Hey, muy buen contenido en tu canal. Por aquí un ex dueño de tienda de discos y ahora coleccionista en retirada. Te escuché y me acordé de una textil que solté hace un rato. La verdad, ya no me tomo tan en serio lo que escribí; lo releo y hay algo talibán/fundamentalista pasao' a sermón. Pero bueno, algo aliña la conversación. Salú y rock and roll "Consumismo melómano y la ilusión del coleccionista de discos" La gente pasa por fuera de una tienda de vinilos. Algunos piensan: Uy, qué ondero eso de los discos. Otros opinan que está bonito eso de la onda vintage-retro-romántica. La señora de 50 hacia arriba recuerda con nostalgia que en su casa habían muchos discos. Ellos son los que no pertenecen al nicho de melómanos consumistas. Para ellos basta la radio y Spotify. Por otro lado están “los iniciados”. Un grupo predominado por hombres de entre 30 y 50 años con suficiente poder adquisitivo. El perfil de los miembros de esta subcultura o grupo “target” en estudios de mercado es el de quienes valoran el trabajo no industrial: el pan de masa madre frente al pan de molde del supermercado, la barbería hipster frente a la prestobarba desechable, la cerveza artesanal de la fábrica familiar o de los amigos emprendedores a la lata de la multinacional, el “slow food” frente a la comida rápida o chatarra y, finalmente, acumular discos caros, frágiles e incómodos para escuchar música contra la oferta de Spotify y la radio a la que accede la chusma. En todas estas opciones hay un común denominador, una crítica subrepticia hacia la industrialización deshumanizada, a los tiempos rápidos del consumo voraz de lo desechable. Se busca la lentitud, cierta escala humana que prioriza otros valores en vez de la eficiencia del monstruoso sistema capitalista. Un ritual que dice “fuck the system”, me tomaré una cerveza y escucharé un disco sentado en mi sillón pues valoro el arte y el ocio, tal vez luego consuma algo orgánico (claro, lo puedo hacer porque pertenezco a un porcentaje pequeño de la población que tiene resuelta las necesidades básicas y me puedo dar estos lujos). Así, también vale la pena fermentar cosas lentamente en vez de comprarlas hechas, vale la pena un buen corte de barba hecho por un artesano y un café de especialidad que no explotó a ningún agricultor pobre en su trayecto desde la cosecha a la tasa. La cantinela puede ser “dime qué consumes y te diré quien eres” o al menos “quien quieres ser”. Quienes compran discos de vinilo hacen una declaración tácita, se pronuncian sobre a qué le dan valor. En nuestra sociedad el ciudadano se configura como un consumista y se va definiendo según sus opciones de compra. Si elijo los huevos de gallina feliz por sobre los de la marca barata no sólo lo hago porque puedo, sino porque con ello declaro estar en contra de cierto tipo de industria y cierto estilo de vida que no es saludable ni deseable. Con los bienes de consumo cultural es incluso más exacerbado. La identidad del melómano se construye en parte como miembro de distintos grupos de pertenencia. Se escucha tal estilo de música y se comparte cierta visión de mundo, cierto nivel socioeconómico y cultural. El que escucha a Pablo Chil-e y el que escucha a Shoenberg no son miembros de la misma subcultura y tal vez comparten poco de la misma cultura en general. Uno pobre, en la población y sin educación y el otro rico, con un doctorado, que ha viajado por el mundo y vive cómodamente, uno dice “shansho” y el otro “chancho”. Uno compra el fideo marca “A cuenta” el otro piensa en una pasta fresca que cuesta 3 o 4 veces más. En uno y otro lado del espectro se ve una ostentación facilitada por el narcisismo digital imperante. Es algo así como “hey, mírenme, soy cool, pertenezco, compré este bien cultural que lo acredita, es mi pasaporte”. Sea una zapatilla, un corte de pelo de futbolista o un disco. El melómano coleccionista se pavonea en redes sociales sobre su colección, quiere mostrarse como miembro de un grupo selecto que rechaza la vorágine de nuestra civilización y rechaza la cultura de masas. No es de extrañar entonces que exista una tendencia en los coleccionistas a buscar la rareza, los famosos “hard to find” que sólo los verdaderos entendidos conocen. Se es especial y no vulgar con esas joyitas, como el dato de esa cafetería de especialidad que pocos conocen frente al Nescafé en tarro del ciudadano promedio. La picá, la joyita, la exclusividad como pretensión de status. Así, tener y tener más discos, nunca es suficiente. La excitación por la nueva edición que es exactamente igual pero ahora viene con un disco rojo en vez de uno blanco o el cartón del empaque que tiene una foto distinta a la versión anterior. La dopamina liberándose por el nuevo producto que engruesa la colección y le permite competir con los otros primates del clan: miren, yo la tengo más grande, la colección. Mientras tanto, los dueños el zoológico, ven felices como los “melómanos” gastan morlacos en nuevos discos. Eso sí, ya no es tan cool cuando los vende El Mercurio o el Jumbo. Si se masifica se pierde el encanto. Para seguir vendiendo tiene que ser a un grupo pequeño que esté dispuesto a pagar mucho por música en bonitos empaques y diferentes colores. Tener más discos, comprar más discos ¿qué vacío se llena? En aquellos que entre sus preferencias musicales se inclinan a la contracultura, que idolatran a ídolos rebeldes del rockanroll, resulta especialmente paradójico y hasta contradictorio el fetiche consumista. Abundan los snobs entre los coleccionistas de discos. Aquellos pedantes que se sienten con cierta superioridad moral e intelectual porque han accedido a los recónditos parajes de la música más hermosa y desconocida. Los elegidos que se saborean cuando los tildan de raros e inadaptados, los que miran sobre el hombro a la gente común y corriente que disfruta con el último hit del verano. Está plagado, especialmente entre dueños de tiendas de música. Algunos son verdaderas bibliotecas andantes, saben sobre bandas y estilos musicales, datos triviales totalmente irrelevantes. Ahí no hay sabiduría, hay datos, y los datos valen poco porque con Internet son como el aire. El debate sobre que la calidad de audio es mejor en los vinilos simplemente no resiste mayor análisis por mi parte a menos que se me presente nueva evidencia científica al respecto. Desafío a cualquier audiófilo de los vinilos a que en una prueba ciega pueda distinguir, sobre el rango de respuestas azarosas, cuándo el sonido escuchado emana de alguno de los 10 vinilos que más conoce de su colección o de su equivalente reproducción digital. Apuesto 100 mil pesos chilenos a que no son capaces de distinguir en un experimento, usando siempre los mismos audífonos, entre si la fuente sonora viene del disco en la tornamesa o de una copia digital exacta hecha por un ingeniero en sonido. La superioridad en la calidad del audio de los discos de vinilo frente a lo digital es un engaño y un sesgo cognitivo: un mito, basta. Con la tecnología actual cualquier sonido producido por un tocadiscos es reproducible digitalmente al punto de que sea indistinguible al oído humano. Si compramos trozos de plástico envueltos en cartón para escuchar música no es objetivamente por la calidad del audio. Si se disfruta verdaderamente de la música se puede hacer con un archivo digital sin necesidad de una “cosa” detrás para tener una experiencia. Se pone play al archivo digital y se relaja uno tomando la cervecita sin necesidad de gastar plata comprando plásticos. Por lo demás, cuando comencé el viaje por la música lo hice de la mano de cintas regrabadas que dejaban mucho que desear en términos audiófilos y nada de eso hizo de la experiencia algo inferior. La música resiste y atraviesa incluso sobre el ruido más bravo. El mundo se va al carajo y vamos a dejar de comprar como imbéciles y con excusas baratas, ya sea a la buena o a la mala. O porque vimos la luz o porque no queremos morir asfixiados. Por eso, a la mierda los vinilos y con ellos los libros de papel, a la mierda los bienes superfluos, el materialismo irracional y comprar cosas. Aguante la nube digital y el minimalismo: menos es más. Gastar en experiencias y buena comida o música en vivo, guardar para cuando las vacas están flacas o para cuando no podamos trabajar. No somos faraones egipcios y a la tumba no te va s a llevar ni un puto disco para la otra vida. Tal vez, y sólo tal vez, si existe algo así como la supervivencia de la conciencia después de la muerte, te vas a ir sabiéndote un puñado de canciones para tararear en la eternidad. No es la cantidad de libros, no es la cantidad de discos. Es la calidad de la experiencia, del disfrute profundo de cada cosa. Decía Ignacio de Loyola: “No es mucho saber lo que harta y satisface el alma, sino el sentir y gustar de las cosas interiormente”. La música es algo infinitamente superior a los discos de vinilo, que sólo se han transformado en un “commodity cultural” para satisfacer ansias de status social y el mal de Diógenes de consumidores viciosos. Ahora dejo de escribir, me voy a tomar mi cerveza artesanal mientras dejo caer la púa sobre mi copia numerada del Stg. Pepper.
coleccionar discos es una actividad cuasi-suicida. desde gastar el dinero para reparar tu casa en algun disco, hasta ir de vacaciones con tu pareja y preferir visitar disquerias o ferias de segunda mano antes que ir a sitios turisticos. es una obsesion dificil de manejar
De acuerdo con tu comentario sobre coleccionar. A mi me gusta coleccionar discos, cd's, cassettes, cómics, libros y figuras de acción o juguetes (creo que lo mismo que tú). En el caso de los libros, cómics y música, es más coleccionar la obra en sí que tener una primera edición o algo por el estilo, por supuesto, si puedo comprar una primera edición o una muy buena edición a un precio decente, adelante. Pero si no puedo, no hay problema, con tener la obra al menos en original y poderlo compartir con la gente para mi es más que suficiente, finalmente son cosas y el formato nos permite preservar la obra, para mi el objeto no supera a la obra que creo que es lo verdaderamente importante. En fin, todo un tema. Saludos y qué buen video.
tremendo, haber me sucede que mas viejo empecé a escuchar otras cosas que solo música japonesa o todo lo que la cultura pop me entrego. entonces estoy en esa búsqueda. tremendo video loco
Que bacanes tus palabras, cuando tenía como 14 juré que sólo iba a escuchar música japonesa, tenía a X y Luna Sea y creí que no iba a necesitar nada más jajajaja. Siempre es bueno, creo, meter la nariz en otros lados y explorar, vida corta y mucho por apreciar!!! Un abrazo.
Nice video to watch! I really like this intro 😀 as one of your subscribers that followed your videos from in the beginning, your video improve day by day! Always interesting with the topic that you discuss about music, manga/comic or both combinantion and how you illustrate it. 😊 Hope you will have translation/subtitle in English or even in Bahasa Indonesia because i am your fan from Indonesia. 🤗 Will wait your next video from Indonesia !
Hey, thank you a lot for your kind words!!! I have thought about adding english subtitles, but since I do everything by myself, I think it will take me some time. Unfortunately, I can't speak Bahasa, but I hope the english subtitles will be of help to you in the future. Thank you very much for your support, warm regards from Chile!!
Me gusta mucho tu canal. Me apasiona igual mucho la música, sobre todo la underground. Aunque nunca eh tenido una colección per se, más que álbumes en mp3. Me interesa el tema. Me gusta todo lo que tenga que ver con cultura musical.
me hizo acordar a seymour el personaje de steve buscemi que colecciona discos viejos de blues en la peli ghost world que esta basada en un comic ja asi cerramos el circulo
Genial la reflexión final sobre coleccionar, de la cual comparto mucho. Buen trabajo como siempre. Después de ver este episodio, creo que le pegaré una escuchadita al material musical de Crum. Abrazo enorme.
buenísimo, a veces coleccionar da para volverse loco. no sabia que fritz the cat era un comic pero es re loca la pelicula, el conejo nazi es tal cual a los hell angels jipientos y bueno me fue inevitable comparar al dibujante con saymour de la pelicula ghost world un viejo metido en su mundo y obsesionado por los acetatos de blues y jazz, de seguro es una referencia
@@felipefuentes695 como dato el director de ghost world (que también es un comic originalmente) dirigió el documental Crumb y basó a seymour en el mismísimo, de hecho cuando Enid le va a comprar discos agarra el de Robert Crumb and his cheap suits serenaders y le dice que ese no es tan bueno
@@mutantsallowed Luego de eso no me queda mucho por agregar, pero claro, está todo relacionado. Daniel Clowes, el autor de Ghost World es parte de un grupo de casi "herederos" de Crumb, junto a Joe Matt y Peter Bagge, todos muy muy buenos según yo. Saludos.
Wenisimo, Hernandez Bros hay un monton de cosas en español disponibles en internet, Love and Rockets no tanto pero la saga de Palomar , que es impresionante también está bastante cubierta.
es bacan bobby blue bland, big momma thornton era una blusera que tocaba brigidiamente la armonica, el folk punk igual usa varios recursos de esa vola, esta harley poe, mischief brew, los days n daze que son por lejos mi grupo favorito, los bridge citty sinners son igual un folk punk pero con caleeeeta de raices de ese jazz antiguo y rapido como bien guitarreado y un loco que toca en esa banda se llama king strang y toca como ese blues medio robert johnson y wea como de los años 20
la verdad que hasta ahora todos los videos de este canal son excelentes. te felicito realmente. excelente contenido! me fascina el concepto del hokum blues. recuerdo el clasico de cow cow davenport, "i ain't no iceman", que tenia las increibles lineas: Baby I ain't no butcher / and I ain't no butcher's son /But I can furnish you plenty of meat baby until the butcher comes. ni ahora es aceptable jajaja
Hola, gracias por escribir. Acabo de escuchar el tema que mencionas y claro, suena muy rico ese blues mas jazzero con esos fraseos melancólicos, y la letra claro que está muy loca jajaja. Pero creo que es bueno entender las obras en su contexto y juzgar algo de 1938 con los estándares de hoy no tiene sentido para mi. Muy bueno, saludosssss.
Harvey Pekar es otro al que igual le obsesionaban los discos, trabajó con Crumb harto tiempo en American splendor. Supongo viste el documental de los Crumb, están cagados del mate pero son entrañables a su manera
Sí, de hecho hay varias historias en los cómics de American Splendor que fueron dibujados por Crumb y tratan incluso sobre como se conoció con el Harvey, son muy buenos. Y claro, los Crumb pelando cables siempre. Saludos.
Respecto a este tema recomiendo la película american splendor del 2003 que cuenta más o menos la historia como se conocieron en una venta de garage comprando discos ya que ambos eran apasionados por la música, y luego obviamente como llegaron a hacer cómics juntos.
No hay de que!, por un momento pensé en un disco de Brian Jones grabado por Crumb, y casi me da un ataque, tengo la cabeza muy mala jajaja. Si te refieres al soundtrack de A Degree of Murder, sí, es bien rico, o su te refieres al que produjo de los músicos de Jajouka es bastante interesante también; pero creo que siempre faltará un disco que represente la escencia del hombre mas allá de lo que hizo con los stones, saludossss.
@@LaMusicaArruinoMiVida igualmente lo rolling son un punto y a parte de Brian Jones. No se si conoces a la Filmoteca maldita pero tiene un análisis muy interesante sobre el documental de altamont
Este weon se llevaba mal con las panteras negras, las feministas, la ultra derecha, la izquiera y la lista sigue. Literalmente medio mundo lo detestaba y eso es muy genial.
Hey, muy buen contenido en tu canal. Por aquí un ex dueño de tienda de discos y ahora coleccionista en retirada. Te escuché y me acordé de una textil que solté hace un rato. La verdad, ya no me tomo tan en serio lo que escribí; lo releo y hay algo talibán/fundamentalista pasao' a sermón. Pero bueno, algo aliña la conversación.
Salú y rock and roll
"Consumismo melómano y la ilusión del coleccionista de discos"
La gente pasa por fuera de una tienda de vinilos. Algunos piensan: Uy, qué ondero eso de los discos. Otros opinan que está bonito eso de la onda vintage-retro-romántica. La señora de 50 hacia arriba recuerda con nostalgia que en su casa habían muchos discos. Ellos son los que no pertenecen al nicho de melómanos consumistas. Para ellos basta la radio y Spotify.
Por otro lado están “los iniciados”. Un grupo predominado por hombres de entre 30 y 50 años con suficiente poder adquisitivo. El perfil de los miembros de esta subcultura o grupo “target” en estudios de mercado es el de quienes valoran el trabajo no industrial: el pan de masa madre frente al pan de molde del supermercado, la barbería hipster frente a la prestobarba desechable, la cerveza artesanal de la fábrica familiar o de los amigos emprendedores a la lata de la multinacional, el “slow food” frente a la comida rápida o chatarra y, finalmente, acumular discos caros, frágiles e incómodos para escuchar música contra la oferta de Spotify y la radio a la que accede la chusma. En todas estas opciones hay un común denominador, una crítica subrepticia hacia la industrialización deshumanizada, a los tiempos rápidos del consumo voraz de lo desechable. Se busca la lentitud, cierta escala humana que prioriza otros valores en vez de la eficiencia del monstruoso sistema capitalista. Un ritual que dice “fuck the system”, me tomaré una cerveza y escucharé un disco sentado en mi sillón pues valoro el arte y el ocio, tal vez luego consuma algo orgánico (claro, lo puedo hacer porque pertenezco a un porcentaje pequeño de la población que tiene resuelta las necesidades básicas y me puedo dar estos lujos). Así, también vale la pena fermentar cosas lentamente en vez de comprarlas hechas, vale la pena un buen corte de barba hecho por un artesano y un café de especialidad que no explotó a ningún agricultor pobre en su trayecto desde la cosecha a la tasa. La cantinela puede ser “dime qué consumes y te diré quien eres” o al menos “quien quieres ser”. Quienes compran discos de vinilo hacen una declaración tácita, se pronuncian sobre a qué le dan valor. En nuestra sociedad el ciudadano se configura como un consumista y se va definiendo según sus opciones de compra. Si elijo los huevos de gallina feliz por sobre los de la marca barata no sólo lo hago porque puedo, sino porque con ello declaro estar en contra de cierto tipo de industria y cierto estilo de vida que no es saludable ni deseable. Con los bienes de consumo cultural es incluso más exacerbado. La identidad del melómano se construye en parte como miembro de distintos grupos de pertenencia. Se escucha tal estilo de música y se comparte cierta visión de mundo, cierto nivel socioeconómico y cultural. El que escucha a Pablo Chil-e y el que escucha a Shoenberg no son miembros de la misma subcultura y tal vez comparten poco de la misma cultura en general. Uno pobre, en la población y sin educación y el otro rico, con un doctorado, que ha viajado por el mundo y vive cómodamente, uno dice “shansho” y el otro “chancho”. Uno compra el fideo marca “A cuenta” el otro piensa en una pasta fresca que cuesta 3 o 4 veces más.
En uno y otro lado del espectro se ve una ostentación facilitada por el narcisismo digital imperante. Es algo así como “hey, mírenme, soy cool, pertenezco, compré este bien cultural que lo acredita, es mi pasaporte”. Sea una zapatilla, un corte de pelo de futbolista o un disco. El melómano coleccionista se pavonea en redes sociales sobre su colección, quiere mostrarse como miembro de un grupo selecto que rechaza la vorágine de nuestra civilización y rechaza la cultura de masas. No es de extrañar entonces que exista una tendencia en los coleccionistas a buscar la rareza, los famosos “hard to find” que sólo los verdaderos entendidos conocen. Se es especial y no vulgar con esas joyitas, como el dato de esa cafetería de especialidad que pocos conocen frente al Nescafé en tarro del ciudadano promedio. La picá, la joyita, la exclusividad como pretensión de status. Así, tener y tener más discos, nunca es suficiente. La excitación por la nueva edición que es exactamente igual pero ahora viene con un disco rojo en vez de uno blanco o el cartón del empaque que tiene una foto distinta a la versión anterior. La dopamina liberándose por el nuevo producto que engruesa la colección y le permite competir con los otros primates del clan: miren, yo la tengo más grande, la colección. Mientras tanto, los dueños el zoológico, ven felices como los “melómanos” gastan morlacos en nuevos discos. Eso sí, ya no es tan cool cuando los vende El Mercurio o el Jumbo. Si se masifica se pierde el encanto. Para seguir vendiendo tiene que ser a un grupo pequeño que esté dispuesto a pagar mucho por música en bonitos empaques y diferentes colores.
Tener más discos, comprar más discos ¿qué vacío se llena? En aquellos que entre sus preferencias musicales se inclinan a la contracultura, que idolatran a ídolos rebeldes del rockanroll, resulta especialmente paradójico y hasta contradictorio el fetiche consumista. Abundan los snobs entre los coleccionistas de discos. Aquellos pedantes que se sienten con cierta superioridad moral e intelectual porque han accedido a los recónditos parajes de la música más hermosa y desconocida. Los elegidos que se saborean cuando los tildan de raros e inadaptados, los que miran sobre el hombro a la gente común y corriente que disfruta con el último hit del verano. Está plagado, especialmente entre dueños de tiendas de música. Algunos son verdaderas bibliotecas andantes, saben sobre bandas y estilos musicales, datos triviales totalmente irrelevantes. Ahí no hay sabiduría, hay datos, y los datos valen poco porque con Internet son como el aire.
El debate sobre que la calidad de audio es mejor en los vinilos simplemente no resiste mayor análisis por mi parte a menos que se me presente nueva evidencia científica al respecto. Desafío a cualquier audiófilo de los vinilos a que en una prueba ciega pueda distinguir, sobre el rango de respuestas azarosas, cuándo el sonido escuchado emana de alguno de los 10 vinilos que más conoce de su colección o de su equivalente reproducción digital. Apuesto 100 mil pesos chilenos a que no son capaces de distinguir en un experimento, usando siempre los mismos audífonos, entre si la fuente sonora viene del disco en la tornamesa o de una copia digital exacta hecha por un ingeniero en sonido. La superioridad en la calidad del audio de los discos de vinilo frente a lo digital es un engaño y un sesgo cognitivo: un mito, basta. Con la tecnología actual cualquier sonido producido por un tocadiscos es reproducible digitalmente al punto de que sea indistinguible al oído humano. Si compramos trozos de plástico envueltos en cartón para escuchar música no es objetivamente por la calidad del audio. Si se disfruta verdaderamente de la música se puede hacer con un archivo digital sin necesidad de una “cosa” detrás para tener una experiencia. Se pone play al archivo digital y se relaja uno tomando la cervecita sin necesidad de gastar plata comprando plásticos. Por lo demás, cuando comencé el viaje por la música lo hice de la mano de cintas regrabadas que dejaban mucho que desear en términos audiófilos y nada de eso hizo de la experiencia algo inferior. La música resiste y atraviesa incluso sobre el ruido más bravo.
El mundo se va al carajo y vamos a dejar de comprar como imbéciles y con excusas baratas, ya sea a la buena o a la mala. O porque vimos la luz o porque no queremos morir asfixiados. Por eso, a la mierda los vinilos y con ellos los libros de papel, a la mierda los bienes superfluos, el materialismo irracional y comprar cosas. Aguante la nube digital y el minimalismo: menos es más. Gastar en experiencias y buena comida o música en vivo, guardar para cuando las vacas están flacas o para cuando no podamos trabajar. No somos faraones egipcios y a la tumba no te va s a llevar ni un puto disco para la otra vida. Tal vez, y sólo tal vez, si existe algo así como la supervivencia de la conciencia después de la muerte, te vas a ir sabiéndote un puñado de canciones para tararear en la eternidad. No es la cantidad de libros, no es la cantidad de discos. Es la calidad de la experiencia, del disfrute profundo de cada cosa. Decía Ignacio de Loyola: “No es mucho saber lo que harta y satisface el alma, sino el sentir y gustar de las cosas interiormente”.
La música es algo infinitamente superior a los discos de vinilo, que sólo se han transformado en un “commodity cultural” para satisfacer ansias de status social y el mal de Diógenes de consumidores viciosos.
Ahora dejo de escribir, me voy a tomar mi cerveza artesanal mientras dejo caer la púa sobre mi copia numerada del Stg. Pepper.
coleccionar discos es una actividad cuasi-suicida. desde gastar el dinero para reparar tu casa en algun disco, hasta ir de vacaciones con tu pareja y preferir visitar disquerias o ferias de segunda mano antes que ir a sitios turisticos. es una obsesion dificil de manejar
tan real que duele....
De acuerdo con tu comentario sobre coleccionar. A mi me gusta coleccionar discos, cd's, cassettes, cómics, libros y figuras de acción o juguetes (creo que lo mismo que tú). En el caso de los libros, cómics y música, es más coleccionar la obra en sí que tener una primera edición o algo por el estilo, por supuesto, si puedo comprar una primera edición o una muy buena edición a un precio decente, adelante. Pero si no puedo, no hay problema, con tener la obra al menos en original y poderlo compartir con la gente para mi es más que suficiente, finalmente son cosas y el formato nos permite preservar la obra, para mi el objeto no supera a la obra que creo que es lo verdaderamente importante.
En fin, todo un tema. Saludos y qué buen video.
Exelente informe man, el que sabe, sabe..!!! saludos desde Argentina..
Qué bonito todo lo que se aprende aquí jaja 🖤
tremendo, haber me sucede que mas viejo empecé a escuchar otras cosas que solo música japonesa o todo lo que la cultura pop me entrego. entonces estoy en esa búsqueda. tremendo video loco
Que bacanes tus palabras, cuando tenía como 14 juré que sólo iba a escuchar música japonesa, tenía a X y Luna Sea y creí que no iba a necesitar nada más jajajaja. Siempre es bueno, creo, meter la nariz en otros lados y explorar, vida corta y mucho por apreciar!!! Un abrazo.
gracias mano mis tres grandes amores musicales son el punk el blues y la cumbia XD se agradece tu aporte. saludos de mexico
Waaa tremendos gustos amigo, tarde o temprano llegamos a la cumbia. Saludos!!
Nice video to watch! I really like this intro 😀 as one of your subscribers that followed your videos from in the beginning, your video improve day by day! Always interesting with the topic that you discuss about music, manga/comic or both combinantion and how you illustrate it. 😊 Hope you will have translation/subtitle in English or even in Bahasa Indonesia because i am your fan from Indonesia. 🤗 Will wait your next video from Indonesia !
Hey, thank you a lot for your kind words!!! I have thought about adding english subtitles, but since I do everything by myself, I think it will take me some time. Unfortunately, I can't speak Bahasa, but I hope the english subtitles will be of help to you in the future. Thank you very much for your support, warm regards from Chile!!
Me gusta mucho tu canal. Me apasiona igual mucho la música, sobre todo la underground. Aunque nunca eh tenido una colección per se, más que álbumes en mp3. Me interesa el tema. Me gusta todo lo que tenga que ver con cultura musical.
Cada video es más interesante! Grande Jean, no dejes esto!! un abrazo grande desde Argentina!
me hizo acordar a seymour el personaje de steve buscemi que colecciona discos viejos de blues en la peli ghost world que esta basada en un comic ja asi cerramos el circulo
en este canal siempre aprendo algo nuevo, gracias por compartir con el mundo Jean!
Salu2 desde mexico
Cada video es brutal hermano, no dejes de subir contenido, ánimo, saludos desde México!
Genial la reflexión final sobre coleccionar, de la cual comparto mucho. Buen trabajo como siempre. Después de ver este episodio, creo que le pegaré una escuchadita al material musical de Crum. Abrazo enorme.
buenísimo, a veces coleccionar da para volverse loco. no sabia que fritz the cat era un comic pero es re loca la pelicula, el conejo nazi es tal cual a los hell angels jipientos y bueno me fue inevitable comparar al dibujante con saymour de la pelicula ghost world un viejo metido en su mundo y obsesionado por los acetatos de blues y jazz, de seguro es una referencia
véanse las películas de ralph bakshi!!
@@felipefuentes695 como dato el director de ghost world (que también es un comic originalmente) dirigió el documental Crumb y basó a seymour en el mismísimo, de hecho cuando Enid le va a comprar discos agarra el de Robert Crumb and his cheap suits serenaders y le dice que ese no es tan bueno
@@mutantsallowed Luego de eso no me queda mucho por agregar, pero claro, está todo relacionado. Daniel Clowes, el autor de Ghost World es parte de un grupo de casi "herederos" de Crumb, junto a Joe Matt y Peter Bagge, todos muy muy buenos según yo. Saludos.
Recomiendo ver "American Splendor"
Final maldito y excelente
Wenisimo, Hernandez Bros hay un monton de cosas en español disponibles en internet, Love and Rockets no tanto pero la saga de Palomar , que es impresionante también está bastante cubierta.
Wena broo, amo tus vídeos falta tanto material asi :(
Buena Jean sumergido en el submundo del under!
oh el capitulo pa weno!!!
Que chimba!!! Saludos desde Colombia hermano!
como siempre es algo que este canal me encanta
es bacan bobby blue bland, big momma thornton era una blusera que tocaba brigidiamente la armonica, el folk punk igual usa varios recursos de esa vola, esta harley poe, mischief brew, los days n daze que son por lejos mi grupo favorito, los bridge citty sinners son igual un folk punk pero con caleeeeta de raices de ese jazz antiguo y rapido como bien guitarreado y un loco que toca en esa banda se llama king strang y toca como ese blues medio robert johnson y wea como de los años 20
Que buenos videos tiene este canal, aguante todo el arte sea música cómic etc
Tus videos son jodidamente épicos hermano!! te felicito :D
Muchas gracias hermanito, si te soy sincero doy todo haciéndolos así que es muy muy bacán que me comentes eso, saludosssssssssssss.
Hey boludo, gracias por compartir como es coleccionar música y como es sentirla
la verdad que hasta ahora todos los videos de este canal son excelentes. te felicito realmente. excelente contenido! me fascina el concepto del hokum blues. recuerdo el clasico de cow cow davenport, "i ain't no iceman", que tenia las increibles lineas: Baby I ain't no butcher / and I ain't no butcher's son
/But I can furnish you plenty of meat baby until the butcher comes. ni ahora es aceptable jajaja
Hola, gracias por escribir. Acabo de escuchar el tema que mencionas y claro, suena muy rico ese blues mas jazzero con esos fraseos melancólicos, y la letra claro que está muy loca jajaja. Pero creo que es bueno entender las obras en su contexto y juzgar algo de 1938 con los estándares de hoy no tiene sentido para mi. Muy bueno, saludosssss.
Amo estos vídeos
Muy buen video. Me encanta tu canal
Después de ver tus videos tengo unas ganas enormes de que la música me arruine la vida. Gracias Jean c:
Que buen capítulo loco
Viste el documental que le hizo Terry zwigoff a Crumb?
Sí, es tremendo!
Muy buen video!!! En nuestro canal tenemos también algunos videos de Crumb y música!
muchas gracias, que bacán me paso ya mismo para allá. Saludosss!!
Harvey Pekar es otro al que igual le obsesionaban los discos, trabajó con Crumb harto tiempo en American splendor. Supongo viste el documental de los Crumb, están cagados del mate pero son entrañables a su manera
Sí, de hecho hay varias historias en los cómics de American Splendor que fueron dibujados por Crumb y tratan incluso sobre como se conoció con el Harvey, son muy buenos. Y claro, los Crumb pelando cables siempre. Saludos.
Respecto a este tema recomiendo la película american splendor del 2003 que cuenta más o menos la historia como se conocieron en una venta de garage comprando discos ya que ambos eran apasionados por la música, y luego obviamente como llegaron a hacer cómics juntos.
La neurociencia relaciona la emoción de la alegría con el acto de la apropiación. Quizá de ahí la obsesión por coleccionar.
Compa un genio! Gracias por las recomendaciones
No hay de que!, por un momento pensé en un disco de Brian Jones grabado por Crumb, y casi me da un ataque, tengo la cabeza muy mala jajaja. Si te refieres al soundtrack de A Degree of Murder, sí, es bien rico, o su te refieres al que produjo de los músicos de Jajouka es bastante interesante también; pero creo que siempre faltará un disco que represente la escencia del hombre mas allá de lo que hizo con los stones, saludossss.
@@LaMusicaArruinoMiVida concuerdo!
@@LaMusicaArruinoMiVida igualmente lo rolling son un punto y a parte de Brian Jones. No se si conoces a la Filmoteca maldita pero tiene un análisis muy interesante sobre el documental de altamont
@@soundoffreedomspeech8848 Hola, no no la conozco, suena bacán, si puedes colgar un enlace te lo agradezco, saludos
Este weon se llevaba mal con las panteras negras, las feministas, la ultra derecha, la izquiera y la lista sigue. Literalmente medio mundo lo detestaba y eso es muy genial.
Yo fui bibliófilo，pero ya voy por bibliópata.
Buen video.
la amistad no hace diferencia por la X, la tenga o no la tenga
👁
John Lee Hooker te amo
aguante coleccionar cosas, algo inútil para unos, la vida misma para otros.
Hi hi puffy amy y yumi!!!!!
vengo gracias a tu primo Tomi
Perdón! Aguante "black stone"!
Vengo por tomiii