Samadhi, BKS Iyengar, ganó el premio Rajat Kamal a la 'Mejor película experimental' en India. 1977

John Sankaramangalam, ex director del Instituto de Cine y Televisión de la India (FTII) con sede en la ciudad, no podía imaginar que su película de 22 minutos 'Samadhi' ganaría un Premio Nacional. La película se filmó en 1977 como un intento de Sankaramangalam, entonces miembro de la facultad del instituto de cine, de ayudar a un estudiante de cinematografía a terminar su película de diploma.
"Anteriormente, la División de Cine de la India había intentado hacer un documental sobre Ivengar, pero la película fracasó. Ivengar no se llevaba bien con el director porque no le gustaba que lo interrumpieran en medio de una sesión para darle instrucciones sobre cómo hacer mejores composiciones. No quería actuar en una película. Para mi proyecto, tuve que asegurarle repetidamente que no lo molestaríamos y que sólo filmaríamos desde los laterales", dijo Sankaramangalam a TOI por teléfono desde Kerala. La película ganó el Rajat Kamal a la "Mejor Película Experimental" en la 25ª edición de los Premios Nacionales.
La cita del premio reconoció la película por "lograr una mezcla meliflua del espíritu y la filosofía del Yoga" y quizás describe mejor este esfuerzo bastante inusual.
"No quería hacer un documental ni un largometraje. No insertamos comentarios ni explicaciones en las tomas porque no estaba tratando de explicar el yoga. El yoga es una experiencia y quería que mi público tuviera una experiencia", dijo.
A lo largo de la película, se puede ver a Iyengar impartiendo una clase básica o lanzando un desafío más difícil a sus estudiantes más avanzados mientras se desliza y se desliza en asanas aparentemente imposibles con cánticos sánscritos al ritmo de la música.
"La música de fondo fue compuesta por el famoso director musical y sitarista Bhaskar Chandavarkar, que era el compositor residente y profesor de música aplicada en FTII en ese entonces. La música de la película se hizo muy popular y luego fue adquirida por una empresa con sede en Londres. Más tarde, varias embajadas compraron las copias de la película", dijo Sankaramangalam.
Sankaramangalam dijo que el proyecto nunca habría visto la luz del día si un talentoso estudiante de cinematografía de Bangladesh no hubiera sido rechazado por los otros grupos de estudiantes que se preparaban para sus películas de diploma.
"Tenía mucho talento y una mente muy creativa, aunque poco ortodoxa. Supongo que los demás estudiantes no podían con él, así que se quedó sin una película para su diploma. Fue entonces cuando intervine yo y decidimos hacer esta película juntos", dijo.
Sankaramangalam señaló que incluso la fotografía de la película intentó comunicar los movimientos musicales del gurú del yoga. "Le dije que tomara la mayoría de las tomas con un objetivo gran angular. Esto captó los movimientos de forma interesante. Cada vez que nos encontrábamos con una composición inusual para las imágenes, filmábamos", dijo.