Virgen de La Altagracia: Peregrina de Esperanza
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- เผยแพร่เมื่อ 8 ก.พ. 2025
- MEDITACIÓN DE LAS LECTURAS: 21 de Enero 2025
Is 7,10-15;
Sal. Lc 1,46-55;
Gal 4,1-7;
Lc 1,26-38
VIRGEN DE LA ALTAGRACIA:
PEREGRINA DE ESPERANZA
El 21 de enero es la solemnidad de Nuestra Señora de la Altagracia, protectora del pueblo dominicano. En este año jubilar, y basándonos en los textos bíblicos del día, vamos a meditar por qué nuestra advocación mariana también puede ser considerada peregrina de la esperanza.
La Virgen María, en la Biblia, y la Virgen de la Altagracia, en el cuadro, son la misma persona. El pintor inspirado se basó en la Sagrada Escritura, especialmente en los pasajes del Nuevo Testamento. El evangelio de Lucas, hoy, narra la anunciación del ángel Gabriel, nos recuerda que la Virgen tuvo una vocación inicial, un llamado. Dios la había preservado y, a su momento, estaba con una postura favorable para descifrar la voz de Dios, para comprender su historia personal. En silencio profundo, la Virgen pudo involucrarse a fondo perdido en el proyecto de salvación que cambiará el rumbo de la historia, la aceptación de ser Madre de Jesús, el Hijo de Dios.
El cuadro de la Altagracia nos confirma que María es peregrina. La pintura sagrada representa la promesa hecha realidad; anuncia la encarnación de Jesús. La profecía de Isaías se cumplió. Ahí la tenemos, en adoración, centrada, ante el Emmanuel que ha venido al mundo. Peregrinar significa estar consciente hacia dónde se va, en busca de quién, y a espera de qué. María no caminó sin horizonte. En cada paso contemplaba y descifraba, confirmaba los designios de Dios.
La peregrina más amada del pueblo dominicano, la Altagracia, siempre está con los labios silentes. El silencio profundo, meditativo, contemplativo, marca la ruta. Los misterios del Señor son elevados. Con ruidos y distracciones no se profundiza. La Altagracia está, como dijo Gabriel, llena de gracia. Por eso, los destellos de luz en la pintura. La gracia de Dios llena el espacio mariano, y todo su ser. Quien ha peregrinado a casa de la Madre, experimenta ante Ella, como un puente que une cielo y tierra. Como buena Madre, no va sola, enseña a sus hijos e hijas a peregrinar hacia su Hijo Jesús. Lo más extraordinario de esta historia, es caminar con ella desde el santuario del propio corazón.
La Altagracia es peregrina de esperanza, porque está absorta en el misterio del Niño Dios, al mismo tiempo, hecho hombre. Las cosas de Dios no vienen concluidas, parten de lo pequeño, se desarrollan en estatura, gracia y sabiduría. Ella, con el respaldo de san José, va avanzando, edificando, construyendo, educando y dejándose sorprender por el pequeño, humano y divino, que le han confiado. La Altagracia es peregrina, porque supo esperar sin dejar de avanzar.
Esperanza es esperar en Dios lo que sólo Dios puede dar. La paciencia, la perseverancia, la oración, el avanzar juntos, son signos de esperanza. La Madre respeta el ritmo de Dios. Ojos centrados, oídos atentos, y en el centro de su pecho la Santísima Trinidad, como en forma de triángulo blanco, casto y puro. La paz de su rostro lleva a la oración, porque quien confía en el Señor avanza sin caer en la tentación de la esperanza, que es la desesperación.
María, como estrella de esperanza, hace que todas las demás estrellitas también peregrinen. Esas estrellas somos tú y yo, en comunión apostólica. Nos lleva impresas en su santo manto. Nos hace presente y partícipes de la luz. En su casa hay luz, porque Jesús es la Luz. En la luz, la Madre nos muestra claramente cómo transformarnos en verdaderos adoradores. Un pueblo que sabe adorar mantiene su esperanza como las hojas del naranjo, verdes, y con follaje florecido. Quien adora se convierte en estrella que conduce hasta Jesús.
Preguntas que llevan al silencio: ¿Cómo está tu esperanza? ¿Te gustaría contemplar, en silencio, el cuadro de la Virgen de la Altagracia? ¿Cómo Ella te hace madurar en esperanza desde su lenguaje no verbal: su cabeza inclinada, sus manos orantes, su postura firme, su custodia a la vida? ¿Cómo el cuadro de la Altagracia te enseña a ordenar tu casa? ¿Le pedirías a la Virgen de la Altagracia que te enseñe a adornar tu casa como casa de Dios? ¿Tú sabías que la santidad es el adorno de la casa de la Altagracia? ¿Por qué el cuadro de la Altagracia no tiene puertas? ¿Por qué la Virgen siempre tiene el Hijo delante, sin impedimento para que los demás lleguen y adoren? ¿Qué te enseña san José, quien cuida permanentemente la vela de la fe, para que no se apague ni la esperanza ni la caridad?
Madre de la Altagracia, Señora y protectora nuestra, contigo quiero proclamar las grandezas del Señor. Que mi espíritu se alegre en Dios, nuestro salvador. Porque Él nos da su misericordia. Nos renueva, con su amor, la esperanza en un mundo más justo. Dispersa toda soberbia de mi corazón, derriba mis pretensiones vanas, despide cualquier arrogancia con manos vacías. Auxiliame, Madre, porque contigo, quiero peregrinar en esperanza.
madre santa dame tu gracia tu alta gracias madre santa virgen de la alta gracia intersede por mí y mi familia danos paz salud progreso tu protección amén gracias madre de la alta gracia❤