CASTILLO DE ACHER (Selva de Oza-Castillo de Acher)

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  • เผยแพร่เมื่อ 9 ก.ย. 2024
  • SELVA DE OZA/CASTILLO DE ACHER
    Las imágenes del vídeo reflejan la realidad del relato…..
    A las 9:30 comenzó la actividad montañera. Ya en el aparcamiento de la Selva de Oza comenzamos nuestra ascensión al Castillo de Acher de 2.384 m. Empezamos el recorrido instantes después partiendo del campamento en Selva de Oza a 1.133 m. de altitud, encarando las primeras rampas por uno de los bosques de hayas y abetos del mayor valor ecológico, medioambiental y paisajístico que cabía esperar. La sombría humedad, la belleza de los corpulentos ejemplares, el rectilíneo fuste de las coníferas y de las fagáceas, componían un escenario irrepetible y asombroso. Se trataba del Parque Natural de los Valles
    Atravesamos en unos cuarenta minutos aquel grandioso arbolado saturado de fragancias y saludable impacto sensorial. Enseguida se superó la cota de los 1.500 m cargados de la energía vital y estimulante que rezumaba aquel entorno alpino y paulatinamente la masa forestal fue dando paso a la ladera cubierta de vegetación arbustiva y herbácea, salpicadas de servales y alisase. En la medida que ascendíamos y ganabamos en altitud, la talla de las especies que componían aquel fragante ecosistema podía disminuir en función de su natural adaptación, pero su biodiversidad digna de ser analizada daba origen, ya más arriba, a un alfombrado verde de gran consistencia y densidad. A una hora del recorrido se presentaron en el cruce del Barranco de Espata, y media hora después dejaban el refugio de Acher a su derecha en un bucólico enclave de alta montaña.
    La tentación de detenerse para estudiar aquel asombroso y tupido manto de verde esmeralda (que parecía cubrirlo todo, salvo algunas rocas que parecían tan vivas a juego con el entramado vegetal donde prímulas y ranúnculos, ralas pero consistentes que se jactaban de entretejerse dentro de una inusual urdimbre), no obedecía tanto al cansancio como a la atención despertada por el prodigio que el agua y la riqueza del suelo generaban. De facto, la nubosidad que desde el campamento se alzaba sobre el macizo montañoso, envolvió al grupo durante todo el camino. Es decir, caminaban en medio de la niebla como espectros incorpóreos.
    Tras 600 m de desnivel y tras dos horas de remontada, a las dos horas de remontada, y a unos 45 minutos del collado, decidimos continuar pese a la húmeda niebla que se condensaba sobre el atuendo en forma de gotas y barro bajo los pies, circunstancias que propiciaban resbalones sobre la lisura del elemento mineral. El paso de altura o col, añadió, mayor incertidumbre si cabe. Rocas de irregulares aristas se encrespaban frente a ellos y un muro pétreo compuesto de calizas, a primera vista infranqueable, hubo que trepar. La comitiva en su conjunto y cada uno por separado debía ingeniárselas para progresar adecuadamente de cara al objetivo, alcanzar el top para el que aún faltaban cincuenta minutos. El obstáculo amurallado estaba servido. Ahora había que medir con precisión donde colocar cada pie y cada mano en una ambivalente relación amor-odio con el elemento mineral.
    Una ingente cantidad de montañeros en ese momento se descolgaban por los mismos riscos que el puñado de intrépidos agitados por evitar el descalabro. La avalancha de montañeros, tal vez una cincuentena, en su vía de descenso evitaron expectantes la colisión, con decoro y en formación parecían himalayistas en conquista masiva del Everest. Superamos la prueba en su cambio de vertiente donde encontraríamos un sendero de altura que discurría por el cordal lamido por neveros que incidían en el sentido de la marcha sin obstaculizar demasiado, si bien el riesgo blanco y gélido alertaba a los marchadores. Veinte minutos más y toparían con el espolón cimero barrido por un viento helador que ponía término a la ascensión. Nos sentamos en las rocas escasos minutos para recobrar el aliento semiprotegidos del embate eólico. Habíamos doblegado la cornisa de Acher poniendo la cumbre de 2.384 m. a sus pies. En estrechas cubetas al fondo de abismos inquietantes, se mantenían heleros de nieve virgen. Subida exigente pero preciosa, siempre con la imponente silueta del Castillo de Acher
    Habíamos invertido más de tres horas, sin contar los tiempos muertos, en capear un desnivel de 1.251 m a todo lo empinado de siete km si se pudieran medir en una teórica línea horizontal. Ahora tocaba volver abajo no sin antes detenerse al lado del arroyuelo para restaurar las maltrechas fuerzas. Cuando alcanzamos la base habían transcurrido 6 horas y 55 m, habiendo empezado a las 9:45 y habiendo terminado la travesía a las 16:40. (Adaptación del relato de nuestro amigo Pascal, al que agradezco la organización y el interés que se toma para preparar las diferentes rutas senderistas del Andalán)

ความคิดเห็น • 3

  • @mcarmenfernando473
    @mcarmenfernando473 หลายเดือนก่อน

    Me ha encantado Luis. Muy bonito

    • @LuisAngelMartinezDiez
      @LuisAngelMartinezDiez  หลายเดือนก่อน

      @@mcarmenfernando473 Me alegro. Tengo un canal en TH-cam con diferentes rutas senderistas. ! Si es de tu interés te puedes suscribir, y así cuando realice un vídeo te llegará la información de que he subido algún documento.
      Un abrazo

  • @CORBATINYMONITA
    @CORBATINYMONITA 24 วันที่ผ่านมา

    Muy bueno el video. Felicitaciones Luis. Somos Osmar y Norma del canal Corbatin y Moñita. Ya nos suscribimos. Saludos desde Uruguay