Psicofarmacologia: potencia, eficacia y efectividad

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  • เผยแพร่เมื่อ 6 ม.ค. 2025
  • A veces nos preguntan o nos preguntamos: ¿qué psicofármaco es mejor? En este punto es importante entender los conceptos de potencia, eficacia y efectividad, ya que no es una respuesta fácil de responder a simple vista. A continuación desarrolló brevemente:
    La potencia: tal como su nombre lo indica, hace referencia a la fuerza que tiene un fármaco para cumplir determinado efecto. Esta fuerza es medida por la cantidad que se necesita para alcanzar dicho objetivo. Por ejemplo, si 5 miligramos del fármaco A alivian el dolor con la misma eficacia que 10 miligramos del fármaco B, el fármaco A es dos veces más potente que el fármaco B.
    Esto a simple vista nos podría hacer caer en la falacia de que un fármaco, mientras más potente, es mejor. Pero la realidad es que tenemos que tener en cuenta otros factores, como pueden ser los efectos secundarios. Un claro ejemplo de esto podría ser la clozapina, la cual es un antipsicótico de gran potencial pero que requiere un seguimiento constante debido a los efectos que produce en el organismo.
    Eficacia: cuando se investiga sobre la eficacia de un fármaco, lo que se busca es poder medir la capacidad que tiene para producir determinado efecto. Estas mediciones suelen hacerse en un determinado contexto ideal, el cual se encuentra medido y controlado por expertos, mediante el mismo se garantiza la adhesión al tratamiento en una determinada población. Si bien estas muestras buscan ser un reflejo de la realidad, los resultados muchas veces no se reflejan en la cotidianeidad ya que entran en juego otras variables.
    Efectividad: a diferencia de la eficacia, en la efectividad se tiene en cuenta cómo funciona el fármaco en la vida real. Suelen ser investigaciones a largo plazo y se tiene en cuenta no solo el fármaco en sí, sino también la interacción que tiene este con el medio ambiente. Por ejemplo, un antipsicótico puede tener un alto nivel de eficacia para combatir los síntomas negativos de la esquizofrenia, pero al causar determinados efectos secundarios ocasiona que no se logre una real adherencia al tratamiento. Un ejemplo podría ser algunos antipsicóticos que disminuyen la libido, la erección, el orgasmo y la eyaculación. Esto termina teniendo como efecto colateral el abandono de la ingesta del psicofármaco. En estos casos, la efectividad es menor que la eficacia.
    Luego de leer estos párrafos, podemos decir que a la hora de elegir un psicofármaco para un usuario puntual, son múltiples las variantes a tener en cuenta. Una mayor potencia, eficacia o efectividad no significa necesariamente que un fármaco sea mejor que otro. Entrarán en juego factores genéticos, efectos secundarios, toxicidad potencial, duración del efecto y hasta aspectos económicos tales como cobertura de obra social, costo mensual, etc.

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