Depende de la PERSPECTIVA

Un rey muy poderoso encontró al amor de su vida. Era una mujer muy hermosa, era atractiva, alegre, amorosa y siempre estaba dispuesta a ayudar al que lo necesitara. Tenían un matrimonio como pocas veces se había visto, en donde el amor se veía cada día en el rostro de ambos.
El rey estaba enamorado y feliz, y no paraba de ver muestras de amor de parte de ella, como en los actos protocolares, cuando en vez de ir detrás de él, ella caminaba con orgullo a su lado y él pensaba alagado en cuanto debía amarlo, que aun sabiendo que sus súbditos podían ir a prisión por hacer eso, ella lo amaba tanto que no podía dejar de estar a su lado.
O cuando en una ocasión la encontró cuando se disponía a comer una manzana, se veía tan apetitosa que él al verla le dijo que quería comérsela, pero ella, mirándolo con dulzura, le dijo que era la última, pero que podía compartirla con él, la cortó en dos y le ofreció una de las mitades al rey y él, feliz, pensó en cuanto lo amaba, que era capaz de compartir cualquier cosa con él, se sentía profundamente afortunado.
Pasaron varios años en los cuales vivieron un hermoso y feliz matrimonio, hasta que empezaron a tener pequeñas discusiones. Un día, tuvieron un gran problema, discutían y ella entonces se retiró molesta, dejando al rey solo. Él estaba furioso e hizo llamar a su consejero para quejarse con amargura de su esposa.
Lleno de rabia le dijo al consejero:
Ella nunca me quiso, nunca ha mostrado respeto por mí, en los actos protocolares es incapaz de seguir las reglas y caminar detrás de mí, ella siempre camina a mi lado, como si olvidara que soy el monarca y que nadie ponerse a la par del rey. No me respeta, es una insolente y no me ama. Lo único que le importa es llamar la atención y creer que esta por encima de mí. Estoy seguro de que dejó de amarme hace tiempo, o tal vez nunca me amo, recuerdo una vez, hace mucho tiempo, que llegué hambriento y quise comerme una manzana, pero solo había una y ella fue incapaz de dejar que la comiera yo, lo único que pudo hacer fue cortarla en dos y darme a mí el pedazo más pequeño. Es una insolente ¿No se ha dado cuenta que ella solo es un súbdito? ¿Cómo se atreve a tratar así al rey? Por menos que eso he castigado a otros severamente.
Y así, todos lo hechos que él rey veía como muestras de amor estando feliz y de buen humor, se convirtieron en actos de insolencia y falta de amor estando enojado.
Un hecho puede ser visto desde distintas perspectivas inclusive siendo vistas por la misma persona con distintos estados de ánimo. No permitas que el mal humor o el desánimo empañe la belleza, virtudes o los actos de bondad de las personas a tu alrededor.
Narración: Liliana Gonzalez
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Música:
Kevin MacLeod (incompetech.com)
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