Elegantísimo como siempre el señor Gomá. Gracias por tu buen saber, buen estar y su ejemplaridad. Su sabiduría es fuente para mi corazón que está en un duelo de un progenitor vivo.
Gracias, un Gracias profundo. Qué honestas son las palabras de un alma que busca elevarse en toda circunstancia y, de paso, elevar a la humanidad. Gracias
Elogio espectacular, conmovedor. Testimonio universalmente válido para cuando llega el fin de las personas a las que se ama. Magnifico. En mi caso particular lo hago extensible también a los míos: mi padre y mi madre; aunque el autor se refiera a la concreta figura de su padre, quien sin duda debió ser persona excepcional. A mí me cabe el agradecimiento de haber formado a un pensador generoso e inteligente: el de uno de mis más importantes referentes: Javier Gomá Lanzón.
Gracias por dar tan bella visibilidad a la vulnerabilidad que somos. Los más dotados tenéis que ser la cadena de transmisión de lo importante, porque nadie se ahorra este terremoto vital. La fragilidad es la norma y cuánto tardamos en verlo.
Gracias, gracias, gracias. Estoy encantada de haberle escuchado y visto, especialmente hoy que mi madre a muerto tan sólo hace cinco días. Inconsolable.
Perdí a mi padre dos veces, la primera por la enfermedad, que si bien lo tenía físicamente presente y seguía siendo el, en realidad dejó de ser padre. La segunda vez me lo arrebató la muerte, ya su ausencia física permuto un cambio interior que apaciguo mi rebeldía innata. El dolor y quizás el débito por ser caja de problemas me transformó en otra persona que buscaba fines más elevados, se lo debia y me lo debía y me entregue al estudio del Arte me gustaría que lo vieras y te lo debía me lo debía gracias por poder pagarte padre.
Este tiempo de escucha de tu lectura ha sido una gran compañía y ha supuesto cierto consuelo, dentro del desconsuelo. Me reconforta saber que allí estará por si vuelvo a necesitar escucharlo. Gracias de nuevo! Mi padre murió hace 5 días, repentinamente. A los 85 (como el tuyo). Y, aunque estaba débil, limitado y sin alicientes desde hacía unos años, nunca se está preparada. Desearía ahora con todo mi ser haber tenido un "aviso" que me hubiera permitido decirle todo lo que le digo estos días (escribiéndole o hablándole). Paradójicamente él había hablado mucho de la muerte. Tanto de la suya (crónica de una muerte anunciada desde los 33 años -la edad de Jesucristo, decía-; yo ni tan siquiera existiría), como de la muerte de todos como hecho inesquivable. Fundó junto con Salvador Pániker la "Asociació Dret a morir dignament", dió charlas sobre la eutanasia y escribió un librito para hablar sobre la muerte a los niños "Anar-nos-en" (irnos a). Lástima que no se tradujera al castellano... te enviaría un ejemplar ;). Justamente esta mañana lo he leído, después de 30 años!! Me reconforta y siento admiración. (Gràcies, papa!) Qué contrasentidos tiene la vida! Ahora que él falta, le estoy dando un valor que no recuerdo haberle dado nunca. Cuando lo publicó yo tenía 15 años y aún había vivido solamente la muerte de un abuelo al que conocí hasta los 8 años y al que había querido desde bastante lejos. Pocos años después empezaron las muertes más lacerantes: abuelas y tías muy amadas. Y ahora vivo la más dolorosa de todas a distancia, la muerte de mi padre. Probablemente a tus hijos les pase algo parecido con esta lectura y tu prolífica obra. Qué bonito poder ayudarles cuando ya no estás! Por cierto, mi marido hace unas bromas tan malas que probablemente superen las tuyas. ;)
Elegantísimo como siempre el señor Gomá. Gracias por tu buen saber, buen estar y su ejemplaridad. Su sabiduría es fuente para mi corazón que está en un duelo de un progenitor vivo.
Gracias, un Gracias profundo. Qué honestas son las palabras de un alma que busca elevarse en toda circunstancia y, de paso, elevar a la humanidad. Gracias
Sensibilidad, eso es lo que se echa en falta entre tanto grito y ruido. Me ha encantado 😊
Elogio espectacular, conmovedor. Testimonio universalmente válido para cuando llega el fin de las personas a las que se ama. Magnifico. En mi caso particular lo hago extensible también a los míos: mi padre y mi madre; aunque el autor se refiera a la concreta figura de su padre, quien sin duda debió ser persona excepcional. A mí me cabe el agradecimiento de haber formado a un pensador generoso e inteligente: el de uno de mis más importantes referentes: Javier Gomá Lanzón.
Gracias por dar tan bella visibilidad a la vulnerabilidad que somos. Los más dotados tenéis que ser la cadena de transmisión de lo importante, porque nadie se ahorra este terremoto vital. La fragilidad es la norma y cuánto tardamos en verlo.
Tremenda enseñanza final. Muchísimas gracias por compartirla. 👏🏻👏🏻👏🏻
Gracias, gracias, gracias.
Estoy encantada de haberle escuchado y visto, especialmente hoy que mi madre a muerto tan sólo hace cinco días. Inconsolable.
Excelente!
Genial Javier. Gracias.
Muy agradecido por su hermosa lectura.
Perdí a mi padre dos veces, la primera por la enfermedad, que si bien lo tenía físicamente presente y seguía siendo el, en realidad dejó de ser padre. La segunda vez me lo arrebató la muerte, ya su ausencia física permuto un cambio interior que apaciguo mi rebeldía innata. El dolor y quizás el débito por ser caja de problemas me transformó en otra persona que buscaba fines más elevados, se lo debia y me lo debía y me entregue al estudio del Arte me gustaría que lo vieras y te lo debía me lo debía gracias por poder pagarte padre.
Mil Gracias ....Gracias
Immmm presionante
Muchas Gracias! me encanto!
Es un gusto asistir a estas lecturas
Bravo, mas uma vez maestro. Bravo.
Muy atento a todo lo que pueda decir Doctor Javier.
Gracias...
Adiós Nonino de Piazzola ,no e escuchado otra canción más triste !.También perdí a mi padre .
Gracias!!
Este tiempo de escucha de tu lectura ha sido una gran compañía y ha supuesto cierto consuelo, dentro del desconsuelo. Me reconforta saber que allí estará por si vuelvo a necesitar escucharlo. Gracias de nuevo! Mi padre murió hace 5 días, repentinamente. A los 85 (como el tuyo). Y, aunque estaba débil, limitado y sin alicientes desde hacía unos años, nunca se está preparada. Desearía ahora con todo mi ser haber tenido un "aviso" que me hubiera permitido decirle todo lo que le digo estos días (escribiéndole o hablándole). Paradójicamente él había hablado mucho de la muerte. Tanto de la suya (crónica de una muerte anunciada desde los 33 años -la edad de Jesucristo, decía-; yo ni tan siquiera existiría), como de la muerte de todos como hecho inesquivable. Fundó junto con Salvador Pániker la "Asociació Dret a morir dignament", dió charlas sobre la eutanasia y escribió un librito para hablar sobre la muerte a los niños "Anar-nos-en" (irnos a). Lástima que no se tradujera al castellano... te enviaría un ejemplar ;). Justamente esta mañana lo he leído, después de 30 años!! Me reconforta y siento admiración. (Gràcies, papa!) Qué contrasentidos tiene la vida! Ahora que él falta, le estoy dando un valor que no recuerdo haberle dado nunca. Cuando lo publicó yo tenía 15 años y aún había vivido solamente la muerte de un abuelo al que conocí hasta los 8 años y al que había querido desde bastante lejos. Pocos años después empezaron las muertes más lacerantes: abuelas y tías muy amadas. Y ahora vivo la más dolorosa de todas a distancia, la muerte de mi padre. Probablemente a tus hijos les pase algo parecido con esta lectura y tu prolífica obra. Qué bonito poder ayudarles cuando ya no estás! Por cierto, mi marido hace unas bromas tan malas que probablemente superen las tuyas. ;)
¡BRAVO!
Muy bueno.
Pero me he quedado con ganas de saber más del difunto, a qué se dedica, dónde vivía, cuáles eran sus pasiones...
Las tres veces que lo he escuchado me ha sobresaltado el ring del teléfono.
Exhausto no me deja su intensidad. Me genera empatía.
...?
Gracias , gracias, gracias