SEMANA SANTA DE JEREZ 2024. Viernes Santo. El Cristo de la Expiración de ida por calle Sol

แชร์
ฝัง
  • เผยแพร่เมื่อ 2 ต.ค. 2024
  • Imágenes del Santísimo Cristo de la Expiración, 'El Cristo' de Jerez de la Frontera, bajando por la calle Sol camino de la Carrera Oficial en la tarde del Viernes Santo 2024.
    La Semana Mayor jerezana de 2024 fue golpeada duramente por las inclemencias meteorológicas, no recordándose similares registros, al menos en el último medio siglo, en cuanto al porcentaje abrumador de suspensiones de salidas procesionales por motivo de lluvias incesantes durante todas las jornadas. No en vano, solo 12 de 45 fueron las cofradías que pudieron salir a la calle, de las que sólo 7 lograron realizar Estación de Penitencia en la Catedral y, de ellas, únicamente 4 completaron su recorrido. En la tarde del Viernes Santo, solo la Expiración y las Viñas salieron a la calle, teniendo ambas que buscar refugio ante los malos augurios meteorológicos.
    El Santísimo Cristo de la Expiración, obra de Juan Luis Vasallo Parodi (1950), es un emblema de la semana mayor jerezana al tratarse de una de las imágenes que arrastra mayor devoción en la ciudad.
    La actual talla contemporánea sustituía una anterior que databa del siglo XVI y que al ser ejecutada en pasta policromada, se encontraba muy deteriorada.
    El Cristo, como afirma Nuria Guerra, es ante todo un 'símbolo', y es ese su esencial concepto plástico. Y lo es porque se aleja de una representación fisiológica tradicional en trance agónico a la muerte. Antes al contrario, el Crucificado se presenta poderoso, con mirada alta, el rostro tiene un fuerte prognatismo, acentuándose este defecto por la barba, compacta y aluenga. La posición del rostro no es propia y natural de un hombre a punto de morir. Por eso es una imagen abstracta que acoge una riquísima simbología que se completa con determinados aditamentos que refuerzan la impronta, esto es, la melena de pelo negro natural, la Cruz de plata de ley (1674) sobre la que va enclavado o la 'vela' o sudario bordado que pende del travesaño y que lleva bordados un Sol y una Luna, reminiscencia del Antiguo Testamento donde se profetizaba la aparición de unas tinieblas que ocultarían los astros en el momento de la muerte del Señor.
    Son más de cuatro siglos los que tiene la cofradía de la Expiración porque ha de apuntarse como momento fundacional el de la autorización emitida para su erección canónica por el provisor de Sevilla, Domingo de Leciniana, el 10 de junio de 1588. Se funda con el nombre de la Santa Expiración sin aludir a la advocación mariana, aunque como ha historiado Repetto Betés existe un Rescripto pontificio de Sixto V fechado un año antes (1 de junio de 1587) concediendo indulgencias y privilegios a una Hermandad que venera a Santa María del Valle. Este hecho nos indica que realmente era esta Cofradía de la Expiración la que honraba a la Virgen aunque aún no gozase de personalidad jurídica.
    Se trata de una corporación que ha mantenido su depurada identidad hasta nuestros días destacando especialmente en una estética ‘jerezanísima’ al igual que la del Nazareno, hermandad que la antecede en la Madrugada. Tanto El Cristo como San Juan, que procesiona a continuación, son portados externamente con cargadores blandiendo horquillas tal y como se llevaban los pasos en Jerez antes de que se generalizara la tendencia sevillana. Las horquillas sirven como apoyo al andar de los hombres pero también para depositar los pasos en las paradas pues estos carecen de patas.
    Tras la supresión propiciada por Real Decreto del Consejo de Castilla de 1771 de infausto recuerdo, es el 22 de mayo de 1866 cuando el Cardenal Arzobispo de Sevilla restaura la Hermandad gracias al empuje de un grupo formado en 1855. El repaso a los anales de los primeros años del siglo XX nos lleva a intuir que esta Cofradía tenía una consistencia incuestionable en la ciudad. En 1918, se hace con las riendas de la hermandad el bodeguero Fernando Fernández-Gao dispuesto a procurarle a la hermandad la adquisición de un paso de palio a la usanza sevillana. En 1920 la hermandad alcanza la notoria cifra de 420 hermanos. En 1923 es distinguida por el título de ‘Pontificia’ y en 1925 como ‘Real’.
    También alejado de los cánones actuales es el severo canasto donde se alza el Crucificado, obra de Lutgardo Pinto Ruiz (1937), en madera de cedro de su color. Tan original como su iluminación con candelabros de hierro forjado y decorados con airosas hierbas.
    Además de los capirotes cónicos al uso, muchos hermanos del Cristo siguen vistiendo a cara descubierta unos singulares tocados egipcios con “escarolados” haciendo complicados dibujos en la caída de los mismos así como un pañuelo blanco de seda con encajes dorados con el escudo de la Fraternidad (la barca y las cruces), puesto al cinturón de terciopelo negro. Se trata de uno de los cortejos más genuinos de la Semana Santa jerezana.
    Acompaña musicalmente la Agrupación Musical San Juan de Jerez de la Frontera.

ความคิดเห็น •