Dani y Hallowen

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  • เผยแพร่เมื่อ 8 พ.ย. 2024
  • Cuento infantil Haloowen como tematica.
    Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de montañas y bosques, un niño llamado Dani. A Dani le encantaba Halloween, pero no porque pudiera disfrazarse o recoger caramelos, sino porque cada año intentaba descubrir quién era la misteriosa “Brujita de la Luz”.
    La Brujita de la Luz, según contaban los ancianos del pueblo, era un ser mágico que aparecía cada Halloween en el bosque. No asustaba ni lanzaba hechizos, sino que iluminaba los senderos oscuros y ayudaba a quienes se perdían a encontrar el camino de vuelta a casa. Nadie sabía cómo era, pues siempre se ocultaba en la penumbra, dejando solo un rastro de pequeñas luces titilantes como estrellas que guiaban a los que necesitaban ayuda.
    Dani estaba decidido a encontrarla, así que esa noche de Halloween, después de disfrazarse de pequeño mago, se adentró en el bosque con una linterna y una bolsita de caramelos como ofrenda para la Brujita de la Luz. Caminó entre los árboles, oyendo el crujir de las hojas bajo sus pies y el suave susurro del viento que parecía querer guiarlo.
    De repente, vio una luz en el suelo, una pequeña estrella brillando entre las hojas. Dani recogió la luz y notó que parecía flotar en su mano. Siguió avanzando, y a cada paso aparecía una nueva luz hasta formar un camino resplandeciente. Dani se emocionó, ¡la Brujita de la Luz estaba cerca!
    Finalmente, llegó a un claro del bosque donde las luces se reunían, formando una especie de círculo brillante. Y en el centro, apareció una figura menuda y dulce, con un sombrero puntiagudo y un vestido que parecía hecho de la misma luz de las estrellas. Era la Brujita de la Luz. Su rostro era amable y sus ojos parecían brillar como dos luciérnagas.
    -Hola, Dani -dijo ella con una voz suave-. Has venido a verme, ¿verdad?
    Dani asintió emocionado y le ofreció la bolsita de caramelos.
    -Para ti, Brujita. Gracias por cuidar de todos en el pueblo.
    La Brujita de la Luz sonrió y aceptó los caramelos con una reverencia.
    -Gracias a ti, pequeño mago. Yo solo ilumino el camino, pero sois vosotros, los valientes del pueblo, los que encontráis la manera de regresar a casa.
    Dani se quedó charlando con la Brujita, y ella le contó historias de los animales del bosque y de cómo ayudaba a las criaturas pequeñas a encontrar refugio en las noches oscuras. Cuando el reloj marcó la medianoche, la Brujita de la Luz se despidió, dejando que las pequeñas luces guiaran a Dani de regreso a casa.
    Desde entonces, cada Halloween, Dani sigue la ruta de las luces en el bosque, llevando su bolsita de caramelos para agradecer a la Brujita de la Luz. Y aunque nadie más en el pueblo la ha visto, Dani sabe que siempre está allí, iluminando los caminos de quienes necesitan un poco de magia y luz en sus vidas.

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