Yo sufro de esta terrible enfermedad, parece simple pero es muy grave. El grado debilitante es el máximo. Existe un deterioro en la parte social y emocional de la persona. Una cosa que faltó agregar es que los pacientes nunca están conformes con su apariencia y creen que todos les mienten, incluso los médicos.
Yo también sufro de este trastorno. Como tu lo has dicho, parece algo simple, pero es muy grave. No solo por tu salud mental o inculso física, sino porque también genera represalias en la familia y los amigos. He tenido peleas muy horribles con mi familia y amigos porque al veces cuando estoy con ellos, me lleno de rabia (de la nada), porque me veo a un vidrio que refleja o a un mismo espejo en cualquier tienda. No logras vivir tranquilo, ya que incluso llegas a pensar de que porque tienes ese "defecto" no mereces tener el amor de tus amigos o tu familia y crees que es mejor para tí juntarte con personas que tienen tu "defecto", pero más grave o incluso peor. Incluso puedes llegar a pensar de que hay ciertos trabajos en donde no puedes participar. Como por ejemplo el de ser actor. En mi país (Perú), la fama infantil o en general, es muy popular. Y cada vez que los ves en la tele o en las redes sociales, ves que son flacos, no tienen granitos y carecen de grasa corporal. Generando en las personas un pensamiento de "no puedo llegar a tener lo que ellos tienen, ya que no tengo su cuerpo/vida"
Yo también tengo este trastorno y por momentos la vida se puede hacer bastante difícil, a veces nos gana la ansiedad y las ideas sobre la apariencia, pero con la ayuda adecuada se puede mejorar mucho y ser muy funcional. Ánimo! Me gustaría que pudiéramos hablar y compartir experiencias. Saludo
Buenas noches a todos. Nuestras emociones no pueden determinar nuestras creencias si nuestra voluntad lo impide; y lo que creemos convencidamente por propia voluntad sí puede determinar lo que sentimos y logramos. Por lo tanto, estoy convencido de que la voluntad de creer con convicción es, en la guerra contra la dismorfofobia, lo que determina o no la victoria definitiva de ustedes sobre esa enfermedad. ¿Cuáles son, entonces, las convicciones en la que ustedes deben consolidarse para vencer? Estas son dos. La primera: mi apariencia física tiene, en verdad, muchísimo menos importancia que la que yo le doy. La segunda: si no he nacido con alguna malformación congénita, todo mi cuerpo es físicamente hermoso independientemente de toda opinión o estereotipo de belleza al respecto; si he nacido con una malformación congénita, entonces esa malformación, si bien no tiene belleza física, sí posee una gran valía, porque forma parte de una valiosísima persona que es corona de la creación del infinitamente valioso Dios: yo, y esto siempre ha sido y será una verdad muchísimo más importante, debido a que el valor del ser humano, proveniente del lazo que lo une al Altísimo, es tremendamente más importante que su belleza y no depende de ella (en consecuencia, amaré esa malformación por su gran valor, y viviré con paz teniéndola). Como cristiano, les aseguro que todo acomplejador parámetro de belleza en la mente es un dañino autoengaño del ser humano, nunca una verdad de Dios. Si no tienen alguna malformación congénita, estén seguros de que nacieron con un físico hermoso por doquier, tengan o no milimétrica simetría, sean altos o bajos, hayan o no nacido con un ojo más grande o pequeño que el otro, etcétera. Ya es tiempo de que renuncien totalmente a esos parámetros mentirosos y perjudiciales que han determinado su concepto de belleza: parámetros estéticos que han levantado una fortaleza mental (o argumento que ustedes han sostenido con seguridad) y que, sea que provengan de una invención de la dismorfofobia en su mente, o de una invención de este mundo corrompido por el pecado, les han hecho creer que lo superficial es esencial, que lo poco relevante es muy importante, que la mentira es la verdad. Comprendiendo con amor que ese engaño los ha mantenido afligidos y oprimidos, vengo a darles las Buenas Nuevas de esperanza: ¡Jesucristo vino "a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos" (Lucas 4:18)! Él murió y resucitó para regalarnos la salvación divina que nosotros no merecemos ni podríamos comprar por ser pecadores: salvación de la esclavitud del pecado; y esa fortaleza mental hecha de parámetros estéticos que engañan, la cual he mencionado en el párrafo anterior, es claramente pecado. ¿Acaso no es pecado haber pensado o actuado como si los mentirosos y acomplejadores parámetros de belleza inventados por este mundo corrompido, o por la dismorfofobia en sus mentes, fueran una verdad esencial de mucha importancia para nuestra autopercepción? Por supuesto que sí, pues pensar o actuar de esa manera significa tomar la dañina decisión de no amarse a uno mismo esclavizándose en el engaño y tormento consecuente, y Dios estableció en su Palabra, como precioso mandamiento, que nos amáramos a nosotros mismos [ama a tu prójimo como a ti mismo (Mateo 22:39)]. Por consiguiente, arrepiéntanse en oración, pidiendo perdón al Dios Perdonador, y a ustedes mismos, por haber caído en ese pecado cegador que los ha mantenido esclavizados en la dismorfofobia, y también por cualquier otro pecado cometido (si aún no han hecho esto), y reciban agradecidamente a su Hijo Jesús en sus corazones como Señor y Salvador, Quien nos redimió de la justa penalidad por nuestras transgresiones, cargándolas en la cruz del calvario por su inmenso amor a nosotros. Si creen en Él, y en esa oración le dicen “Señor Jesús, te recibo ahora en mi corazón, como mi Señor y Salvador”, pidiéndole además que entre a sus vidas y las cambie completamente, también recibirán a su Todopoderoso Espíritu que lo levantó de los muertos, el Espíritu Santo: Él los fortalecerá, sustentará y conducirá a toda verdad (Juan 16:13), preparándolos así para vencer a la dismorfofobia en cada batalla de la guerra; vivificará en gran manera el espíritu de ustedes, que apartado de Dios estaba muerto, ¡y entonces sus espíritus serán llenos del amor, poder y dominio propio que viene de lo alto (2 Timoteo 1:7)! Sí: amor para que tomen, en el Nombre de Jesucristo, Nombre que es sobre todo nombre (Filipenses 2:9) y, por tanto, sobre el de la dismorfofobia, la resolución de pensar y hacer aquello bueno que demuestre amor propio de discernimiento (el cual se obtiene a través de la interiorización de las poderosas enseñanzas que sobreabundan en la Biblia cristiana), amor propio en el que ustedes deben y necesitan afirmarse y permanecer; segundo, poder, para que, con voces de guerra, cual valientes guerreros echen fuera resueltamente en el Nombre de Jesucristo, Nombre que es sobre todo nombre y, por tanto, sobre el de la dismorfofobia, todo miedo, ansiedad, preocupación, falsa creencia o pensamiento mentiroso o exagerado en relación a su apariencia física, batallando así hasta que estos dejen de venir a su mente; finalmente, dominio propio, para que con voces de guerra dominen en el Nombre de Jesucristo, Nombre que es sobre todo nombre y, por tanto, sobre el de la dismorfofobia, su mente no volviendo a pensar en lo que ya han echado fuera, asimismo para que dominen aguerridamente todo temor, preocupación o ansiedad por ver su reflejo o saber mediante otra persona cómo se ven, y entonces triunfen en cada batalla, no yendo a hacer nada de ello. La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve (Hebreos 11:1). La tierra, los cielos y el mar, y todo lo que en ellos abunda, el Omnipotente los hizo realidad poderosamente de lo que no se veía. Por lo tanto, ¡vencer la dismorfofobia requiere de fe!: ¡necesitan tener la convicción de lo que la enfermedad les ha estado impidiendo ver claramente en su mente, sí, esas 2 convicciones que mencioné en el primer párrafo, para que entonces de la mano del Todopoderoso, es decir, ejecutando esas poderosas armas de guerra mencionadas, que únicamente Él les ha dado, hagan realidad su victoria definitiva sobre esa enfermedad! Si, con fe y voces de guerra, ponen en acción mis consejos de victoria, en ese mismo momento declarando aguerridamente que los están ejecutando "en el Nombre de Jesucristo", Nombre del Más que Vencedor, Nombre de cuyo gran poder se sigue dando vivo testimonio en muchas partes del mundo, tengan por seguro que vencerán aplastantemente esa enfermedad, y se olvidarán de las consultas con el psiquiatra o psicólogo, así como de la fluoxetina, o cualquier otro medicamento que estén tomando. Cristo no es un mito, sino una realidad tan verdadera como el aire que respiramos, una realidad que el ser humano necesita vivir personalmente para convencerse de que es verdadera. ¿Quieren descubrir si hay evidencia probatoria de que Jesucristo existe y tiene el poder de llevarlos de victoria en victoria, sobre esa y toda enfermedad? Pues no hay mejor manera de descubrirlo que poniéndolo a Él a prueba ustedes mismos: arrepiéntanse de sus pecados, reciban a Jesucristo como su Señor y Salvador, y sigan fielmente su Bíblico Evangelio cual discípulos suyos, asimismo empiecen a congregar en una iglesia cristiana donde se les predique la libertadora Palabra de Dios, y con mucho ánimo les aseguro, como que me llamo Jorge, que sus vidas cambiarán tremendamente, y para siempre.
No es un trastorno, son perfeccionistas, y en la mente del perfeccionista no cabe las imperfecciones. La gente nos engaña porque su sentido de la vista es muy pobre, el perfeccionista ama la belleza y siempre va a querer verse increíble no simplemente bien... Increíble¡¡
Me vi todo el programa. Yo fui víctima de una mala praxis por un tratamiento estético que tenía por fin, resecar una malformación arteriovenosa en el labio, que era minúscula y más bien de pigmentación de la piel. Hubo una serie de prácticas médicas incorrectas que lo único que hizo fue involucionar la malformación y ser ahora de alto flujo, lo que implica el labio de notorio mayor tamaño, flujo sanguineo e inflamación. Es frustrante, porque al ser un tema sanguineo, es riesgoso, y no hay un tratamiento que me asegure la reducción del labio porque hay riesgo de que se muera el tejido. Han pasado 11 años desde la última sesión y he tenido altos y bajos. Tomo antidepresivos, ansiolíticos. Y ahora retomé terapia. Sé que mi asimetría llama la atención y me siento observado, pero yo me psicopateo más porque cuando el rechazo es propio, es como que uno lo atrae y lo comunica a los demás; por cierto lenguaje no verbal que se transmite. Mi estado de ánimo depende de cuanta inflamación (flujo sanguineo: presión sanguinea) tenga mi labio.. Si me despierto como mucha inflamación (el labio, me queda como si una abeja me hubiera picado), ahí me siento fatal. Si está moderado, es llevadero. Pero nunca estoy desestresado porque sé que en cualquier momento el flujo sanguineo aumentará, y por lo tanto mi imagen, cambiará. Aun en mis días más oscuros, cuando la mente me tortura y aparecen hasta ideas sui...das , trato de mantener la Cordura. Y decirme, ya pasará. LO IMPORTANTE ES HABLAR. HABLAR TE HACE FUERTE. Uno a veces se caya por miedo a que se nos burlen, no nos entiendan, o por verguenza. Pero lo cierto es que nuestro enemigo es uno mismo, o más bien, nuestra mente tóxica. SALDREMOS ADELANTE. Y cuando tú creas que no tenga sentido la vida, te pido por favor que pienses en la idea de hacer voluntariado, y ayudar a los demás (en una iglesia, en un comedor, a una obra) Haz Caridad. Enfocar la energía es lo importante. FUERZA. ESTAREMOS BIEN. Saludos desde Uruguay.
Buenas noches a quienes anhelan saber cómo triunfar sobre esta enfermedad. Nuestras emociones no pueden determinar nuestras creencias si nuestra voluntad lo impide; y lo que creemos convencidamente por propia voluntad sí puede determinar lo que sentimos y logramos. Por lo tanto, estoy convencido de que la voluntad de creer con convicción es, en la guerra contra la dismorfofobia, lo que determina o no la victoria definitiva de ustedes sobre esa enfermedad. ¿Cuáles son, entonces, las convicciones en la que ustedes deben consolidarse para vencer? Estas son dos. La primera: mi apariencia física tiene, en verdad, muchísimo menos importancia que la que yo le doy. La segunda: si no he nacido con alguna malformación congénita, todo mi cuerpo es físicamente hermoso independientemente de toda opinión o estereotipo de belleza al respecto; si he nacido con una malformación congénita, entonces esa malformación, si bien no tiene belleza física, sí posee una gran valía, porque forma parte de una valiosísima persona que es corona de la creación del infinitamente valioso Dios: yo, y esto siempre ha sido y será una verdad muchísimo más importante, debido a que el valor del ser humano, proveniente del lazo que lo une al Altísimo, es tremendamente más importante que su belleza y no depende de ella (en consecuencia, amaré esa malformación por su gran valor, y viviré con paz teniéndola). Como cristiano, les aseguro que todo acomplejador parámetro de belleza en la mente es un dañino autoengaño del ser humano, nunca una verdad de Dios. Si no tienen alguna malformación congénita, estén seguros de que nacieron con un físico hermoso por doquier, tengan o no milimétrica simetría, sean altos o bajos, hayan o no nacido con un ojo más grande o pequeño que el otro, etcétera. Ya es tiempo de que renuncien totalmente a esos parámetros mentirosos y perjudiciales que han determinado su concepto de belleza: parámetros estéticos que han levantado una fortaleza mental (o argumento que ustedes han sostenido con seguridad) y que, sea que provengan de una invención de la dismorfofobia en su mente, o de una invención de este mundo corrompido por el pecado, les han hecho creer que lo superficial es esencial, que lo poco relevante es muy importante, que la mentira es la verdad. Comprendiendo con amor que ese engaño los ha mantenido afligidos y oprimidos, vengo a darles las Buenas Nuevas de esperanza: ¡Jesucristo vino "a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos" (Lucas 4:18)! Él murió y resucitó para regalarnos la salvación divina que nosotros no merecemos ni podríamos comprar por ser pecadores: salvación de la esclavitud del pecado; y esa fortaleza mental hecha de parámetros estéticos que engañan, la cual he mencionado en el párrafo anterior, es claramente pecado. ¿Acaso no es pecado haber pensado o actuado como si los mentirosos y acomplejadores parámetros de belleza inventados por este mundo corrompido, o por la dismorfofobia en sus mentes, fueran una verdad esencial de mucha importancia para nuestra autopercepción? Por supuesto que sí, pues pensar o actuar de esa manera significa tomar la dañina decisión de no amarse a uno mismo esclavizándose en el engaño y tormento consecuente, y Dios estableció en su Palabra, como precioso mandamiento, que nos amáramos a nosotros mismos [ama a tu prójimo como a ti mismo (Mateo 22:39)]. Por consiguiente, arrepiéntanse en oración, pidiendo perdón al Dios Perdonador, y a ustedes mismos, por haber caído en ese pecado cegador que los ha mantenido esclavizados en la dismorfofobia, y también por cualquier otro pecado cometido (si aún no han hecho esto), y reciban agradecidamente a su Hijo Jesús en sus corazones como Señor y Salvador, Quien nos redimió de la justa penalidad por nuestras transgresiones, cargándolas en la cruz del calvario por su inmenso amor a nosotros. Si creen en Él, y en esa oración le dicen “Señor Jesús, te recibo ahora en mi corazón, como mi Señor y Salvador”, pidiéndole además que entre a sus vidas y las cambie completamente, también recibirán a su Todopoderoso Espíritu que lo levantó de los muertos, el Espíritu Santo: Él los fortalecerá, sustentará y conducirá a toda verdad (Juan 16:13), preparándolos así para vencer a la dismorfofobia en cada batalla de la guerra; vivificará en gran manera el espíritu de ustedes, que apartado de Dios estaba muerto, ¡y entonces sus espíritus serán llenos del amor, poder y dominio propio que viene de lo alto (2 Timoteo 1:7)! Sí: amor para que tomen, en el Nombre de Jesucristo, Nombre que es sobre todo nombre (Filipenses 2:9) y, por tanto, sobre el de la dismorfofobia, la resolución de pensar y hacer aquello bueno que demuestre amor propio de discernimiento (el cual se obtiene a través de la interiorización de las poderosas enseñanzas que sobreabundan en la Biblia cristiana), amor propio en el que ustedes deben y necesitan afirmarse y permanecer; segundo, poder, para que, con voces de guerra, cual valientes guerreros echen fuera resueltamente en el Nombre de Jesucristo, Nombre que es sobre todo nombre y, por tanto, sobre el de la dismorfofobia, todo miedo, ansiedad, preocupación, falsa creencia o pensamiento mentiroso o exagerado en relación a su apariencia física, batallando así y sin una extenuante e innecesaria repetición hasta que estos dejen de venir a su mente; finalmente, dominio propio, para que con voces de guerra dominen en el Nombre de Jesucristo, Nombre que es sobre todo nombre y, por tanto, sobre el de la dismorfofobia, su mente no volviendo a pensar en lo que ya han echado fuera, asimismo para que dominen aguerridamente todo temor, preocupación o ansiedad por ver su reflejo o saber mediante otra persona cómo se ven, y entonces triunfen en cada batalla, no yendo a hacer nada de ello. La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve (Hebreos 11:1). La tierra, los cielos y el mar, y todo lo que en ellos abunda, el Omnipotente los hizo realidad poderosamente de lo que no se veía. Por lo tanto, ¡vencer la dismorfofobia requiere de fe!: ¡necesitan tener la convicción de lo que la enfermedad les ha estado impidiendo ver claramente en su mente, sí, esas 2 convicciones que mencioné en el primer párrafo, para que entonces de la mano del Todopoderoso, es decir, ejecutando esas poderosas armas de guerra mencionadas, que únicamente Él les ha dado, hagan realidad su victoria definitiva sobre esa enfermedad! Si, con fe y voces de guerra, ponen en acción mis consejos de victoria, en ese mismo momento declarando aguerridamente que los están ejecutando "en el Nombre de Jesucristo", Nombre del Más que Vencedor, Nombre de cuyo gran poder se sigue dando vivo testimonio en muchas partes del mundo, tengan por seguro que vencerán aplastantemente esa enfermedad, y se olvidarán de las consultas con el psiquiatra o psicólogo, así como de la fluoxetina, o cualquier otro medicamento que estén tomando. Cristo no es un mito, sino una realidad tan verdadera como el aire que respiramos, una realidad que el ser humano necesita vivir personalmente para convencerse de que es verdadera. ¿Quieren descubrir si hay evidencia probatoria de que Jesucristo existe y tiene el poder de llevarlos de victoria en victoria, sobre esa y toda enfermedad? Pues no hay mejor manera de descubrirlo que poniéndolo a Él a prueba ustedes mismos: arrepiéntanse de sus pecados, reciban a Jesucristo como su Señor y Salvador, y sigan fielmente su Bíblico Evangelio cual discípulos suyos, asimismo empiecen a congregar en una iglesia cristiana donde se les predique la libertadora Palabra de Dios, y con mucho ánimo les aseguro, como que me llamo Jorge, que sus vidas cambiarán tremendamente, y para siempre.
@@lucilaaristidesgonzalescar4539 No dudo que los médicos pueden ser grandes y preciosos instrumentos de Dios para la sanidad de las personas (mi madre es una médica excelente, y una cristiana de mucha fe). Tampoco dudo que Jesucristo es el Médico de médicos, pues, hace mucho, recibí su evidente milagro de sanidad física. Dios la bendiga grandemente.
@@juancasedu2000 Buenas noches. Aunque no poseo la pericia de un psicólogo o psiquiatra, soy un periodista con bastante conocimiento sobre la dismorfofobia: publiqué ese largo mensaje como una ayuda que no tiene ningún fin de lucro, ya que Dios puso en mí, gracias a haber recibido a Cristo como mi Señor y Salvador, un amor incondicional a las personas que están atravesando por dicho trastorno. Comprendo lo que me cuentas: en caso aún estés pasando por momentos difíciles, te animo a que no te rindas y apliques lo que aconsejo en tal mensaje. Si lo haces, ten por seguro que triunfarás de manera rotunda. Ten siempre presente que los momentos difíciles traen consigo la valiosísima e imperdible oportunidad de que formemos en nosotros un alto nivel de carácter, el cual marca un antes y un después inolvidable en la vida del ser humano: lo empodera tremendamente, haciéndolo capaz de triunfar sobre toda adversidad mental y emocional mediante su facultad de decidir. ¿Cómo conseguimos ese alto nivel de carácter? Pues, tomando cada día, con determinación y compromiso, las decisiones correctas en el oportuno momento de adversidad, lo cual significa que caminemos en obediencia a la Buena y Perfecta Voluntad de Dios, y no en obediencia a nuestra propia voluntad falible y egocéntrica. Si todos los días practicamos eso tan bueno y necesario, adquiriremos un hábito de victoria que formará en nosotros un imbatible carácter. La soberbia es tener un autoconcepto más alto que el debido: necio autoconcepto que implica creer o nos lleva a creer que nuestra voluntad es más importante, valiosa, necesaria o provechosa que la Voluntad del Mismísimo Eterno y Sabedor de todo. Entonces, esta errada y cegadora creencia sobre nuestra voluntad nos conduce a actuar pecaminosamente, a actuar incluso en contra del amor propio que debemos y necesitamos expresarnos a nosotros mismos. Si alguien con el mencionado trastorno no ha tratado su soberbia, te aseguro que esta última, cual seductor y engañoso árbol de tóxica podredumbre, ha envenenado su alma con sus dos tentadores y engañadores frutos de siempre: la autosuficiencia y la rebeldía contra el Altísimo. Ambos frutos de la soberbia llevan a esa persona a hacer su propia y pecaminosa voluntad en los momentos de miedo, confusión o ansiedad: voluntad de anidar un pensamiento enfermizo y analizarlo, o de ver obsesivamente su propio físico hasta verlo conforme a su gusto, o de preguntar por su propia apariencia física cuando sabe que es insano hacerlo; todo lo cual resulta lo opuesto a la Voluntad Divina. Para que quien toma esas dañinas decisiones venza la dismorfofobia de modo definitivo, lo mejor es que esa persona someta por completo su voluntad falible y egocéntrica a la Voluntad de Dios; y para ello resulta imprescindible que, primero, renuncie ya a su propia soberbia, rebeldía y autosuficiencia, humillándose ante Él en arrepentimiento por esos tóxicos pecados. Si tal persona quiere ver, día a día, la Fiel y Ayudadora Mano del Todopoderoso en lo que respecta a su salud, no sólo tiene que recibir a Jesucristo en su corazón como su Señor y Salvador, sino, recalco, también practicar cada día su Evangelio que le llama a renunciar ya a su engañosa y autodestructiva soberbia, la cual lo mantiene apartado de su buena salud integral: "El Señor ocupa el lugar más alto por encima de todos los demás, pero aun así, él nunca abandona a los humildes. Él siempre sabe lo que hacen los soberbios y se mantiene alejado de ellos" (Salmos 138:6).
a mi me operaron la nariz teniendo este trastorno y no lo sabia, hasta despues de la cirugia ya que tenia tabique desviado, ahora siento mi nariz muy pequeña y afeminada y me empeoro
Hermano, entiendo tu malestar. Yo padezco tdc a partir de una malapraxis en el labio. La verdad es que es subjetivo quien nos mire. En mi opinión, no hay narices que sean afeminadas. Hay chicas y chicos con la nariz chica, así como chicos y chicas con la nariz aguileña y/o pronunciada. No hay una nariz de sexo determinante. Fuerte abrazo
A mí provoca Ansiedad, este trastorno, y todo empezó con un tratamiento contra las manchas de sol, y me obsesione con mi apariencia física 😬 ahora hasta le encontré imperfecciones a todo el cuerpo, ni por hacer gimnasio, ni estoy conforme conmigo mismo, parezco narcisista 😵
Ahi te equivocas cariño, es un trastorno y muy grave... En mi caso, solo es un defecto es el que me genera demasiado estrés, y realmente tengo muchas imperfecciones. Ej, tengo los labios demasiados gruesos y no me molesta, tengo orejas que parecen antenas parabólicas y no me molesta, tengo la nariz grande, ancha y algo torcida y no le molesta, mi cuello es largo y no me molesta... Pero solo hay una que no es natural que si me genera una ansiedad horrible...
@@josebriones6553 el trastorno no existe, eso es una idea, una conclusión que para ti puede ser real y para otros no, soy amante de la belleza física y me hace feliz ver que cada parte de mi cuerpo es perfecto, no es un trastorno porque disfruto de lo que mis ojos ven.
@@raquelpontegarcia6070 q le dirías a una persona que tiene los ojos bizcos o torcidos además de asimétricos ? Además q la gente se burla de sus defectos le hacen bullyn y lo aislan? Pensarías q es falso?
Sí es un transtorno, porque afecta tu vida social, laboral y sentimental, el TDC es parte del TOC, son obsesiones y por así decirlo, hay voces en tu mente que no te dejan y te señalan tus defectos, esto NO es perfeccionismo, te recomiendo investigar más sobre el TDC.
Gracias buen programa 👏🏻👏🏻
Yo sufro de esta terrible enfermedad, parece simple pero es muy grave. El grado debilitante es el máximo. Existe un deterioro en la parte social y emocional de la persona.
Una cosa que faltó agregar es que los pacientes nunca están conformes con su apariencia y creen que todos les mienten, incluso los médicos.
Yo también sufro de este trastorno. Como tu lo has dicho, parece algo simple, pero es muy grave. No solo por tu salud mental o inculso física, sino porque también genera represalias en la familia y los amigos. He tenido peleas muy horribles con mi familia y amigos porque al veces cuando estoy con ellos, me lleno de rabia (de la nada), porque me veo a un vidrio que refleja o a un mismo espejo en cualquier tienda. No logras vivir tranquilo, ya que incluso llegas a pensar de que porque tienes ese "defecto" no mereces tener el amor de tus amigos o tu familia y crees que es mejor para tí juntarte con personas que tienen tu "defecto", pero más grave o incluso peor. Incluso puedes llegar a pensar de que hay ciertos trabajos en donde no puedes participar. Como por ejemplo el de ser actor. En mi país (Perú), la fama infantil o en general, es muy popular. Y cada vez que los ves en la tele o en las redes sociales, ves que son flacos, no tienen granitos y carecen de grasa corporal. Generando en las personas un pensamiento de "no puedo llegar a tener lo que ellos tienen, ya que no tengo su cuerpo/vida"
Te entiendo hermano yo igual sufro está enfermedad solo le pido a la vida que me libre de está maldición
Yo también tengo este trastorno y por momentos la vida se puede hacer bastante difícil, a veces nos gana la ansiedad y las ideas sobre la apariencia, pero con la ayuda adecuada se puede mejorar mucho y ser muy funcional. Ánimo! Me gustaría que pudiéramos hablar y compartir experiencias. Saludo
Buenas noches a todos. Nuestras emociones no pueden determinar nuestras creencias si nuestra voluntad lo impide; y lo que creemos convencidamente por propia voluntad sí puede determinar lo que sentimos y logramos. Por lo tanto, estoy convencido de que la voluntad de creer con convicción es, en la guerra contra la dismorfofobia, lo que determina o no la victoria definitiva de ustedes sobre esa enfermedad. ¿Cuáles son, entonces, las convicciones en la que ustedes deben consolidarse para vencer? Estas son dos. La primera: mi apariencia física tiene, en verdad, muchísimo menos importancia que la que yo le doy. La segunda: si no he nacido con alguna malformación congénita, todo mi cuerpo es físicamente hermoso independientemente de toda opinión o estereotipo de belleza al respecto; si he nacido con una malformación congénita, entonces esa malformación, si bien no tiene belleza física, sí posee una gran valía, porque forma parte de una valiosísima persona que es corona de la creación del infinitamente valioso Dios: yo, y esto siempre ha sido y será una verdad muchísimo más importante, debido a que el valor del ser humano, proveniente del lazo que lo une al Altísimo, es tremendamente más importante que su belleza y no depende de ella (en consecuencia, amaré esa malformación por su gran valor, y viviré con paz teniéndola).
Como cristiano, les aseguro que todo acomplejador parámetro de belleza en la mente es un dañino autoengaño del ser humano, nunca una verdad de Dios. Si no tienen alguna malformación congénita, estén seguros de que nacieron con un físico hermoso por doquier, tengan o no milimétrica simetría, sean altos o bajos, hayan o no nacido con un ojo más grande o pequeño que el otro, etcétera. Ya es tiempo de que renuncien totalmente a esos parámetros mentirosos y perjudiciales que han determinado su concepto de belleza: parámetros estéticos que han levantado una fortaleza mental (o argumento que ustedes han sostenido con seguridad) y que, sea que provengan de una invención de la dismorfofobia en su mente, o de una invención de este mundo corrompido por el pecado, les han hecho creer que lo superficial es esencial, que lo poco relevante es muy importante, que la mentira es la verdad.
Comprendiendo con amor que ese engaño los ha mantenido afligidos y oprimidos, vengo a darles las Buenas Nuevas de esperanza: ¡Jesucristo vino "a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos" (Lucas 4:18)! Él murió y resucitó para regalarnos la salvación divina que nosotros no merecemos ni podríamos comprar por ser pecadores: salvación de la esclavitud del pecado; y esa fortaleza mental hecha de parámetros estéticos que engañan, la cual he mencionado en el párrafo anterior, es claramente pecado. ¿Acaso no es pecado haber pensado o actuado como si los mentirosos y acomplejadores parámetros de belleza inventados por este mundo corrompido, o por la dismorfofobia en sus mentes, fueran una verdad esencial de mucha importancia para nuestra autopercepción? Por supuesto que sí, pues pensar o actuar de esa manera significa tomar la dañina decisión de no amarse a uno mismo esclavizándose en el engaño y tormento consecuente, y Dios estableció en su Palabra, como precioso mandamiento, que nos amáramos a nosotros mismos [ama a tu prójimo como a ti mismo (Mateo 22:39)].
Por consiguiente, arrepiéntanse en oración, pidiendo perdón al Dios Perdonador, y a ustedes mismos, por haber caído en ese pecado cegador que los ha mantenido esclavizados en la dismorfofobia, y también por cualquier otro pecado cometido (si aún no han hecho esto), y reciban agradecidamente a su Hijo Jesús en sus corazones como Señor y Salvador, Quien nos redimió de la justa penalidad por nuestras transgresiones, cargándolas en la cruz del calvario por su inmenso amor a nosotros. Si creen en Él, y en esa oración le dicen “Señor Jesús, te recibo ahora en mi corazón, como mi Señor y Salvador”, pidiéndole además que entre a sus vidas y las cambie completamente, también recibirán a su Todopoderoso Espíritu que lo levantó de los muertos, el Espíritu Santo: Él los fortalecerá, sustentará y conducirá a toda verdad (Juan 16:13), preparándolos así para vencer a la dismorfofobia en cada batalla de la guerra; vivificará en gran manera el espíritu de ustedes, que apartado de Dios estaba muerto, ¡y entonces sus espíritus serán llenos del amor, poder y dominio propio que viene de lo alto (2 Timoteo 1:7)! Sí: amor para que tomen, en el Nombre de Jesucristo, Nombre que es sobre todo nombre (Filipenses 2:9) y, por tanto, sobre el de la dismorfofobia, la resolución de pensar y hacer aquello bueno que demuestre amor propio de discernimiento (el cual se obtiene a través de la interiorización de las poderosas enseñanzas que sobreabundan en la Biblia cristiana), amor propio en el que ustedes deben y necesitan afirmarse y permanecer; segundo, poder, para que, con voces de guerra, cual valientes guerreros echen fuera resueltamente en el Nombre de Jesucristo, Nombre que es sobre todo nombre y, por tanto, sobre el de la dismorfofobia, todo miedo, ansiedad, preocupación, falsa creencia o pensamiento mentiroso o exagerado en relación a su apariencia física, batallando así hasta que estos dejen de venir a su mente; finalmente, dominio propio, para que con voces de guerra dominen en el Nombre de Jesucristo, Nombre que es sobre todo nombre y, por tanto, sobre el de la dismorfofobia, su mente no volviendo a pensar en lo que ya han echado fuera, asimismo para que dominen aguerridamente todo temor, preocupación o ansiedad por ver su reflejo o saber mediante otra persona cómo se ven, y entonces triunfen en cada batalla, no yendo a hacer nada de ello.
La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve (Hebreos 11:1). La tierra, los cielos y el mar, y todo lo que en ellos abunda, el Omnipotente los hizo realidad poderosamente de lo que no se veía. Por lo tanto, ¡vencer la dismorfofobia requiere de fe!: ¡necesitan tener la convicción de lo que la enfermedad les ha estado impidiendo ver claramente en su mente, sí, esas 2 convicciones que mencioné en el primer párrafo, para que entonces de la mano del Todopoderoso, es decir, ejecutando esas poderosas armas de guerra mencionadas, que únicamente Él les ha dado, hagan realidad su victoria definitiva sobre esa enfermedad! Si, con fe y voces de guerra, ponen en acción mis consejos de victoria, en ese mismo momento declarando aguerridamente que los están ejecutando "en el Nombre de Jesucristo", Nombre del Más que Vencedor, Nombre de cuyo gran poder se sigue dando vivo testimonio en muchas partes del mundo, tengan por seguro que vencerán aplastantemente esa enfermedad, y se olvidarán de las consultas con el psiquiatra o psicólogo, así como de la fluoxetina, o cualquier otro medicamento que estén tomando.
Cristo no es un mito, sino una realidad tan verdadera como el aire que respiramos, una realidad que el ser humano necesita vivir personalmente para convencerse de que es verdadera. ¿Quieren descubrir si hay evidencia probatoria de que Jesucristo existe y tiene el poder de llevarlos de victoria en victoria, sobre esa y toda enfermedad? Pues no hay mejor manera de descubrirlo que poniéndolo a Él a prueba ustedes mismos: arrepiéntanse de sus pecados, reciban a Jesucristo como su Señor y Salvador, y sigan fielmente su Bíblico Evangelio cual discípulos suyos, asimismo empiecen a congregar en una iglesia cristiana donde se les predique la libertadora Palabra de Dios, y con mucho ánimo les aseguro, como que me llamo Jorge, que sus vidas cambiarán tremendamente, y para siempre.
No es un trastorno, son perfeccionistas, y en la mente del perfeccionista no cabe las imperfecciones. La gente nos engaña porque su sentido de la vista es muy pobre, el perfeccionista ama la belleza y siempre va a querer verse increíble no simplemente bien... Increíble¡¡
Gracias. Excelente explicación. Saludos desde Colombia.
Me vi todo el programa. Yo fui víctima de una mala praxis por un tratamiento estético que tenía por fin, resecar una malformación arteriovenosa en el labio, que era minúscula y más bien de pigmentación de la piel. Hubo una serie de prácticas médicas incorrectas que lo único que hizo fue involucionar la malformación y ser ahora de alto flujo, lo que implica el labio de notorio mayor tamaño, flujo sanguineo e inflamación. Es frustrante, porque al ser un tema sanguineo, es riesgoso, y no hay un tratamiento que me asegure la reducción del labio porque hay riesgo de que se muera el tejido.
Han pasado 11 años desde la última sesión y he tenido altos y bajos. Tomo antidepresivos, ansiolíticos. Y ahora retomé terapia. Sé que mi asimetría llama la atención y me siento observado, pero yo me psicopateo más porque cuando el rechazo es propio, es como que uno lo atrae y lo comunica a los demás; por cierto lenguaje no verbal que se transmite.
Mi estado de ánimo depende de cuanta inflamación (flujo sanguineo: presión sanguinea) tenga mi labio.. Si me despierto como mucha inflamación (el labio, me queda como si una abeja me hubiera picado), ahí me siento fatal. Si está moderado, es llevadero. Pero nunca estoy desestresado porque sé que en cualquier momento el flujo sanguineo aumentará, y por lo tanto mi imagen, cambiará.
Aun en mis días más oscuros, cuando la mente me tortura y aparecen hasta ideas sui...das , trato de mantener la Cordura. Y decirme, ya pasará. LO IMPORTANTE ES HABLAR. HABLAR TE HACE FUERTE. Uno a veces se caya por miedo a que se nos burlen, no nos entiendan, o por verguenza. Pero lo cierto es que nuestro enemigo es uno mismo, o más bien, nuestra mente tóxica.
SALDREMOS ADELANTE. Y cuando tú creas que no tenga sentido la vida, te pido por favor que pienses en la idea de hacer voluntariado, y ayudar a los demás (en una iglesia, en un comedor, a una obra) Haz Caridad. Enfocar la energía es lo importante.
FUERZA. ESTAREMOS BIEN.
Saludos desde Uruguay.
Si esto es un video que se puede editar, y se habla de la dismorfia por que 4 minutos hablando de una campaña de anemia?
Buenas noches a quienes anhelan saber cómo triunfar sobre esta enfermedad. Nuestras emociones no pueden determinar nuestras creencias si nuestra voluntad lo impide; y lo que creemos convencidamente por propia voluntad sí puede determinar lo que sentimos y logramos. Por lo tanto, estoy convencido de que la voluntad de creer con convicción es, en la guerra contra la dismorfofobia, lo que determina o no la victoria definitiva de ustedes sobre esa enfermedad. ¿Cuáles son, entonces, las convicciones en la que ustedes deben consolidarse para vencer? Estas son dos. La primera: mi apariencia física tiene, en verdad, muchísimo menos importancia que la que yo le doy. La segunda: si no he nacido con alguna malformación congénita, todo mi cuerpo es físicamente hermoso independientemente de toda opinión o estereotipo de belleza al respecto; si he nacido con una malformación congénita, entonces esa malformación, si bien no tiene belleza física, sí posee una gran valía, porque forma parte de una valiosísima persona que es corona de la creación del infinitamente valioso Dios: yo, y esto siempre ha sido y será una verdad muchísimo más importante, debido a que el valor del ser humano, proveniente del lazo que lo une al Altísimo, es tremendamente más importante que su belleza y no depende de ella (en consecuencia, amaré esa malformación por su gran valor, y viviré con paz teniéndola).
Como cristiano, les aseguro que todo acomplejador parámetro de belleza en la mente es un dañino autoengaño del ser humano, nunca una verdad de Dios. Si no tienen alguna malformación congénita, estén seguros de que nacieron con un físico hermoso por doquier, tengan o no milimétrica simetría, sean altos o bajos, hayan o no nacido con un ojo más grande o pequeño que el otro, etcétera. Ya es tiempo de que renuncien totalmente a esos parámetros mentirosos y perjudiciales que han determinado su concepto de belleza: parámetros estéticos que han levantado una fortaleza mental (o argumento que ustedes han sostenido con seguridad) y que, sea que provengan de una invención de la dismorfofobia en su mente, o de una invención de este mundo corrompido por el pecado, les han hecho creer que lo superficial es esencial, que lo poco relevante es muy importante, que la mentira es la verdad.
Comprendiendo con amor que ese engaño los ha mantenido afligidos y oprimidos, vengo a darles las Buenas Nuevas de esperanza: ¡Jesucristo vino "a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos" (Lucas 4:18)! Él murió y resucitó para regalarnos la salvación divina que nosotros no merecemos ni podríamos comprar por ser pecadores: salvación de la esclavitud del pecado; y esa fortaleza mental hecha de parámetros estéticos que engañan, la cual he mencionado en el párrafo anterior, es claramente pecado. ¿Acaso no es pecado haber pensado o actuado como si los mentirosos y acomplejadores parámetros de belleza inventados por este mundo corrompido, o por la dismorfofobia en sus mentes, fueran una verdad esencial de mucha importancia para nuestra autopercepción? Por supuesto que sí, pues pensar o actuar de esa manera significa tomar la dañina decisión de no amarse a uno mismo esclavizándose en el engaño y tormento consecuente, y Dios estableció en su Palabra, como precioso mandamiento, que nos amáramos a nosotros mismos [ama a tu prójimo como a ti mismo (Mateo 22:39)].
Por consiguiente, arrepiéntanse en oración, pidiendo perdón al Dios Perdonador, y a ustedes mismos, por haber caído en ese pecado cegador que los ha mantenido esclavizados en la dismorfofobia, y también por cualquier otro pecado cometido (si aún no han hecho esto), y reciban agradecidamente a su Hijo Jesús en sus corazones como Señor y Salvador, Quien nos redimió de la justa penalidad por nuestras transgresiones, cargándolas en la cruz del calvario por su inmenso amor a nosotros. Si creen en Él, y en esa oración le dicen “Señor Jesús, te recibo ahora en mi corazón, como mi Señor y Salvador”, pidiéndole además que entre a sus vidas y las cambie completamente, también recibirán a su Todopoderoso Espíritu que lo levantó de los muertos, el Espíritu Santo: Él los fortalecerá, sustentará y conducirá a toda verdad (Juan 16:13), preparándolos así para vencer a la dismorfofobia en cada batalla de la guerra; vivificará en gran manera el espíritu de ustedes, que apartado de Dios estaba muerto, ¡y entonces sus espíritus serán llenos del amor, poder y dominio propio que viene de lo alto (2 Timoteo 1:7)! Sí: amor para que tomen, en el Nombre de Jesucristo, Nombre que es sobre todo nombre (Filipenses 2:9) y, por tanto, sobre el de la dismorfofobia, la resolución de pensar y hacer aquello bueno que demuestre amor propio de discernimiento (el cual se obtiene a través de la interiorización de las poderosas enseñanzas que sobreabundan en la Biblia cristiana), amor propio en el que ustedes deben y necesitan afirmarse y permanecer; segundo, poder, para que, con voces de guerra, cual valientes guerreros echen fuera resueltamente en el Nombre de Jesucristo, Nombre que es sobre todo nombre y, por tanto, sobre el de la dismorfofobia, todo miedo, ansiedad, preocupación, falsa creencia o pensamiento mentiroso o exagerado en relación a su apariencia física, batallando así y sin una extenuante e innecesaria repetición hasta que estos dejen de venir a su mente; finalmente, dominio propio, para que con voces de guerra dominen en el Nombre de Jesucristo, Nombre que es sobre todo nombre y, por tanto, sobre el de la dismorfofobia, su mente no volviendo a pensar en lo que ya han echado fuera, asimismo para que dominen aguerridamente todo temor, preocupación o ansiedad por ver su reflejo o saber mediante otra persona cómo se ven, y entonces triunfen en cada batalla, no yendo a hacer nada de ello.
La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve (Hebreos 11:1). La tierra, los cielos y el mar, y todo lo que en ellos abunda, el Omnipotente los hizo realidad poderosamente de lo que no se veía. Por lo tanto, ¡vencer la dismorfofobia requiere de fe!: ¡necesitan tener la convicción de lo que la enfermedad les ha estado impidiendo ver claramente en su mente, sí, esas 2 convicciones que mencioné en el primer párrafo, para que entonces de la mano del Todopoderoso, es decir, ejecutando esas poderosas armas de guerra mencionadas, que únicamente Él les ha dado, hagan realidad su victoria definitiva sobre esa enfermedad! Si, con fe y voces de guerra, ponen en acción mis consejos de victoria, en ese mismo momento declarando aguerridamente que los están ejecutando "en el Nombre de Jesucristo", Nombre del Más que Vencedor, Nombre de cuyo gran poder se sigue dando vivo testimonio en muchas partes del mundo, tengan por seguro que vencerán aplastantemente esa enfermedad, y se olvidarán de las consultas con el psiquiatra o psicólogo, así como de la fluoxetina, o cualquier otro medicamento que estén tomando.
Cristo no es un mito, sino una realidad tan verdadera como el aire que respiramos, una realidad que el ser humano necesita vivir personalmente para convencerse de que es verdadera. ¿Quieren descubrir si hay evidencia probatoria de que Jesucristo existe y tiene el poder de llevarlos de victoria en victoria, sobre esa y toda enfermedad? Pues no hay mejor manera de descubrirlo que poniéndolo a Él a prueba ustedes mismos: arrepiéntanse de sus pecados, reciban a Jesucristo como su Señor y Salvador, y sigan fielmente su Bíblico Evangelio cual discípulos suyos, asimismo empiecen a congregar en una iglesia cristiana donde se les predique la libertadora Palabra de Dios, y con mucho ánimo les aseguro, como que me llamo Jorge, que sus vidas cambiarán tremendamente, y para siempre.
Jorge Emanuel, tremenda explicación sobre todo en el plano espiritual, que nuestro Señor Jesucristo te bendiga.
@@nancyvargas7756 Gracias, querida hermana. Muchas bendiciones.
Jesus tambien dijo q los enfermos necesitan medico asi q no todo es milagroso
@@lucilaaristidesgonzalescar4539 No dudo que los médicos pueden ser grandes y preciosos instrumentos de Dios para la sanidad de las personas (mi madre es una médica excelente, y una cristiana de mucha fe). Tampoco dudo que Jesucristo es el Médico de médicos, pues, hace mucho, recibí su evidente milagro de sanidad física.
Dios la bendiga grandemente.
@@juancasedu2000 Buenas noches. Aunque no poseo la pericia de un psicólogo o psiquiatra, soy un periodista con bastante conocimiento sobre la dismorfofobia: publiqué ese largo mensaje como una ayuda que no tiene ningún fin de lucro, ya que Dios puso en mí, gracias a haber recibido a Cristo como mi Señor y Salvador, un amor incondicional a las personas que están atravesando por dicho trastorno.
Comprendo lo que me cuentas: en caso aún estés pasando por momentos difíciles, te animo a que no te rindas y apliques lo que aconsejo en tal mensaje. Si lo haces, ten por seguro que triunfarás de manera rotunda. Ten siempre presente que los momentos difíciles traen consigo la valiosísima e imperdible oportunidad de que formemos en nosotros un alto nivel de carácter, el cual marca un antes y un después inolvidable en la vida del ser humano: lo empodera tremendamente, haciéndolo capaz de triunfar sobre toda adversidad mental y emocional mediante su facultad de decidir.
¿Cómo conseguimos ese alto nivel de carácter? Pues, tomando cada día, con determinación y compromiso, las decisiones correctas en el oportuno momento de adversidad, lo cual significa que caminemos en obediencia a la Buena y Perfecta Voluntad de Dios, y no en obediencia a nuestra propia voluntad falible y egocéntrica. Si todos los días practicamos eso tan bueno y necesario, adquiriremos un hábito de victoria que formará en nosotros un imbatible carácter.
La soberbia es tener un autoconcepto más alto que el debido: necio autoconcepto que implica creer o nos lleva a creer que nuestra voluntad es más importante, valiosa, necesaria o provechosa que la Voluntad del Mismísimo Eterno y Sabedor de todo. Entonces, esta errada y cegadora creencia sobre nuestra voluntad nos conduce a actuar pecaminosamente, a actuar incluso en contra del amor propio que debemos y necesitamos expresarnos a nosotros mismos.
Si alguien con el mencionado trastorno no ha tratado su soberbia, te aseguro que esta última, cual seductor y engañoso árbol de tóxica podredumbre, ha envenenado su alma con sus dos tentadores y engañadores frutos de siempre: la autosuficiencia y la rebeldía contra el Altísimo. Ambos frutos de la soberbia llevan a esa persona a hacer su propia y pecaminosa voluntad en los momentos de miedo, confusión o ansiedad: voluntad de anidar un pensamiento enfermizo y analizarlo, o de ver obsesivamente su propio físico hasta verlo conforme a su gusto, o de preguntar por su propia apariencia física cuando sabe que es insano hacerlo; todo lo cual resulta lo opuesto a la Voluntad Divina. Para que quien toma esas dañinas decisiones venza la dismorfofobia de modo definitivo, lo mejor es que esa persona someta por completo su voluntad falible y egocéntrica a la Voluntad de Dios; y para ello resulta imprescindible que, primero, renuncie ya a su propia soberbia, rebeldía y autosuficiencia, humillándose ante Él en arrepentimiento por esos tóxicos pecados.
Si tal persona quiere ver, día a día, la Fiel y Ayudadora Mano del Todopoderoso en lo que respecta a su salud, no sólo tiene que recibir a Jesucristo en su corazón como su Señor y Salvador, sino, recalco, también practicar cada día su Evangelio que le llama a renunciar ya a su engañosa y autodestructiva soberbia, la cual lo mantiene apartado de su buena salud integral: "El Señor ocupa el lugar más alto por encima de todos los demás, pero aun así, él nunca abandona a los humildes. Él siempre sabe lo que hacen los soberbios y se mantiene alejado de ellos" (Salmos 138:6).
Que guapa Paola 😬
riko
a mi me operaron la nariz teniendo este trastorno y no lo sabia, hasta despues de la cirugia ya que tenia tabique desviado, ahora siento mi nariz muy pequeña y afeminada y me empeoro
Hermano, entiendo tu malestar. Yo padezco tdc a partir de una malapraxis en el labio. La verdad es que es subjetivo quien nos mire. En mi opinión, no hay narices que sean afeminadas. Hay chicas y chicos con la nariz chica, así como chicos y chicas con la nariz aguileña y/o pronunciada. No hay una nariz de sexo determinante. Fuerte abrazo
A mí provoca Ansiedad, este trastorno, y todo empezó con un tratamiento contra las manchas de sol, y me obsesione con mi apariencia física 😬 ahora hasta le encontré imperfecciones a todo el cuerpo, ni por hacer gimnasio, ni estoy conforme conmigo mismo, parezco narcisista 😵
XD tu nombre super espantaviejas
@@josd8207 Pero ya me he estado tratando, se obsesiona uno, la apariencia física no lo es todo.
No es un trastorno, son perfeccionistas, esa es la diferencia, en la mente del perfeccionista no cabe los defectos.
Ahi te equivocas cariño, es un trastorno y muy grave...
En mi caso, solo es un defecto es el que me genera demasiado estrés, y realmente tengo muchas imperfecciones.
Ej, tengo los labios demasiados gruesos y no me molesta, tengo orejas que parecen antenas parabólicas y no me molesta, tengo la nariz grande, ancha y algo torcida y no le molesta, mi cuello es largo y no me molesta...
Pero solo hay una que no es natural que si me genera una ansiedad horrible...
@@josebriones6553 el trastorno no existe, eso es una idea, una conclusión que para ti puede ser real y para otros no, soy amante de la belleza física y me hace feliz ver que cada parte de mi cuerpo es perfecto, no es un trastorno porque disfruto de lo que mis ojos ven.
@@raquelpontegarcia6070 el afirmar que no existe es como decir que tampoco existe la ansiedad, en consecuencia, ya nos hubiésemos extinguido!!
@@raquelpontegarcia6070 q le dirías a una persona que tiene los ojos bizcos o torcidos además de asimétricos ? Además q la gente se burla de sus defectos le hacen bullyn y lo aislan? Pensarías q es falso?
Sí es un transtorno, porque afecta tu vida social, laboral y sentimental, el TDC es parte del TOC, son obsesiones y por así decirlo, hay voces en tu mente que no te dejan y te señalan tus defectos, esto NO es perfeccionismo, te recomiendo investigar más sobre el TDC.