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Miguel Hernández 7 mejores poemas

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  • เผยแพร่เมื่อ 23 ธ.ค. 2022
  • Contiene:
    00:03 Para la libertad
    01:32 Andaluces (Aceituneros)
    03:43 Nanas de la cebolla
    06:26 El niño yuntero
    09:00 Vientos del pueblo -v
    11:59 Elegía - A Ramón Sijé
    14:53 Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío
    Poesía, cuentos y narraciones en la voz de Tomás Galindo.

ความคิดเห็น • 23

  • @MarciaMariaFinke
    @MarciaMariaFinke หลายเดือนก่อน +2

    La poesía es vida .❤

  • @juanbernazacastro
    @juanbernazacastro หลายเดือนก่อน +1

    Hay criaturas puras que todo lo dan envida por su arte.Miguel es uno de ellos.

  • @reynalindstrom2496
    @reynalindstrom2496 8 วันที่ผ่านมา

    "...y siento màs tu muerte que mi vida". Brillante poeta guerrillero!
    Love from Sweden. 💛💙

  • @alejandrosaldiaslemus4481
    @alejandrosaldiaslemus4481 หลายเดือนก่อน

    Grande Miguel!!. Tu poesía permanece y crece , lo que no hace la memoria de los fascistas y no lo hará jamás...

  • @laurabatistacomba5018
    @laurabatistacomba5018 ปีที่แล้ว +3

    Que daño te hago hizo el franquismo,se lo que es eso. No interesaba la verdad y personas inteligente. En mi corazón siempre estás . Gracias por todo

  • @menelaomenelao5925
    @menelaomenelao5925 6 หลายเดือนก่อน +4

    La dignidad del Poeta del Pueblo.
    La Infamia se llevo por delante a la Humanidad.

  • @laurabatistacomba5018
    @laurabatistacomba5018 ปีที่แล้ว +2

    Te adoro y sigues vivo con tus poemas.

  • @rafaeluribe7393
    @rafaeluribe7393 ปีที่แล้ว +2

    Miguel...siempre Miguel, mi poeta de cabecera...

  • @juandiego4911
    @juandiego4911 ปีที่แล้ว +5

    Gracias por tan hermoso poema, recuerdo que Joan Manuel Serrat en un disco que grabó hace años, junto a otros poemas de Miguel Hernández, muy amables por haberlo compartido.

    • @juandomingofernandez758
      @juandomingofernandez758 ปีที่แล้ว

      Primero fue Miguel Hernández, después vino Serrat y los canto a sus poemas. Lo mío fue diferente conocí a Hernández y luego llegué a Serrat. Desde Bahía Blanca Argentina

  • @franciscajimenezzafra7617
    @franciscajimenezzafra7617 ปีที่แล้ว +1

    Gracias qué bonito dices los poemas desde Córdoba gracias👌💃💃💃💃🇪🇸💔👏👏👏👏👏👏🍀🍀🍀🍀🌹🌹🌹🌹

  • @ErnestoR.
    @ErnestoR. ปีที่แล้ว +9

    1. Para la libertad
    Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
    Para la libertad, mis ojos y mis manos,
    como un árbol carnal, generoso y cautivo,
    doy a los cirujanos.
    Para la libertad siento más corazones
    que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
    y entro en los hospitales, y entro en los algodones
    como en las azucenas.
    Para la libertad me desprendo a balazos
    de los que han revolcado su estatua por el lodo.
    Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
    de mi casa, de todo.
    Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
    ella pondrá dos piedras de futura mirada
    y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
    en la carne talada.
    Retoñarán aladas de savia sin otoño
    reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
    Porque soy como el árbol talado, que retoño:
    porque aún tengo la vida.
    Para la libertad me desprendo a balazos
    de los que han revolcado su estatua por el lodo.
    Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
    de mi casa, de todo.
    2. Andaluces (aceituneros)
    Andaluces de Jaén,
    aceituneros altivos,
    decidme en el alma: ¿quién,
    quién levantó los olivos?
    No los levantó la nada,
    ni el dinero, ni el señor,
    sino la tierra callada,
    el trabajo y el sudor.
    Unidos al agua pura
    y a los planetas unidos,
    los tres dieron la hermosura
    de los troncos retorcidos.
    Levántate, olivo cano,
    dijeron al pie del viento.
    Y el olivo alzó una mano
    poderosa de cimiento.
    Andaluces de Jaén,
    aceituneros altivos,
    decidme en el alma: ¿quién
    amamantó los olivos?
    Vuestra sangre, vuestra vida,
    no la del explotador
    que se enriqueció en la herida
    generosa del sudor.
    No en la del terrateniente
    que os sepultó en la pobreza,
    que os pisoteó la frente,
    que os redujo la cabeza.
    Árboles que vuestro afán
    consagró al centro del día
    eran principio de un pan
    que sólo el otro comía.
    ¡Cuántos siglos de aceituna,
    los pies y las manos presos,
    sol a sol y luna a luna,
    pesan sobre vuestros huesos!
    Andaluces de Jaén,
    aceituneros altivos,
    pregunta mi alma: ¿de quién,
    de quién son estos olivos?
    Jaén, levántate brava
    sobre tus piedras lunares,
    no vayas a ser esclava
    con todos tus olivares.
    Dentro de la claridad
    del aceite y sus aromas,
    indican tu libertad
    la libertad de tus lomas.

    • @ErnestoR.
      @ErnestoR. ปีที่แล้ว +3

      3. Nanas de la cebolla
      La cebolla es escarcha
      cerrada y pobre:
      escarcha de tus días
      y de mis noches.
      Hambre y cebolla:
      hielo negro y escarcha
      grande y redonda.
      En la cuna del hambre
      mi niño estaba.
      Con sangre de cebolla
      se amamantaba.
      Pero tu sangre
      escarchada de azúcar,
      cebolla y hambre.
      Una mujer morena,
      resuelta en luna,
      se derrama hilo a hilo
      sobre la cuna.
      Ríete, niño,
      que te tragas la luna
      cuando es preciso.
      Alondra de mi casa,
      ríete mucho.
      Es tu risa en los ojos
      la luz del mundo.
      Ríete tanto
      que en el alma, al oírte,
      bata el espacio.
      Tu risa me hace libre,
      me pone alas.
      Soledades me quita,
      cárcel me arranca.
      Boca que vuela,
      corazón que en tus labios
      relampaguea.
      Es tu risa la espada
      más victoriosa.
      Vencedor de las flores
      y las alondras.
      Rival del sol,
      porvenir de mis huesos
      y de mi amor.
      La carne aleteante,
      súbito el párpado,
      el vivir como nunca
      coloreado.
      ¡Cuánto jilguero
      se remonta, aletea,
      desde tu cuerpo!
      Desperté de ser niño.
      Nunca despiertes.
      Triste llevo la boca.
      Ríete siempre.
      Siempre en la cuna,
      defendiendo la risa
      pluma por pluma.
      Ser de vuelo tan alto,
      tan extendido,
      que tu carne parece
      cielo cernido.
      ¡Si yo pudiera
      remontarme al origen
      de tu carrera!
      Al octavo mes ríes
      con cinco azahares.
      Con cinco diminutas
      ferocidades.
      Con cinco dientes
      como cinco jazmines
      adolescentes.
      Frontera de los besos
      serán mañana,
      cuando en la dentadura
      sientas un arma.
      Sientas un fuego
      correr dientes abajo
      buscando el centro.
      Vuela niño en la doble
      luna del pecho.
      Él, triste de cebolla.
      Tú, satisfecho.
      No te derrumbes.
      No sepas lo que pasa
      ni lo que ocurre.
      4. El niño yuntero
      Carne de yugo, ha nacido
      más humillado que bello,
      con el cuello perseguido
      por el yugo para el cuello.
      Nace, como la herramienta,
      a los golpes destinado,
      de una tierra descontenta
      y un insatisfecho arado.
      Entre estiércol puro y vivo
      de vacas, trae a la vida
      un alma color de olivo
      vieja ya y encallecida.
      Empieza a vivir, y empieza
      a morir de punta a punta
      levantando la corteza
      de su madre con la yunta.
      Empieza a sentir, y siente
      la vida como una guerra
      y a dar fatigosamente
      en los huesos de la tierra.
      Contar sus años no sabe,
      y ya sabe que el sudor
      es una corona grave
      de sal para el labrador.
      Trabaja, y mientras trabaja
      masculinamente serio,
      se unge de lluvia y se alhaja
      de carne de cementerio.
      A fuerza de golpes, fuerte,
      y a fuerza de sol, bruñido,
      con una ambición de muerte
      despedaza un pan reñido.
      Cada nuevo día es
      más raíz, menos criatura,
      que escucha bajo sus pies
      la voz de la sepultura.
      Y como raíz se hunde
      en la tierra lentamente
      para que la tierra inunde
      de paz y panes su frente.
      Me duele este niño hambriento
      como una grandiosa espina,
      y su vivir ceniciento
      revuelve mi alma de encina.
      Lo veo arar los rastrojos,
      y devorar un mendrugo,
      y declarar con los ojos
      que por qué es carne de yugo.
      Me da su arado en el pecho,
      y su vida en la garganta,
      y sufro viendo el barbecho
      tan grande bajo su planta.
      ¿Quién salvará a este chiquillo
      menor que un grano de avena?
      ¿De dónde saldrá el martillo
      verdugo de esta cadena?
      Que salga del corazón
      de los hombres jornaleros,
      que antes de ser hombres son
      y han sido niños yunteros.

    • @ErnestoR.
      @ErnestoR. ปีที่แล้ว +2

      5. Vientos del pueblo
      Vientos del pueblo me llevan,
      vientos del pueblo me arrastran,
      me esparcen el corazón
      y me avientan la garganta.
      Los bueyes doblan la frente,
      impotentemente mansa,
      delante de los castigos:
      los leones la levantan
      y al mismo tiempo castigan
      con su clamorosa zarpa.
      No soy un de pueblo de bueyes,
      que soy de un pueblo que embargan
      yacimientos de leones,
      desfiladeros de águilas
      y cordilleras de toros
      con el orgullo en el asta.
      Nunca medraron los bueyes
      en los páramos de España.
      ¿Quién habló de echar un yugo
      sobre el cuello de esta raza?
      ¿Quién ha puesto al huracán
      jamás ni yugos ni trabas,
      ni quién el rayo detuvo
      prisionero en una jaula?
      Asturianos de braveza,
      vascos de piedra blindada,
      valencianos de alegría
      y castellanos de alma,
      labrados como la tierra
      y airosos como las alas;
      andaluces de relámpago,
      nacidos entre guitarras
      y forjados en los yunques
      torrenciales de las lágrimas;
      extremeños de centeno,
      gallegos de lluvia y calma,
      catalanes de firmeza,
      aragoneses de casta,
      murcianos de dinamita
      frutalmente propagada,
      leoneses, navarros, dueños
      del hambre, el sudor y el hacha,
      reyes de la minería,
      señores de la labranza,
      hombres que entre las raíces,
      como raíces gallardas,
      vais de la vida a la muerte,
      vais de la nada a la nada:
      yugos os quieren poner
      gente de la hierba mala,
      yugos que habéis de dejar
      rotos sobre sus espaldas.
      Crepúsculo de los bueyes
      está despuntando el alba.
      Los bueyes mueren vestidos
      de humildad y olor de cuadra;
      las águilas, los leones
      y los toros de arrogancia,
      y detrás de ellos, el cielo
      ni se enturbia ni se acaba.
      La agonía de los bueyes
      tiene pequeña la cara,
      la del animal varón
      toda la creación agranda.
      Si me muero, que me muera
      con la cabeza muy alta.
      Muerto y veinte veces muerto,
      la boca contra la grama,
      tendré apretados los dientes
      y decidida la barba.
      Cantando espero la muerte,
      que hay ruiseñores que cantan
      encima de los fusiles
      y en medio de las batallas.
      6. Elegía - A Ramón Sijé
      (En Orihuela, su pueblo y el mío, se
      me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
      a quien tanto quería)
      Yo quiero ser llorando el hortelano
      de la tierra que ocupas y estercolas,
      compañero del alma, tan temprano.

      Alimentando lluvias, caracolas
      y órganos mi dolor sin instrumento,
      a las desalentadas amapolas

      daré tu corazón por alimento.
      Tanto dolor se agrupa en mi costado
      que por doler me duele hasta el aliento.

      Un manotazo duro, un golpe helado,
      un hachazo invisible y homicida,
      un empujón brutal te ha derribado.

      No hay extensión más grande que mi herida,
      lloro mi desventura y sus conjuntos
      y siento más tu muerte que mi vida.

      Ando sobre rastrojos de difuntos,
      y sin calor de nadie y sin consuelo
      voy de mi corazón a mis asuntos.

      Temprano levantó la muerte el vuelo,
      temprano madrugó la madrugada,
      temprano estás rodando por el suelo.

      No perdono a la muerte enamorada,
      no perdono a la vida desatenta,
      no perdono a la tierra ni a la nada.

      En mis manos levanto una tormenta
      de piedras, rayos y hachas estridentes
      sedienta de catástrofes y hambrienta.

      Quiero escarbar la tierra con los dientes,
      quiero apartar la tierra parte a parte
      a dentelladas secas y calientes.

      Quiero minar la tierra hasta encontrarte
      y besarte la noble calavera
      y desamordazarte y regresarte.

      Volverás a mi huerto y a mi higuera:
      por los altos andamios de las flores
      pajareará tu alma colmenera

      de angelicales ceras y labores.
      Volverás al arrullo de las rejas
      de los enamorados labradores.

      Alegrarás la sombra de mis cejas,
      y tu sangre se irá a cada lado
      disputando tu novia y las abejas.

      Tu corazón, ya terciopelo ajado,
      llama a un campo de almendras espumosas
      mi avariciosa voz de enamorado.

      A las aladas almas de las rosas
      del almendro de nata te requiero,
      que tenemos que hablar de muchas cosas,
      compañero del alma, compañero.
      7. Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío
      Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío:
      claridad absoluta, transparencia redonda.
      Limpidez cuya entraña, como el fondo del río,
      con el tiempo se afirma, con la sangre se ahonda.

      ¿Qué lucientes materias duraderas te han hecho,
      corazón de alborada, carnación matutina?
      Yo no quiero más día que el que exhala tu pecho.
      Tu sangre es la mañana que jamás se termina.

      No hay más luz que tu cuerpo, no hay más sol: todo ocaso.
      Yo no veo las cosas a otra luz que tu frente.
      La otra luz es fantasma, nada más, de tu paso.
      Tu insondable mirada nunca gira al poniente.

      Claridad sin posible declinar. Suma esencia
      del fulgor que ni cede ni abandona la cumbre.
      Juventud. Limpidez. Claridad. Transparencia
      acercando los astros más lejanos de lumbre.

      Claro cuerpo moreno de calor fecundante.
      Hierba negra el origen; hierba negra las sienes.
      Trago negro los ojos, la mirada distante.
      Día azul. Noche clara. Sombra clara que vienes.

      Yo no quiero más luz que tu sombra dorada
      donde brotan anillos de una hierba sombría.
      En mi sangre, fielmente por tu cuerpo abrasada,
      para siempre es de noche: para siempre es de día.

    • @reynalindstrom2496
      @reynalindstrom2496 8 วันที่ผ่านมา

      💔💔💔 Love from Sweden

  • @laurabatistacomba5018
    @laurabatistacomba5018 ปีที่แล้ว

    Mi poeta de siempre .

  • @laurabatistacomba5018
    @laurabatistacomba5018 ปีที่แล้ว

    La prisión y tu sufrimiento Dios te bendiga

  • @FernandoLopez-ll1zu
    @FernandoLopez-ll1zu ปีที่แล้ว

    💖 Sabio.

  • @luisgarciamartinez1216
    @luisgarciamartinez1216 ปีที่แล้ว

    Fue un horador de la poesia, de los sentimientos creativos. Los malos no es el capitalismo son los que gobiernan,que confunden,dividen al pueblo para el bien de ellos,son partidistas y no gobiernan para su país..

  • @milypol
    @milypol ปีที่แล้ว

    Un capo

  • @miguelaguilarardila439
    @miguelaguilarardila439 8 หลายเดือนก่อน

    Que grande eres tocayo

  • @Rowinabianchi
    @Rowinabianchi 2 หลายเดือนก่อน

    El daño del Franquismo, brutal, bestial, lo estan re creando hoy personas del mundo entero. El humano es horrendo o divino . Cada quien elije, pero yo extraño mucho a estos seres UNICOS❤