En el minuto 1:13:10 señala el buscar medios rápidos y eficaces de solucionar el problema. ¿Esto se hace a criterio mismo del psicólogo o mediante qué tipo de pregunta se podría obtener esta información?
Muy agradecido por su interés y, sobre todo, por su pregunta. “Buscar medios rápidos y eficaces de solucionar el problema”, estimo, podría estar relacionado a un conjunto de variables relacionales y de vínculo en el proceso de intervención terapéutica. Quizás una de esas variables podría ser el tiempo. Existen tres tiempos diferenciados vinculantes e interrelacionados en el proceso terapéutico. El tiempo: del paciente, el del terapeuta y el de la propia terapia. ¿Cómo se da cada uno de ellos? 1. El tiempo del paciente. Una de las preocupaciones centrales del paciente es saber si su problema tendrá solución y lo segundo, si este tiene un tiempo de sesiones requerido y especifico. Responder estas dudas e inquietudes del paciente son desde un inicio (primera sesión) un procedimiento terapéutico y forma parte de la intervención y podría considerarse como una primera técnica terapéutica. Ofrecer un tiempo del número de sesiones podrían constituirse en “medios rápidos y eficaces” de sugestionar al paciente que su problema tiene solución. Saber que hay un tiempo para encontrar una solución a su molestia, alienta al paciente y al mismo tiempo lo sugestiona. Una suerte de “hipnosis ericksoniana” la cual Paul Watzlawick y Giorgio Nardone denominaban: “terapia estratégica e hipnoterapia sin trance”. Escuchar que su problema tiene un tiempo de solución ayuda mucho. En la Terapia Sistémica identificamos dos tipos de terapias breves. La terapia breve centrada en soluciones o terapia breve enfocada en las soluciones (TBCS) de Steve de Shazer y Insoo Kim quienes sugieren unas 12 sesiones. En la terapía breve estratégica de Giorgio Nardone, se trabaja en promedio unas 20 sesiones. 2. El tiempo del terapeuta. Quizás sea un tiempo de mayor complejidad y manejo. Podríamos distinguir su complejidad por los excesos o los déficits de parte de los terapeutas en unos casos: los más bisoños y, del otro, de aquellos que serían los más experimentados. La intención de ayudar por parte de los terapeutas bisoños lleva muchas veces a “interpretar” (descuidando los naturales procesos de descripción de los pacientes) y no dejar que el proceso transcurra en sus tiempos adecuados. A los jóvenes terapeutas les gana su deseo de concluir rápidamente el proceso terapéutico agotando los tiempos y generando algunas veces la natural resistencia al cambio que promueve el propio sistema individual o familiar. Ello podría ausentar prematuramente al paciente en la continuidad de la terapia. En el caso de los mas experimentados, podría prolongarse exageradamente los cambios; algunas veces movidos por la reducción de sus ingresos o de otro lado por un sinnúmero de razones entre ellas; por ejemplo, el termino de una relación terapéutica que entienden debe ser mucho más prolongada para calmar procesos colaterales de estrés, ansiedad o depresión observados en los pacientes; los cuales no necesariamente fueron motivos de consulta. 3. El tiempo de la terapia misma (el espacio construido en los encuentros terapéuticos) Un espacio de complejidad donde el vínculo y relación terapéuticos puede tener distintos desenlaces. Respecto a estos temas sugeridos consideramos deberían ser materia de investigación para corroborar las hipótesis aquí sugeridas; las cuales, debe quedar claro, son producto de los años de experiencia en el contexto del trabajo en terapia. Brindo disculpas por mi incapacidad de síntesis y de pronto, por complejizar aún más: una probable, sencilla y corta respuesta. Un fuerte abrazo.
En el minuto 1:13:10 señala el buscar medios rápidos y eficaces de solucionar el problema. ¿Esto se hace a criterio mismo del psicólogo o mediante qué tipo de pregunta se podría obtener esta información?
Muy agradecido por su interés y, sobre todo, por su pregunta.
“Buscar medios rápidos y eficaces de solucionar el problema”, estimo, podría estar relacionado a un conjunto de variables relacionales y de vínculo en el proceso de intervención terapéutica.
Quizás una de esas variables podría ser el tiempo.
Existen tres tiempos diferenciados vinculantes e interrelacionados en el proceso terapéutico. El tiempo: del paciente, el del terapeuta y el de la propia terapia.
¿Cómo se da cada uno de ellos?
1. El tiempo del paciente.
Una de las preocupaciones centrales del paciente es saber si su problema tendrá solución y lo segundo, si este tiene un tiempo de sesiones requerido y especifico.
Responder estas dudas e inquietudes del paciente son desde un inicio (primera sesión) un procedimiento terapéutico y forma parte de la intervención y podría considerarse como una primera técnica terapéutica.
Ofrecer un tiempo del número de sesiones podrían constituirse en “medios rápidos y eficaces” de sugestionar al paciente que su problema tiene solución.
Saber que hay un tiempo para encontrar una solución a su molestia, alienta al paciente y al mismo tiempo lo sugestiona. Una suerte de “hipnosis ericksoniana” la cual Paul Watzlawick y Giorgio Nardone denominaban: “terapia estratégica e hipnoterapia sin trance”. Escuchar que su problema tiene un tiempo de solución ayuda mucho.
En la Terapia Sistémica identificamos dos tipos de terapias breves. La terapia breve centrada en soluciones o terapia breve enfocada en las soluciones (TBCS) de Steve de Shazer y Insoo Kim quienes sugieren unas 12 sesiones.
En la terapía breve estratégica de Giorgio Nardone, se trabaja en promedio unas 20 sesiones.
2. El tiempo del terapeuta.
Quizás sea un tiempo de mayor complejidad y manejo.
Podríamos distinguir su complejidad por los excesos o los déficits de parte de los terapeutas en unos casos: los más bisoños y, del otro, de aquellos que serían los más experimentados.
La intención de ayudar por parte de los terapeutas bisoños lleva muchas veces a “interpretar” (descuidando los naturales procesos de descripción de los pacientes) y no dejar que el proceso transcurra en sus tiempos adecuados. A los jóvenes terapeutas les gana su deseo de concluir rápidamente el proceso terapéutico agotando los tiempos y generando algunas veces la natural resistencia al cambio que promueve el propio sistema individual o familiar. Ello podría ausentar prematuramente al paciente en la continuidad de la terapia.
En el caso de los mas experimentados, podría prolongarse exageradamente los cambios; algunas veces movidos por la reducción de sus ingresos o de otro lado por un sinnúmero de razones entre ellas; por ejemplo, el termino de una relación terapéutica que entienden debe ser mucho más prolongada para calmar procesos colaterales de estrés, ansiedad o depresión observados en los pacientes; los cuales no necesariamente fueron motivos de consulta.
3. El tiempo de la terapia misma (el espacio construido en los encuentros terapéuticos)
Un espacio de complejidad donde el vínculo y relación terapéuticos puede tener distintos desenlaces.
Respecto a estos temas sugeridos consideramos deberían ser materia de investigación para corroborar las hipótesis aquí sugeridas; las cuales, debe quedar claro, son producto de los años de experiencia en el contexto del trabajo en terapia.
Brindo disculpas por mi incapacidad de síntesis y de pronto, por complejizar aún más: una probable, sencilla y corta respuesta.
Un fuerte abrazo.