Marcelo “Fito” Galli: “Los proyectos en los que participé siempre fueron transgresores”

En cuarto de liceo supo que quería ser actor y fue por ello. Tuvo que terminar secundaria para poder entrar en la EMAD (Escuela Multidisciplinaria de Arte Dramático) y no paró nunca más. Hizo del humor un culto y sus proyectos arrancaron sonrisas, despertaron aplausos y colmaron teatros. Creció en dictadura y su postura frente a lo ocurrido es directamente proporcional con la defensa innegociable de los derechos humanos. Se alegra con cada hallazgo en algún predio militar y afirma sin pelos en la lengua que los cuerpos no los sepultaron los generales, sino soldados que también son responsables de esos delitos.
Vivió la niñez en la vereda, como pasaba antes. Vivía cerca del Parque Rodó y esos años de pequeño estuvieron inexorablemente opacados por los años de dictadura que sumergieron al Uruguay.
Fue catequista, porque sabía que la Iglesia era el único lugar donde podían reunirse más de dos personas sin ser arrestados.
A su padre se lo llevaron cuando era muy pequeño y fue liberado años más tarde. Supo irlo a visitar al Penal de Libertad y todo lo vivido esos años lo formaron como un hombre que se planta y llama las cosas por su nombre.
Fue delegado gremial con 13 años, mientras cursaba secundaria y recuerda esos tiempos de lucha estudiantil como muy combativas y efervescentes.
En las aulas descubrió que quería ser actor y se anotó en la EMAD, donde fue bautizado con el apodo que le duraría toda su vida, “Fito”, por parecerse en ese momento al cantante argentino de pelo largo, lentes, flaco y con un pucho en la mano.
Ni bien entró a la escuela, una tarde de sábado y en la feria de Villa Biarritz, vio a un hombre de suecos repartiendo volantes que invitaban a ver una obra de teatro. Era Petru Valensky, con quien entablaría años de amistad y trabajos conjuntos.
El teatro lo atrapó, al igual que las obra de Petru y un día, de los tantos en los que fue a ver la obra le pidieron ayuda porque había faltado el vestidor, después fue utilero, de ahí pasó a estar sobre el escenario y terminó como actor principal. Por eso conoce cada pieza del andamiaje y señala la importancia de haber estado en todos lados.
El teatro lo ayudó a vencer la timidez y ese lugar se transformó en un lugar mágico.
Con Petru fueron las hermanas “Coito” que hicieron reír a un país entero y su programa “Dos por noche” en las pantallas de VTV se transformaron en el único programa que hacía humor con dos hombres vestidos de mujer.
Estuvo probando suerte en España y en Brasil, pero… como el Uruguay no hay, regreso y continúo trabajando.
Se quitó la peluca y aceptó el desafío de estar al frente de la revista de la mañana.
Hoy sigue su trayecto en los medios de comunicación a través de TV Ciudad y encarna diversos proyectos teatrales, mientras anuncia el esperado retorno de la obra que estuvo años en cartel “Quien le teme a Italia Fausta”.
Carismático, alegre, sencillo y compañero, Marcelo “Fito” Galli es protagonista de un nuevo Retrato Hablado de Grupo Portada.
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