Tu hermano va para santo, me dicen las vecinas cuando le ven actuar. Educado, simpático y violento. El cierre de la puerta del hogar y su interior se convierte en un terreno impune para él. Me grita, me insulta y me agrede. Arrastro una lesión crónica fruto de la última agresión que sufrí de él. Poco a poco vas comprendiendo como es el hombre violento. Amparado por la privacidad del hogar, un sitio donde nadie te ve, ni te oye. Los lugares recurrentes, la comodidad de ser su hermana la víctima y la protección que siempre va a tener porque a un hermano no se le denuncia.
Tu hermano va para santo, me dicen las vecinas cuando le ven actuar. Educado, simpático y violento. El cierre de la puerta del hogar y su interior se convierte en un terreno impune para él. Me grita, me insulta y me agrede. Arrastro una lesión crónica fruto de la última agresión que sufrí de él. Poco a poco vas comprendiendo como es el hombre violento. Amparado por la privacidad del hogar, un sitio donde nadie te ve, ni te oye. Los lugares recurrentes, la comodidad de ser su hermana la víctima y la protección que siempre va a tener porque a un hermano no se le denuncia.