés el padre de México mediante pactos de los nativos aliados de los pueblos originarios y, posteriormente, de los mismos aztecas derrotados con la Corona de España que se convirtieron en súbditos tan leales como los demás españoles. El Virreinato de la Nueva España alcanzó dimensiones muy superiores al del Imperio de la Triple Alianza y con un grado civilizatorio muy superior conviviendo la cultura hispana y las diversas indígenas durante siglos en lo que fue el periodo de prosperidad y de mayor paz conocida en esos territorios tanto antes de la llegada de los españoles como después de las independencias. Pero en las instituciones educativas mexicanas no enseñan nada de los logros y la magnitud de la obra virreinal que hizo de México la capital de facto del primer imperio global, solo los tópicos negrolegendarios del falso relato victimista del aztequismo de la Conquista, reforzado por los marxistas en los textos con los que adoctrinan los estudios de primaria y secundaria, y de ahí pasan a la independencia de México ignorando todo sobre los gloriosos 300 años virreinales, cuando México era el centro de la primera globalización mundial. Como españoles solo podemos lamentar que la República de México se haya construido sobre la falsedad del victimismo azteca, cuando fue Hernán Cortés quien fundó México, que no existía, con el mestizaje cultural y genético. Su hijo Martín con Malinche el primer mexicano. Los mexicanos actuales son mucho más que de los aztecas como les han enseñado los hispanófobos, tanto la corriente anglo y masona como los marxistas que buscan generar conflictos para medrar, los descendientes ante todo de los españoles y de los pueblos originarios conquistadores de Tenochtitlán que se liberaron de la cruel opresión azteca. Las actitudes oficiales despiadadas y propensas al genocidio no fueron permitidas ni por la Corona de España ni por la Iglesia Católica. Surgieron a partir de los procesos de independencia en América, cuando esas élites criollas masonas, anticatólicas y financiadas por los anglos devinieron en explotadores coloniales de sus propios compatriotas, gentes sencillas de campo definidas racialmente y condenadas al menosprecio que perdieron la protección de la Corona de España y el sustento. Recordemos que Zapata se hacía acompañar de los documentos en los que la Corona de España reconocía la propiedad invendible de las tierras comunales de la Iglesia, Municipios y Cabildos en los que los indios originarios vivieron con dignidad por siglos trabajando esas tierras y aprendiendo oficios hasta que la República de México con leyes de Reforma expropió las tierras comunales que eran las mejores de México para entregarlas a los mayores postores entre sus criollos masones anticatólicos, los nuevos terratenientes sin dios que redujeron a la servidumbre a parte de los comuneros y a los demás los obligaron a dejar las tierras comunales virreinales de sus antepasados a buscarse el sustento o a morir de hambre. Pues la carta del rey de España tendría que abrir este melón, que es mucho más grande de lo que aquí se vislumbra, y seguro que no le iba a gustar a AMLO ni a muchos mexicanos que por adoctrinamiento desde la escuela ignoran la realidad histórica con un cuento de indigenismo aztequista que les metió en la psique mexicana un diplomático estadounidense que se llamaba Joel Poinsett a través de las logias que desde la independencia eran la sede de su verdadero gobierno al servicio de los anglos contrarias a la unión hispana y cuya misión era arrebatarles la mitad de México como así lo consiguió. Aburren culpando a España de sus fracasos republicanos de los que desde hace 200 años son ustedes los responsables. Reclamen para variar las disculpas a Estados Unidos que les robó medio país que heredaron de España o a sus propios antepasados españoles e indígenas si es que algo tienen que reclamarles sin olvidarse de sus gobernantes masónicos desde la separación con España. AMLO creo que es uno de ellos.
El problema fue por un lado que hiciera pública esa exigencia al rey de España que debió mantenerse en una correspondencia privada ya que AMLO no puede imponer su sesgada visión personal de político populista que desde el conocimiento de la historia resulta ser errada. Por el otro es que la respuesta sería tan contraria al relato negrolegendario que se enseña para mal en México que causaría una grave conmoción ya que se negaría el victimismo aztequista en que han basado la construcción nacional de la república de México surgida de la separación de España, en la que los mexicanos se creen aztecas y la pretendida exigencia de disculpas al rey, que es como perdirlas a España.
Es mentira que los españoles conquistaran a los indígenas que lucharon valientemente contra los barbudos europeos y cometieran un genocidio. Todo eso es un cuento nacionalista e hispanófobo que crearon los criollos en el siglo XIX como parte del constructo nacional de México que promovieron los masones anticatólicos y promotores de la leyenda negra de los anglos contra España y la Hispanidad, también para manipular a los indígenas culpando a España de los males que ellos provocaban. Muy útil y efectivo hasta que con internet se les puede llevar la contraria negando la mayor. Los pueblos sojuzgados por el Imperio Mexica o Azteca, la mayoría de lo que ahora les ha dado por llamar pueblos originarios, se aliaron a Hernán Cortés para liberarse del yugo mexica. Totonocas y Tlaxcaltecas fueron decisivos en las batallas sobre la capital del Imperio, Tenochtitlan. Los pueblos xochimilcos,otomíes, huejotzingos, cholusenses, chinantecos, purépachas ychalqueños, se sumaron a Cortés. El ejército español estaba formado en al menos un 99% por conquistadores que eran de los pueblos originarios que lucharon pactando con los españoles para liberarse del yugo de la sociedad más monstruosa de la historia del mundo en el trato con sus oprimidos. Cada año decenas de miles de sacrificios humanos en los que arrancaban el corazón en vida de sus pueblos originarios vecinos y los desmembraban para comérselos. El éxito de Cortés fue diplomático uniendo a los pueblos sojuzgados por los aztecas.
Puesto que por un lado los pueblos originarios eran los aliados de la Corona de España por lo que no hay que disculparse con nuestros aliados los pueblos originarios y, por el otro lado, los aztecas eran los crueles opresores de los pueblos originarios que con la ayuda española se liberaron del genocidio azteca, un terrorífico imperio azteca que como escribió la historiadora australiana Inga Clendinnen, lamentar la caída del imperio mexica era como sentir pena por la derrota de los nazis en la Segunda Guerra Mundial por los cerca de 30.000 sacrificios humanos y el canibalismo posterior que los mexicas realizaban al año entre los prisioneros hechos de las tribus vecinas. Por lo que tampoco caben las disculpas a los aztecas.
Hernán Cortés impidió que sus aliados de los pueblos originarios se tomaran la justicia por su cuenta exterminando a los mexicas para vengarse de los inmensos sufrimientos que les habían ocasionado mientras estuvieron sometidos a sus masivos sangrientos sacrificios humanos y crueldades. Los pueblos originarios aliados de los españoles querían hasta comerse a los aztecas y Hernán Cortés lo impidió. Con ello Cortés evitó dos genocidios: el primero por el que los pueblos originarios deben estar agradecidos a Hernán Cortés, padre de México, quien por los medios diplomáticos consiguió liberar a los pueblos originarios formando la coalición contra el imperio de la Triple Alianza. El segundo por el que los aztecas deben estar agradecidos a Hernán Cortés, ya que si no hubiera sido por su intervención los pueblos originarios los hubieran exterminado en venganza y comido como hicieron en Cholula, por lo que Cortés ya estaba prevenido para impedir la venganza tras la victoria.Y fue Hernán Cortés el padre de México mediante pactos de los nativos aliados de los pueblos originarios y, posteriormente, de los mismos aztecas derrotados con la Corona de España que se convirtieron en súbditos tan leales como los demás españoles.
El Virreinato de la Nueva España alcanzó dimensiones muy superiores al del Imperio de la Triple Alianza y con un grado civilizatorio muy superior conviviendo la cultura hispana y las diversas indígenas durante siglos en lo que fue el periodo de prosperidad y de mayor paz conocida en esos territorios tanto antes de la llegada de los españoles como después de las independencias. Pero en las instituciones educativas mexicanas no enseñan nada de los logros y la magnitud de la obra virreinal que hizo de México la capital de facto del primer imperio global, solo los tópicos negrolegendarios del falso relato victimista del aztequismo de la Conquista, reforzado por los marxistas en los textos con los que adoctrinan los estudios de primaria y secundaria, y de ahí pasan a la independencia de México ignorando todo sobre los gloriosos 300 años virreinales, cuando México era el centro de la primera globalización mundial.
Como españoles solo podemos lamentar que la República de México se haya construido sobre la falsedad del victimismo azteca, cuando fue Hernán Cortés quien fundó México, que no existía, con el mestizaje cultural y genético. Su hijo Martín con Malinche el primer mexicano. Los mexicanos actuales son mucho más que de los aztecas como les han enseñado los hispanófobos, tanto la corriente anglo y masona como los marxistas que buscan generar conflictos para medrar, los descendientes ante todo de los españoles y de los pueblos originarios conquistadores de Tenochtitlán que se liberaron de la cruel opresión azteca.
Las actitudes oficiales despiadadas y propensas al genocidio no fueron permitidas ni por la Corona de España ni por la Iglesia Católica. Surgieron a partir de los procesos de independencia en América, cuando esas élites criollas masonas, anticatólicas y financiadas por los anglos devinieron en explotadores coloniales de sus propios
compatriotas, gentes sencillas de campo definidas racialmente y condenadas al menosprecio que perdieron la protección de la Corona de España y el sustento. Recordemos que Zapata se hacía acompañar de los documentos en los que la Corona de España reconocía la propiedad invendible de las tierras comunales de la Iglesia, Municipios y Cabildos en los que los indios originarios vivieron con dignidad por siglos trabajando esas tierras y aprendiendo oficios hasta que la República de México con leyes de Reforma expropió las tierras comunales que eran las mejores de México para entregarlas a los mayores postores entre sus criollos masones anticatólicos, los nuevos terratenientes sin dios que redujeron a la servidumbre a parte de los comuneros y a los demás los obligaron a dejar las tierras comunales virreinales de sus antepasados a buscarse el sustento o a morir de hambre.
Pues la carta del rey de España tendría que abrir este melón, que es mucho más grande de lo que aquí se vislumbra, y seguro que no le iba a gustar a AMLO ni a muchos mexicanos que por adoctrinamiento desde la escuela ignoran la realidad histórica con un cuento de indigenismo aztequista que les metió en la psique mexicana un diplomático estadounidense que se llamaba Joel Poinsett a través de las logias que desde la independencia eran la sede de su verdadero gobierno al servicio de los anglos contrarias a la unión hispana y cuya misión era arrebatarles la mitad de México como así lo consiguió. Aburren culpando a España de sus fracasos republicanos de los que desde hace 200 años son ustedes los responsables. Reclamen para variar las disculpas a Estados Unidos que les robó medio país que heredaron de España o a sus propios antepasados españoles e indígenas si es que algo tienen que reclamarles sin olvidarse de sus gobernantes masónicos desde la separación con España. AMLO creo que es uno de ellos.
Ni Mario Moreno "Cantiflas" lo hubiere explicado mejor.