El sueño de Mirno

Había una vez, en un pequeño pueblo en el corazón de un bosque encantado, un gnomo llamado Mirno. Tenía una larga barba blanca que casi llegaba a sus pies y un gorro rojo que siempre llevaba, que le daba un aire de alegría a su andar. Mirno era muy habilidoso haciendo juguetes; podía construir carritos de madera que rodaban suavemente, muñecas que sonreían y juegos de mesa que encantaban a los niños. Sin embargo, había un sueño profundo en su corazón: él quería ser un duende de Santa Claus.