25 Aniversario Hermandad de la Borriquita. Fernán Núñez (CÓRDOBA)

El 27 de diciembre de 1999 se fusiona la Hermandad de Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén y la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario, día en que nacía la Hermandad y Cofradía de Ntro Padre Jesús de los Reyes en su Entrada Triunfal en Jerusalén y María Stma del Rosario.
Durante este año de 2024 la hermandad está celebrando su primer cuarto de siglo, bodas de plata que quedarán plasmadas en la obra que hoy se presenta.
Con el retablo del Santo Rosario de nuestro magnífico templo de Sta Marina como fondo, al igual que sucediera en ese día de diciembre de hace 25 años, se ha querido representar como Jesús de los Reyes y María Santísima del Rosario salen JUNTOS al encuentro de cada uno de nosotros en la SOÑADA POR TODOS, mañana del Domingo de Ramos.
La técnica pictórica elegida ha sido la digital, insertando los dibujos realizados tanto de los titulares como del retablo en un diseño sencillo y proporcionado, que persigue mostrar la elegancia de esta Hermandad cuando se pone en la calle.
En el centro, se ubica la antigua Virgen del Rosario con el niño Jesús en su retablo, hermosa imagen bajo la advocación mariana de la oración y salvación del Santo Rosario, rezo donde se contemplan los misterios de la vida de Cristo junto a María.
La composición está basada en la regla de los tres tercios, las líneas verticales derecha e izquierda se alinean perfectamente con los titulares de la Hermandad en los puntos de poder.
Descendiendo hacia la línea de horizonte, aparece el cortejo procesional que le abre el paso al misterio de Jesús de los Reyes en su Entrada Triunfal en Jerusalén a lomos de una borriquita, acompañado por su Madre y aclamado por la multitud.
El tercio inferior es el faldón del paso, en el que se ha tomado la licencia de introducir un adamascado con el Ave María como motivo, donde se superponen las letras que conforman el monograma del 25 Aniversario de la Hermandad junto con las palmas, símbolo de aclamación y adoración a Jesucristo y que representan el compromiso de los creyentes de seguir el camino y enseñanzas de Cristo.
Los colores elegidos por una Hermandad son códices del pasaje representado.
Cuando el Evangelio nos narra la entrada de Jesús en Jerusalén, nos sitúa en calles bulliciosas, tendidas de mantos y colgadas de galas al paso de la comitiva. Mujeres, hombres y niños que se arremolinan con alegría en torno al que viene en nombre el Señor.
Aquí caben todos los colores, que la luz del sol muestra en todo su esplendor haciéndolos brillar y arrojando matices que los hacen aún más bellos.
Aunque se elige destacar los blancos, dorados, rojos, carmines y los verdes.
Para el Señor, blanco resplandeciente y dorado, sinónimos de vida y gloria, que nos invitan a festejar el fundamento de la fe cristiana y rojos y carmines en el manto, color que nos habla de la fuerza del Espíritu Santo y de la sangre derramada por Cristo en su sacrificio por Amor.
Blanco y rojo, colores del Santísimo Sacramento del Altar.
Blanco en torno al bellísimo rostro de María del Rosario, la sin pecado concebida, la llena de gracia, la de pureza sin igual.
Blanco inmaculado para la Reina de la mañana del Domingo de Ramos, que tocada con verde manto nos muestra su serenidad y la paz.
El verde, que además de ser el color de la primavera, es por encima de todo el de la Esperanza, virtud teologal que María nos enseña a vivir.
Tonos rojizos una vez más en el faldón y difuminados en la parte superior, púrpuras y morados que lo impregnan todo y que nos invitan a reflexionar, a orar, a arrepentirnos… a no perder de vista que nuestro deber como cristianos es seguir al de Nazaret.
Música: La Esperanza de María. (Armónico). Virgen de los Reyes