12. El fuerte de San Cristóbal

La “minerva” de hoy se debe a Miguel Ballenilla García de Gamarra, quien nos explica el valor y la singularidad del fuerte llamado de Alfonso XII en Pamplona.
En la cima del monte San Cristóbal, con Pamplona a sus pies, se encuentra desde hace más de un siglo, el fuerte Alfonso XII. Una obra de ingeniería militar tan colosal y hermosa, como desconocida.
Pamplona, cansada de sufrir sitios y ataques durante las Guerras Carlistas, solicitó al Rey una fortaleza que complementara a la Ciudadela. En 1877 se iniciaron los trabajos, que finalizaron más de 40 años después, en 1920.
Con sus 600.000 metros cuadrados de superficie, distribuidos en cinco niveles excavados en la roca, la fortaleza estaba diseñada para albergar más de 100 cañones y obuses, además de una guarnición de 1.500 soldados. Toda ella es como un gran acorazado, enmascarado en la cima del monte, que vigila la cuenca de Pamplona.
Sirve para hacerse una idea de sus grandiosas dimensiones, el hecho de que sus aljibes tienen capacidad para almacenar más de tres millones de metros cúbicos de agua, que se elevaban con una máquina de vapor, desde un manantial a los pies del monte.
Esta gran obra fue diseñada y dirigida por el comandante de ingenieros José de Luna y Orfila, que aplicó las más avanzadas tecnologías de la época. La revolución militar que trajo consigo la aviación, y los costes de artillar la fortaleza, que nunca llegó a tener cañones, la dejaron inservible para el fin al que estaba destinada.