Breve comentario sobre la música no vocal (parte 2) Me resulta difícil pensar que, escuchando esta música, alguien pueda dudar de que Schumann y Horowitz estén explorando posibilidades sonoras nuevas, Schumann con su piano y Horowitz con el suyo: en las dinámicas, en las texturas, en los timbres, en las armonías, en el manejo de los tiempos. Por supuesto, Schumann también en la composición, en la elección de los temas, en su armonización, en la indicación de los caracteres, etc. Me resulta también difícil pensar que alguien pueda negar que estás piezas mueven emociones en quien las escucha, emociones que son guiadas por el autor y por el intérprete. Creo que también resulta obligado admitir que todas esas realidades sonoras y emocionales están siendo analizadas (en el sentido etimológico del término) por todos: autor, intérprete y oyentes. Por supuesto, no es un análisis hecho con palabras, (pues entonces no sería música, sino literatura o filosofía) sino con sonidos. Tampoco el análisis del pintor está hecho con palabras, sino con colores, texturas y contornos. La descripción con palabras del cuadro no puede sustituir su contemplación, lo mismo que la versión cinematográfica de una novela es una obra nueva, distinta de la novela en la que se basa. Schumann y Horowitz intentan evocar las reminiscencias infantiles de un adulto y muestran sus partes y su estructura con sonidos. La cultura colectiva y las experiencias vitales comunes de los oyentes son condiciones para que estos aprecien ese análisis y esa exploración. Admitamos que Schumann y Horowitz tienen éxito en su intento, con todas las limitaciones e inconmensurabilidades que se quieran. ¿En base a qué argumentos se puede afirmar que ese proceso implica, o incluso exige, la eliminación del sujeto? Si eliminamos al oyente, desaparece la obra de arte ¿Cómo no reconocer la finalidad objetiva (exploratoria sonora y analítica “psicagógica”) que persigue la obra y su interpretación? Si eliminamos esa finalidad, Schumann y Horowitz parecerán zombis abducidos por númenes divinos, y otro tanto serían los oyentes. ¿Qué puede querer decir que esta obra hay que interpretarla en el eje radial o en el contexto de la materia ontológico general cuando está dada, ella y sus referentes, en el contexto del mundo? ¿Qué puede querer decir que esta obra, como el soneto del manso, o como cualquier otra obra de arte está dada al margen de la cultura, como si fuera una morfología natural? ¿Por qué habríamos de eliminar el plano alegórico al que va referida la obra en base a un purismo musical autogórico formalista?
Vicente Chuliá acaba de impartir una lección en la EFO titulada "El plano alegórico de la poética musical". Cuando se alcanza el plano alegórico, el plano en el que se establecen las conexiones entre la obra musical y lo que, en principio, es externo a ella, es cuando se puede apreciar la sustantividad de la obra de arte musical. Vicente Chuliá nos muestra esta analogía (de proporción) entre lo musical y lo extramusical en tres ejemplos excepcionales: las “Nubes“ y las “Sirenas” de los “Nocturnos” de Claude Debussy, y el aria 39 (“Erbarme dich, Mein Gott”) de la “Pasión según San Mateo” de Johann Sebastian Bach. En el primer caso, la estructura musical de la obra, con todos esos componentes que analiza Chuliá (a los que podrían añadirse muchos otros), evoca el mar y las nubes; en el segundo, contrahace el canto de las sirenas. El aria 39 de Bach es una oración que implora misericordia pues es el lamento amargo de quien se reconoce culpable de una conducta moralmente reprobable, como universal noético que está encarnado en el episodio idiográfico de la traición de Pedro al negar tres veces su vinculación con Jesús de Nazaret (“Erbarme dich, mein Gott,// Um meiner Zähren willen!// Schaue hier, Herz und Auge// Weint vor dir bitterlich.// Erbarme dich, mein Gott). También aquí, la estructura de la obra y su interpretación contrahacen con materia musical (tonos, ritmos, dinámicas, tesituras, cromatofonismos, tonalidades, texturas, acentos, etc.) la agógica del lamento por el acto vicioso e irrevocable cometido. En los tres casos, los autores y los intérpretes guían al auditorio, lo “raptan”, lo conducen, le hacen compartir vicariamente esas impresiones y esos sentimientos, y contribuyen objetivamente a analizar y a explorar, unas por otras, de un modo no sistemático, esas realidades musicales y extramusicales.
Espléndida discusión. Mantengan como siempre las formas y el respeto al adversario dialéctico, y sigan adelante. Magnífico y lúcido como siempre Alvargonzález. Se echa en falta al gran Luis Carlos. Mucho nivel Ekaitz y Chuliá, aunque creo que tienen que repensar algunas cosas y no involucrar a su ego diminuto en todo esto. Larga vida a los teatros críticos.
Totalmente de acuerdo con el profesor Alvargonzález cuando dice que el corte (aparición) del arte sustantivo se da hace 200 años cuando el artista (músicos, poetas, pintores, etc.) se independizan de sus mecenas y de Instituciones (iglesia, monarquía, etc.) a las que sirven. Por ejemplo, en filosofía, Sócrates intentó liberarse de esas Instituciones pero no pudo y tuvo que hacer lo que hizo. Creo que se le está interpretando mal a Bueno. Invitad más seguido al profesor para que arroje un poco de luz a este espinoso tema del arte sustantivo.
Interesante debate. Entender la idea del plano alegórico como contenidos ejercitados es fundamental. Veo (entre otras cosas) como punto medular de obstáculo entre las dos posturas, la idea general de arte como exploración. Personalmente encuentro esta tesis del profesor David muy interesante, especialmente aplicada a la literatura, pero creo entender (y como ya se deduce de la discusión) que, si se intenta meter la institución de la música en esta concepción de arte exploratorio “analógico”, se carga directamente su núcleo su cuerpo y su curso. Porque precisamente lo que recarga la esencia genérica de la música, es su cualidad alegórica en el sentido que Vicente y Ekaitz bien mencionaron. Es decir, que el proceso de la música no tiene tanto que ver con una exploración desde un plano analógico/analítico, sino que tiene que ver con la cualidad de la música como un proceso integrador vía anamórfosis, de instituciones extra musicales, las cuales son asimiladas por el “Melos” (el volumen tridimensional de la música en movimiento) y registradas en el cuerpo (partituras) de la música, estos contenidos deben ser luego ejercitados también vía anamorfosis para desplegar ese melos. Dichos contenidos alegóricos necesitan estar al servicio del despliegue del melos por lo que se llega a un camino sin salida cuando se ve la música como exploración en el siguiente sentido: en función de mantener ese melos con los contenidos alegóricos ya presentes en el cuerpo y curso de la música, el compositor no puede tener la voluntad de explorar analíticamente, pues desde dicho fin sería prácticamente imposible mantener ese flujo melológico, dicho de otro modo, si está presente la voluntad de exploración analítica, el melos no está, por el contrario, si el compositor opera desde el melos con los contenidos ejercitados del plano alegórico para su propio flujo, entonces la exploración no está, ¿dónde se da dicha composición musical sustantiva entonces? Pues en (M). No creo que se pueda postular la idea de exploración y de melos a la misma vez. En definitiva, la música sustantiva no “explora analíticamente” usando el melos, sino que “persigue operatoriamente” el mantenimiento y movimiento constante del melos vía anamórfosis, en esa “persecución operatoria” hay que postular (M) obligatoriamente.
La idea de que las artes sustantivas construyen analogías analíticas y exploratorias con respecto a otras partes de la realidad no es más que un modo de hablar de los fines que persigue todo proceder alegórico. Una perspectiva autogórica (si pudiera existir en sentido estricto) también podría ser exploratoria, pero no es esta la vía más frecuente que transitan las artes. En todo este debate, yo vengo defendiendo ese carácter alegórico y analógico de las artes sustantivas y también de la música. Las instituciones extra-musicales quedan integradas en el volumen tridimensional de la música, convenientemente trasformadas, lo mismo que la música queda, de vuelta, incorporada al análisis y exploración de esas instituciones extramusicales. Ese doble circuito de progreso y regreso no se puede romper y, de hecho, está funcionando en toda interpretación: quizás el intérprete y el compositor está más cercano al primer sentido (de lo extramusical a lo musical) y el espectador más atento al segundo (de lo musical a lo extramusical). La idea de que la música persigue el mantenimiento y el movimiento de su propio volumen tridimensional es puramente autorreferente y tautológica, es tanto como afirmar que el fin del músico es seguir haciendo música. Los usos que ustedes están haciendo de M para explicar la sustantividad de la música son metafísicos de acuerdo con la idea de M que aparece en los “Ensayos materialistas” y en el libro “Materia”. M no puede usarse para explicar el núcleo de una institución dada en el mundo: eso sí que se parece mucho al formalismo musical romántico de Schopenhauer.
¿Se puede explicar cómo la metafísica se convierte en estructuras musicales? Si la sustantividad en la música se reduce únicamente a alegorías, buen hacer, contrastes, complejidades hechas por un sujeto o un grupo de sujetos a lo largo del tiempo, ¿Estas alegorías, contrastes, etc se basan en el estudio del uso con mayor o menor fortuna de esas estructuras musicales que vienen de la metafísica?
@@μέλος eso ya no es materialismo, M es un límite abstracto que no se puede conocer, es lo metafísico por antonomasia... cada vez que Chuliá apela a esto da un salto hacia el idealismo
Llegados a este punto de la controversia parece que en las artes sustantivas no se pueden dar identidades sintéticas sistemáticas. Esto se debe a la imposibilidad de segregar al sujeto más que parcialmente en su momento de generación de la obra. Algo que no ocurre en el momento de la recepción de la misma dándose tan solo estructuras de identidades. Por lo que creo que sería fructífero introducir la idea de símbolo práctico, salvando la discusión entre analogía y alegoría, y de experiencia simbólica. Lo que explicaría, por un lado, la génesis de la obra, donde se exponen las ideas filosóficas a las que Chuliá hace mención de manera acertada, sin tener por ello que apelar a instancias "divinas". Y, por otro lado, a su momento de recepción con la inagotable posibilidad de reinterpretación de la obra sustantiva.
Hablando de la autonomía de los románticos,y demases,hay algo q dijo en su momento el dramaturgo y actor Eduardo Pavlovsky (q escribía sus piezas,en principio,para actuarlas él )q podría ayudar." La función del arte, hoy (años 90),ya no pasa ni por comunicar( lenguaje mecánico?)ni por expresar (subjetividad sentimental del resentido?),sino por poner un mundo a existir" (como surgido,el arte ocioso y sagrado - sustantivo ?-, de un laboratorio q en su análisis y exploración de la realidad ,amplía escenarios en su encapsulamiento de lo real,en tanto representación de algo q no existía,pero ahora,hecho obra,ya es parte de la realidad fetiche.Una hiperrealidad?)
42:23 esa es la objeción que se le ha hecho a don Vicente desde Teselas anteriores y aún la carga porque minutos antes (34:10) sigue refiriéndose a la divinidad como rasgo distintivo de ese rótulo de Arte sustantivo. Lo siento pero creo que la fuerza divina explica tanto como el mundo interior.
Totalmente de acuerdo. Precisamente fue una de las objeciones que hizo Luis Carlos Martín en Sto. Domingo de la Calzada, que se estaba identificando la obra sustantiva con lo divino y había que arrasar con esa idea. No creo que esta identificación esté generalizada en la escuela pero de vez en cuando chirrían los oídos. Esa fuerza divina que rebasa al artista, en el caso del músico «intérprete» sería como decir que la subjetualidad del artista está gobernada por la fuerza divina, luego estamos en Fray Luis de León y, como diría Bueno, en Pitágoras y su música de las esferas; esas interpretaciones musicales que contienen la idea de imperio, o las interpretaciones de Bruckner apoyadas en ideas católicas o budistas me recuerda al ejemplo que siempre ponía Bueno en estos casos, el pintor Orbaneja del Quijote. Creo que, una vez apuntado los antecedentes de la idea de arte sustantivo en Platón, habría que eliminar la referencia de lo divino en el arte en general pues no hace más que molestar.
No veo por qué rechazar la posibilidad de que cuando Bach joven se desplazaba Kms para escuchar a Buxtehude no estuviera ya sustantivando esa música que escuchaba. Es decir, cuanto menos, los músicos ( y probablemente el resto de artistas) creo que siempre han tenido tendencia a escuchar la música bajo criterios de dintorno de la música, escudriñando las técnicas, los nuevos estilos, etc. y por otra parte Bach reutilizaba música de cantatas para otras músicas no relacionadas con la iglesia, por lo que parece que ya él mismo abstraía de su música los elementos adjetivos
1. Dice Chulia que las artes tienen una perspectiva especial para regresar a M: “la especificidad de las materias estéticas y de sus morfologías enigmáticas. El que opera en ellas va al regressus de una manera totalmente diferente a como se da en las técnicas, o como se da en otras disciplinas de las ciencias humanas y como se da en la inconmensurabilidad de las partes de las ciencias.” La pregunta que se desprende de estas afirmaciones la plantea Alvargonzález y no encuentra respuesta en sus contendientes: Si cada arte realiza su regressus de una manera diferente, ¿qué tienen en común esas diferentes maneras de acceder al regressus para que podamos hablar de “artes” en general, y distinguirlas de técnicas y ciencias humanas, como el propio Chulia hace en la cita de arriba? Si cada categoría artística tiene una forma muy diferente de remitir a M., de la distinción entre artes, ciencias humanas, técnicas y ciencias alfa-operatorias, que Chuliá y Ekaitz ejercitan constantemente en sus planteamientos, se desprende forzosamente que existe un rasgo distintivo en las artes y su manera de regresar a M. que va más allá de la materia y las prácticas de las distintas categorías artísticas y que justifica ese contraste entre las artes y el resto de prácticas humanas. Si tuvieran a bien dedicar un vídeo a explicar ese rasgo distintivo, sería de agradecer. Ekaitz menciona tan sólo la discontinuidad o hiato ontológico que se establece entre operaciones prácticas (algo que se da en otras prácticas humanas). ¿Se trata, pues, de la representación alegórica como sustantivación de la obra? ¿Es ese el rasgo distintivo de las artes? Véase punto 2: 2. La teoría de Alvargonzález tiene la virtud, a mi parecer, de atender a un aspecto esencial de la teoría del arte sustantivo de Bueno, tal como aparece explicada en el Diccionario Filosófico: “La obra de arte no es sustantiva por ofrecernos, frente a la “prosa de la vida”, modelos ideales de belleza, de claridad, de perfección, sino por ponernos delante de conjuntos estilizados de fenómenos, incluso horrendos, que se concatenan circularmente y que constituyen puntos de referencia que permitirán mirar a su través no sólo la “prosa de la vida”, sino también a las formas naturales o las esencias establecidas por las ciencias positivas.” Es decir, la remisión analógica al mundo forma parte, necesariamente, de la obra sustantiva. Y así, señala Bueno que “las funciones que la obra de arte puede alcanzar en la propia prosa de la vida, las funciones catárticas que señaló Aristóteles, se derivan de esa sustantivación previa”. Es decir, que la función catártica requiere de una conexión analógica entre la obra de arte sustantivada y otras partes de la realidad. Por mucho que el contenido alegórico del arte sea un “componente terciogenérico que depende del contexto de recepción”, como señala Ekaitz, hay que explicar todavía si esa “función catártica” forma parte de la sustantividad o es, por el contrario, adjetiva (parece que para Bueno tiene que ver con el arte sustantivo). Sin esa función catártica (que involucraría tanto al eje circular como al eje radial, tanto a M2, como a M1 y M3), no entiendo por qué el arte existe. Para Bueno, el arte sustantivo permite “mirar a su través no sólo la prosa de la vida, sino también a las formas naturales o las esencias establecidas por las ciencias positivas.” Si “miramos a su través”, ejercitamos una forma de analogía, me parece a mí. Si no, tampoco entiendo eso de “mirar a su través”. ¿No deberíamos quedarnos extasiados ante la alegoría filosófica, eje circular, hueso de estegosaurio poético, forma divina en cuanto que se da, no humana, a través de manos humanas? Agradeceré de veras cualquier clarificación o reflexión al respecto.
Sobre 1, yo creo que igual que cada ciencia alcanza un tipo de verdad especifico a traves de contextos operatorios, categoriales y identidades sintéticas, cada tipo de arte alcanza una verdad o sustentividad especifica desde su contexto categorial y ( quiza esto sea lo comun a las artes) una determinada estética o poética propia ( que no es subjetiva sino institucional e historica).
1:51 suscribo lo q dijo Vicente antes de despedirse.Es - como añade Iñigo - análogo (yo lo he comprabado haciendo teatro)a las ciencias. Uno empieza operando con libertad,pero una vez metidos los cuerpos en la dinámica,en la emoción ritmica,melódica,la voluntad subjetiva, induvidual, ya no interviene; digamos q ni pincha,ni corta.Ahí,en ése climax el q piensa,se sale (si se piensa,se lo hace, cósmicamente,con los cuerpos).El secreto de actuar orgánico,es hacerlo con el otro.El q se aisla,y ensimisma,empieza a representar,a traer del pasado.Y en ése momento todo es presente;aquí y ahora.Pienso y hago,hago y pienso.Osea: pienso con el cuerpo(y el cuerpo,sabemos, que,como la cabra, tira pa'el monte, donde todo fluye naturalmente.Porq como dice Santayana,en la naturaleza no hay repetición.Todo sucede por primera vez .- Y cuando acontece,sucede lo q pasa -)
En el caso de la música y contemplado desde el presente ¿son sustantivas las nueve sinfonías de Beethoven o solo algunas de ellas? Si solo fueran sustantivas un subconjunto de ellas, ¿por qué lo son? ¿son sustantivas todas por el hecho de ser de Beethoven? ¿sería entonces Beethoven incapaz de producir obras no sustantivas?
Lo que dice Gustavo Bueno en este vídeo sobre las relaciones entre los sagrado y la materia ontológico general th-cam.com/video/2_llZIYzChk/w-d-xo.html puede aplicarse literalmente a las relaciones entre las artes sustantivas y la materia ontológico general, de modo que el componente distintivo del núcleo de las artes sustantivas no puede ser que "estén dadas en el contexto de la materia ontológico general". En realidad, no sé si, a estas alturas, hay alguien que defienda esa tesis.
Min.35.Lo q dice Vicente acá,yo lo homológo, a lo q dice Germán García en su libro: "La otra psicopatología".Ni bien bien empieza el libro dice:"El inconsciente es un saber sin sujeto".El músico, y lo mismo el actor - mi palo es el teatro - metidos en la emoción, dejándose llevar por el acontecimiento (pero sin dejarse de mirar desde afuera, desdoblados - "mente fría,corazón caliente",dice Diderot -) fluyen por un sistema q haciéndose aquí y ahora - improvisando - , a la vez responde a unas causas específicas, y no a otras (sería como lo cuántico - y así funciona la poesía como acto genitivo - q responde a una lógica, restropectivamente, pero de la cual no podemos dar cuenta de antemano.En fin...Que las intuiciones - que es un saber sin saber * - se dan por operaciones q llevan a cabo especialistas categoriales.Y nunca! por uno caído del catre.De ahí q la inspiración te agarra trabajando en lo tuyo). *Todos sabemos más de lo q poder cerrar categorialmente."El teatro sabe",dice Jorge Dubatti - investigador teatral argentino -.
Eureka! en el min.casi 52(entrando a tallar Iñigo).Yo suelo decir q nadie es más sustantivo q cuando se pone una máscara ( q adjetiva en lugar de otro).Porq la función - el afuera - da sentido, configurando algo, q sin ése mandato impuesto - autoimpuesto no hubiese nacido(el lenguaje es tan cogenérico,como la concepción dentro de una misma especie ).Uno obra hacia afuera, por el otro.Ya q nadie se representa a si mismo. ( "Escribir es corregir - dice el dramaturgo Kartún -, lo otro es catarsis") El caldo de cultivo del arte sustantivo (sagrado), no profanado por el mandato del mecenas - el que sea - se da por el financiamiento de estado de bien estar, q entrega, a sus ciudadanos - de pleno derechos -, tiempo de ocio para autoexplorarse(singularisarse: apropiarse de su "esencia").Y ahí el arte, ya más filosófico, no sirve a nadie más q a los pedos q por necesidad analítica y exploratoria sobre la realidad tenga el artista.Pero; vale aclarar, que por más liberado q se esté para hablar de lo q se quiera, nunca se puede estar liberado - y acá talla el materialismo con su inmanencia trascendente, q no es divina, sino histórica en su dialéctica socio - política - de saberes técnicos,tecnológicos y científicos, q son, aquellos, q le van a permitir obrar con eficacia,y por ende,éticamente(al servir al otro.Siendo el primer espectador de su obra, el mismo.Ya q cuando se aleja del cuadro y pone - el artista plástico - el dedito para marcar la perspectiva, está juzgando, ya no desde la emoción,sino desde una gnoseología; desde una intersubjetividad; desde un sistema de valores,...desde un lenguaje; osea,con el otro; con el tiempo .- Verdad por apercepción, diría Marcelino Ardura, en esa lección magistral q dio sobre el Quijote -.Ya q la identidad siempre se interpreta.Porq no ser,aunque parezca, evidente -).
Ese quiebre de 200 hacia atrás. En el arte, lo filosófico, político, etc. Fue solo para patiar el tablero y que decapitó en nombre de la libertad, igualdad y fraternidad. Creo que solo en esta etapa se hipostasia algún atributo pero es solo eso se reconfiguración. La diosa libertad o la diosa razón, los artistas hacen filosofía mundana crean por ser libres. La idea de arte adjetivo y arte sustantivo da señales de lo que es y porque en la obra de arte que solo allí se puede ver y no en la idea de arte inequívoco. La catarsis que dice don Vicente es la mejor explicación por el raptó que tiene el artista al ejecutar la obra que sigue cursos técnicos históricos, filosóficos, etc a fin a cada forma de arte pero la catarsis guia o pone ejes de coordenadas. Por ello la distinción de obra de arte y de arte, la de analogía y de alegoría. Dan cuenta de lo que ya Platón dejaba de lado en la poesía mimetica y la poesía dialéctica la representación de la obra su actualismo supera la finalidad de la obra por el fluir de la catarsis..
Se me olvidaba, y es de justicia: Ongay, como siempre, aportando sustantividad a todo lo que toca, aunque sólo diga unas pocas palabras (las que le tocaban aquí, ni más ni menos).
22:13 ¿ Podría decirse que la unidad de la ciencia es una sinalogía entre términos isologados y la unidad del arte es una isología entre términos sinalogados ?
@@brunoperezortega1961 el momento sinalogico de la ciencia es la TCC que identifica cada término/ciencia y los isologa en alfa y beta. Las obras artisticas son unidades sinalogicas por su estructura y lógica interna, son isologados mediante el público identifica o coordina términos con su ego diminuto (por ello E es importante ya que totaliza términos entre egos individuales )
@@brunoperezortega1961 espero explicarme así: me parece que las ciencias trabajan con todos atributivos disociando sus partes distributivas y las obras de arten trabaja con todos distributivos que se asocian a un todo atributivo. En las ciencias los cuerpos al partirlos y clasificar esas partes el sujeto acude al cuerpo de su ciencia para diferenciar en las partes isologicas. Un todo distributivo como el círculo puede ser asociado a Dios mediante la doctrina y al verlo bordado con hilos de oro, una pared o en una pintura, un pueblo inculto puede en apariencia ver la perfección de Dios en ese círculo. Un matemático se interesaría en otras cosas.
Min.19 y monedas.Como señala alguien en los comentarios,todo arte, en principio, nace un poco adjetivo,y se vuelve su obrar - a veces - sustantivo.En fin...q no habría arte sustanttivo,sino obras q pueden llegar a ser - depende la interpretación del momento - sustantivas.Por ejemplo,los 2 álbumnes q había grabado Sixto Rodriguez a finales de los 60,principio de los 70(aunque hay q decir q el tipo había tenido su éxito en los 80,por Australia - siendo su banda soporte Gillespi-.Y ni q hablar - desde los mismo 70 - en la Sudáfrica del apartheid - aunque el no se haya enterado hasta entrado los años 90.Los q pasa es q son cosas q obvia - buscando mayor mística - el documental q lo llevó a la fama).En fin...ya era sustantivo en mismo momento q productor decidió grabarlo.Lo q pasa q lo adjetivo (la mayoría de la veces) es el público masa,no el artista de verdad.A ver...No hay verdad sin fudamento.Y los artistas q crean obras sustantivas,son auténticos; tipos q se han apropiado de la cosa,ampliando escenarios.Un artista es un pionero.Es alguien q de manera distributiva clava la bandera sobre un territorio,q pasa a ser,atributivamente,de los q vienen detrás.
@@languagepolicy Me refiero a aquellos que se refieren a si mismos como artistas. Con que criterio lo dicen. No me imagino a Cervantes diciendo que es un artista ¿ Si comprende?
Supongo que la respuesta es que alguien tuvo que hacerla. Sería análogo a un teorema matemático cuya verdad no depende de los sujetos pero algún sujeto tuvo que establecerlo por primera vez. Las artes no producen este tipo de verdades geométricas pero creo que se entiende lo que quiero decir. Añadiendo algo más me parece que a lo que se refiere Chuliá por arte sustantivo es a lo que muchos artistas llaman inspiración, algo que parece ajeno a la voluntad del sujeto. Notar que esta inspiración es similar a la del científico que dá con la vía para establecer un teorema por primera vez. A esta inspiración también se le llama intuición. Copio un fragmento de una carta de Chaikovski a Nadezdha con Meck donde el compositor intenta explicar el proceso de componer: Me pregunta usted si esta Sinfonía tiene un programa definido. Cuando se me hace esa pregunta suelo contestar que no. En realidad, es muy difícil contestar esa clase de preguntas. ¿Cómo pueden expresarse las sensaciones indefinibles que se experimentan mientras se escribe una composición instrumental que no tiene un asunto definido? Es un proceso puramente lírico. Es una confesión musical del alma que se encuentra repleta y que, fiel a su naturaleza, se descarga por medio de sonidos, de la misma manera que un poeta se expresa por medio de la poesía. La diferencia radica en que la música tiene recursos de expresión mucho más ricos y es un medio mucho más sutil para traducir los mil momentos cambiantes de los estados de ánimo. La simiente de una futura composición aparece, generalmente, de manera repentina e inesperada. Si el terreno está preparado -esto es, si hay disposición para el trabajo- arraiga con fuerza y rapidez asombrosas, surge a la superficie, echa ramas, hojas y, finalmente, flores. Solamente por medio de esta metáfora puedo describir el proceso creador. El gran problema es que la semilla aparezca en un momento favorable; el resto viene por sí mismo. Trataría en vano de expresar con palabras la sensación inmensa de felicidad que me invade cuando una idea nueva brota dentro de mí y comienza a tomar forma definida. Entonces me olvido de todo y me conduzco como un demente. Todo lo que hay dentro de mí comienza a latir y estremecerse; apenas tengo tiempo de comenzar el borrador antes de que los pensamientos empiecen a atropellarse unos a otros. En medio de este proceso mágico sucede, a menudo, que una interrupción desde afuera viene a despertarme de mi estado de sonambulismo: alguien que toca el timbre, un criado que entra o un reloj que da la hora recordándome que ya es tiempo de que detenga mi trabajo. Esta clase de interrupción es verdaderamente horrible. Algunas veces rompe la inspiración por largo tiempo y tengo que volver a buscarla, frecuentemente en vano. En tales casos hay que movilizar la fría razón y los conocimientos técnicos para que nos presten su ayuda. Aún en los grandes maestros se hallan con frecuencia momentos en que la conjunción orgánica se quiebra y hay que practicar una hábil soldadura para que las partes parezcan constituir una sola. Pero eso no se puede evitar. Si el estado anímico que denominamos inspiración se prolongase sin interrupción durante mucho en fragmentos. Ya es algo bueno que las ideas centrales y la forma general de la composición se presenten sin necesidad de una actividad mental intensa, como resultado de esa fuerza sobrenatural e inexplicable que llamamos inspiración.
Breve comentario sobre la música no vocal (parte 2)
Me resulta difícil pensar que, escuchando esta música, alguien pueda dudar de que Schumann y Horowitz estén explorando posibilidades sonoras nuevas, Schumann con su piano y Horowitz con el suyo: en las dinámicas, en las texturas, en los timbres, en las armonías, en el manejo de los tiempos. Por supuesto, Schumann también en la composición, en la elección de los temas, en su armonización, en la indicación de los caracteres, etc. Me resulta también difícil pensar que alguien pueda negar que estás piezas mueven emociones en quien las escucha, emociones que son guiadas por el autor y por el intérprete. Creo que también resulta obligado admitir que todas esas realidades sonoras y emocionales están siendo analizadas (en el sentido etimológico del término) por todos: autor, intérprete y oyentes. Por supuesto, no es un análisis hecho con palabras, (pues entonces no sería música, sino literatura o filosofía) sino con sonidos. Tampoco el análisis del pintor está hecho con palabras, sino con colores, texturas y contornos. La descripción con palabras del cuadro no puede sustituir su contemplación, lo mismo que la versión cinematográfica de una novela es una obra nueva, distinta de la novela en la que se basa. Schumann y Horowitz intentan evocar las reminiscencias infantiles de un adulto y muestran sus partes y su estructura con sonidos. La cultura colectiva y las experiencias vitales comunes de los oyentes son condiciones para que estos aprecien ese análisis y esa exploración. Admitamos que Schumann y Horowitz tienen éxito en su intento, con todas las limitaciones e inconmensurabilidades que se quieran. ¿En base a qué argumentos se puede afirmar que ese proceso implica, o incluso exige, la eliminación del sujeto? Si eliminamos al oyente, desaparece la obra de arte ¿Cómo no reconocer la finalidad objetiva (exploratoria sonora y analítica “psicagógica”) que persigue la obra y su interpretación? Si eliminamos esa finalidad, Schumann y Horowitz parecerán zombis abducidos por númenes divinos, y otro tanto serían los oyentes. ¿Qué puede querer decir que esta obra hay que interpretarla en el eje radial o en el contexto de la materia ontológico general cuando está dada, ella y sus referentes, en el contexto del mundo? ¿Qué puede querer decir que esta obra, como el soneto del manso, o como cualquier otra obra de arte está dada al margen de la cultura, como si fuera una morfología natural? ¿Por qué habríamos de eliminar el plano alegórico al que va referida la obra en base a un purismo musical autogórico formalista?
Vicente Chuliá acaba de impartir una lección en la EFO titulada "El plano alegórico de la poética musical". Cuando se alcanza el plano alegórico, el plano en el que se establecen las conexiones entre la obra musical y lo que, en principio, es externo a ella, es cuando se puede apreciar la sustantividad de la obra de arte musical. Vicente Chuliá nos muestra esta analogía (de proporción) entre lo musical y lo extramusical en tres ejemplos excepcionales: las “Nubes“ y las “Sirenas” de los “Nocturnos” de Claude Debussy, y el aria 39 (“Erbarme dich, Mein Gott”) de la “Pasión según San Mateo” de Johann Sebastian Bach.
En el primer caso, la estructura musical de la obra, con todos esos componentes que analiza Chuliá (a los que podrían añadirse muchos otros), evoca el mar y las nubes; en el segundo, contrahace el canto de las sirenas.
El aria 39 de Bach es una oración que implora misericordia pues es el lamento amargo de quien se reconoce culpable de una conducta moralmente reprobable, como universal noético que está encarnado en el episodio idiográfico de la traición de Pedro al negar tres veces su vinculación con Jesús de Nazaret (“Erbarme dich, mein Gott,// Um meiner Zähren willen!// Schaue hier, Herz und Auge// Weint vor dir bitterlich.// Erbarme dich, mein Gott). También aquí, la estructura de la obra y su interpretación contrahacen con materia musical (tonos, ritmos, dinámicas, tesituras, cromatofonismos, tonalidades, texturas, acentos, etc.) la agógica del lamento por el acto vicioso e irrevocable cometido.
En los tres casos, los autores y los intérpretes guían al auditorio, lo “raptan”, lo conducen, le hacen compartir vicariamente esas impresiones y esos sentimientos, y contribuyen objetivamente a analizar y a explorar, unas por otras, de un modo no sistemático, esas realidades musicales y extramusicales.
Espléndida discusión. Mantengan como siempre las formas y el respeto al adversario dialéctico, y sigan adelante. Magnífico y lúcido como siempre Alvargonzález. Se echa en falta al gran Luis Carlos. Mucho nivel Ekaitz y Chuliá, aunque creo que tienen que repensar algunas cosas y no involucrar a su ego diminuto en todo esto. Larga vida a los teatros críticos.
Por fin, los antagonistas frente a frente. Una sana controversia.
Álvaro González debe enfrentar mucha resistencia... Muy buen diálogo y una exelente lección.
Totalmente de acuerdo con el profesor Alvargonzález cuando dice que el corte (aparición) del arte sustantivo se da hace 200 años cuando el artista (músicos, poetas, pintores, etc.) se independizan de sus mecenas y de Instituciones (iglesia, monarquía, etc.) a las que sirven. Por ejemplo, en filosofía, Sócrates intentó liberarse de esas Instituciones pero no pudo y tuvo que hacer lo que hizo. Creo que se le está interpretando mal a Bueno.
Invitad más seguido al profesor para que arroje un poco de luz a este espinoso tema del arte sustantivo.
Interesante debate. Entender la idea del plano alegórico como contenidos ejercitados es fundamental. Veo (entre otras cosas) como punto medular de obstáculo entre las dos posturas, la idea general de arte como exploración. Personalmente encuentro esta tesis del profesor David muy interesante, especialmente aplicada a la literatura, pero creo entender (y como ya se deduce de la discusión) que, si se intenta meter la institución de la música en esta concepción de arte exploratorio “analógico”, se carga directamente su núcleo su cuerpo y su curso. Porque precisamente lo que recarga la esencia genérica de la música, es su cualidad alegórica en el sentido que Vicente y Ekaitz bien mencionaron. Es decir, que el proceso de la música no tiene tanto que ver con una exploración desde un plano analógico/analítico, sino que tiene que ver con la cualidad de la música como un proceso integrador vía anamórfosis, de instituciones extra musicales, las cuales son asimiladas por el “Melos” (el volumen tridimensional de la música en movimiento) y registradas en el cuerpo (partituras) de la música, estos contenidos deben ser luego ejercitados también vía anamorfosis para desplegar ese melos. Dichos contenidos alegóricos necesitan estar al servicio del despliegue del melos por lo que se llega a un camino sin salida cuando se ve la música como exploración en el siguiente sentido: en función de mantener ese melos con los contenidos alegóricos ya presentes en el cuerpo y curso de la música, el compositor no puede tener la voluntad de explorar analíticamente, pues desde dicho fin sería prácticamente imposible mantener ese flujo melológico, dicho de otro modo, si está presente la voluntad de exploración analítica, el melos no está, por el contrario, si el compositor opera desde el melos con los contenidos ejercitados del plano alegórico para su propio flujo, entonces la exploración no está, ¿dónde se da dicha composición musical sustantiva entonces? Pues en (M). No creo que se pueda postular la idea de exploración y de melos a la misma vez. En definitiva, la música sustantiva no “explora analíticamente” usando el melos, sino que “persigue operatoriamente” el mantenimiento y movimiento constante del melos vía anamórfosis, en esa “persecución operatoria” hay que postular (M) obligatoriamente.
La idea de que las artes sustantivas construyen analogías analíticas y exploratorias con respecto a otras partes de la realidad no es más que un modo de hablar de los fines que persigue todo proceder alegórico. Una perspectiva autogórica (si pudiera existir en sentido estricto) también podría ser exploratoria, pero no es esta la vía más frecuente que transitan las artes. En todo este debate, yo vengo defendiendo ese carácter alegórico y analógico de las artes sustantivas y también de la música. Las instituciones extra-musicales quedan integradas en el volumen tridimensional de la música, convenientemente trasformadas, lo mismo que la música queda, de vuelta, incorporada al análisis y exploración de esas instituciones extramusicales. Ese doble circuito de progreso y regreso no se puede romper y, de hecho, está funcionando en toda interpretación: quizás el intérprete y el compositor está más cercano al primer sentido (de lo extramusical a lo musical) y el espectador más atento al segundo (de lo musical a lo extramusical). La idea de que la música persigue el mantenimiento y el movimiento de su propio volumen tridimensional es puramente autorreferente y tautológica, es tanto como afirmar que el fin del músico es seguir haciendo música.
Los usos que ustedes están haciendo de M para explicar la sustantividad de la música son metafísicos de acuerdo con la idea de M que aparece en los “Ensayos materialistas” y en el libro “Materia”. M no puede usarse para explicar el núcleo de una institución dada en el mundo: eso sí que se parece mucho al formalismo musical romántico de Schopenhauer.
Minuto 47:00, Alvargonzalez explica a Chulià lo que no quiere entender porque sigue inmerso en la idea de arte divino.
Me alegro mucho que se hagan estos debates.
¿Se puede explicar cómo la metafísica se convierte en estructuras musicales? Si la sustantividad en la música se reduce únicamente a alegorías, buen hacer, contrastes, complejidades hechas por un sujeto o un grupo de sujetos a lo largo del tiempo, ¿Estas alegorías, contrastes, etc se basan en el estudio del uso con mayor o menor fortuna de esas estructuras musicales que vienen de la metafísica?
Además ¿eso sería aún Materialismo? 🤔
@@μέλος eso ya no es materialismo, M es un límite abstracto que no se puede conocer, es lo metafísico por antonomasia... cada vez que Chuliá apela a esto da un salto hacia el idealismo
Llegados a este punto de la controversia parece que en las artes sustantivas no se pueden dar identidades sintéticas sistemáticas. Esto se debe a la imposibilidad de segregar al sujeto más que parcialmente en su momento de generación de la obra. Algo que no ocurre en el momento de la recepción de la misma dándose tan solo estructuras de identidades. Por lo que creo que sería fructífero introducir la idea de símbolo práctico, salvando la discusión entre analogía y alegoría, y de experiencia simbólica. Lo que explicaría, por un lado, la génesis de la obra, donde se exponen las ideas filosóficas a las que Chuliá hace mención de manera acertada, sin tener por ello que apelar a instancias "divinas". Y, por otro lado, a su momento de recepción con la inagotable posibilidad de reinterpretación de la obra sustantiva.
Hablando de la autonomía de los románticos,y demases,hay algo q dijo en su momento el dramaturgo y actor Eduardo Pavlovsky (q escribía sus piezas,en principio,para actuarlas él )q podría ayudar." La función del arte, hoy (años 90),ya no pasa ni por comunicar( lenguaje mecánico?)ni por expresar (subjetividad sentimental del resentido?),sino por poner un mundo a existir" (como surgido,el arte ocioso y sagrado - sustantivo ?-, de un laboratorio q en su análisis y exploración de la realidad ,amplía escenarios en su encapsulamiento de lo real,en tanto representación de algo q no existía,pero ahora,hecho obra,ya es parte de la realidad fetiche.Una hiperrealidad?)
42:23 esa es la objeción que se le ha hecho a don Vicente desde Teselas anteriores y aún la carga porque minutos antes (34:10) sigue refiriéndose a la divinidad como rasgo distintivo de ese rótulo de Arte sustantivo.
Lo siento pero creo que la fuerza divina explica tanto como el mundo interior.
Totalmente de acuerdo. Precisamente fue una de las objeciones que hizo Luis Carlos Martín en Sto. Domingo de la Calzada, que se estaba identificando la obra sustantiva con lo divino y había que arrasar con esa idea. No creo que esta identificación esté generalizada en la escuela pero de vez en cuando chirrían los oídos. Esa fuerza divina que rebasa al artista, en el caso del músico «intérprete» sería como decir que la subjetualidad del artista está gobernada por la fuerza divina, luego estamos en Fray Luis de León y, como diría Bueno, en Pitágoras y su música de las esferas; esas interpretaciones musicales que contienen la idea de imperio, o las interpretaciones de Bruckner apoyadas en ideas católicas o budistas me recuerda al ejemplo que siempre ponía Bueno en estos casos, el pintor Orbaneja del Quijote. Creo que, una vez apuntado los antecedentes de la idea de arte sustantivo en Platón, habría que eliminar la referencia de lo divino en el arte en general pues no hace más que molestar.
Efectivamente, sólo desde el presente, desde una filosofía implantada en el presente se puede considerar la sustantividad de una obra de arte.
No veo por qué rechazar la posibilidad de que cuando Bach joven se desplazaba Kms para escuchar a Buxtehude no estuviera ya sustantivando esa música que escuchaba. Es decir, cuanto menos, los músicos ( y probablemente el resto de artistas) creo que siempre han tenido tendencia a escuchar la música bajo criterios de dintorno de la música, escudriñando las técnicas, los nuevos estilos, etc. y por otra parte Bach reutilizaba música de cantatas para otras músicas no relacionadas con la iglesia, por lo que parece que ya él mismo abstraía de su música los elementos adjetivos
@@ismaelvaquerobaquero325 el actualismo es un parámetro fundamental para quien no quiera recaer en la metafísica
@@ismaelvaquerobaquero325 actualismo
1. Dice Chulia que las artes tienen una perspectiva especial para regresar a M: “la especificidad de las materias estéticas y de sus morfologías enigmáticas. El que opera en ellas va al regressus de una manera totalmente diferente a como se da en las técnicas, o como se da en otras disciplinas de las ciencias humanas y como se da en la inconmensurabilidad de las partes de las ciencias.” La pregunta que se desprende de estas afirmaciones la plantea Alvargonzález y no encuentra respuesta en sus contendientes: Si cada arte realiza su regressus de una manera diferente, ¿qué tienen en común esas diferentes maneras de acceder al regressus para que podamos hablar de “artes” en general, y distinguirlas de técnicas y ciencias humanas, como el propio Chulia hace en la cita de arriba? Si cada categoría artística tiene una forma muy diferente de remitir a M., de la distinción entre artes, ciencias humanas, técnicas y ciencias alfa-operatorias, que Chuliá y Ekaitz ejercitan constantemente en sus planteamientos, se desprende forzosamente que existe un rasgo distintivo en las artes y su manera de regresar a M. que va más allá de la materia y las prácticas de las distintas categorías artísticas y que justifica ese contraste entre las artes y el resto de prácticas humanas. Si tuvieran a bien dedicar un vídeo a explicar ese rasgo distintivo, sería de agradecer. Ekaitz menciona tan sólo la discontinuidad o hiato ontológico que se establece entre operaciones prácticas (algo que se da en otras prácticas humanas). ¿Se trata, pues, de la representación alegórica como sustantivación de la obra? ¿Es ese el rasgo distintivo de las artes? Véase punto 2:
2. La teoría de Alvargonzález tiene la virtud, a mi parecer, de atender a un aspecto esencial de la teoría del arte sustantivo de Bueno, tal como aparece explicada en el Diccionario Filosófico: “La obra de arte no es sustantiva por ofrecernos, frente a la “prosa de la vida”, modelos ideales de belleza, de claridad, de perfección, sino por ponernos delante de conjuntos estilizados de fenómenos, incluso horrendos, que se concatenan circularmente y que constituyen puntos de referencia que permitirán mirar a su través no sólo la “prosa de la vida”, sino también a las formas naturales o las esencias establecidas por las ciencias positivas.” Es decir, la remisión analógica al mundo forma parte, necesariamente, de la obra sustantiva. Y así, señala Bueno que “las funciones que la obra de arte puede alcanzar en la propia prosa de la vida, las funciones catárticas que señaló Aristóteles, se derivan de esa sustantivación previa”. Es decir, que la función catártica requiere de una conexión analógica entre la obra de arte sustantivada y otras partes de la realidad. Por mucho que el contenido alegórico del arte sea un “componente terciogenérico que depende del contexto de recepción”, como señala Ekaitz, hay que explicar todavía si esa “función catártica” forma parte de la sustantividad o es, por el contrario, adjetiva (parece que para Bueno tiene que ver con el arte sustantivo). Sin esa función catártica (que involucraría tanto al eje circular como al eje radial, tanto a M2, como a M1 y M3), no entiendo por qué el arte existe. Para Bueno, el arte sustantivo permite “mirar a su través no sólo la prosa de la vida, sino también a las formas naturales o las esencias establecidas por las ciencias positivas.” Si “miramos a su través”, ejercitamos una forma de analogía, me parece a mí. Si no, tampoco entiendo eso de “mirar a su través”. ¿No deberíamos quedarnos extasiados ante la alegoría filosófica, eje circular, hueso de estegosaurio poético, forma divina en cuanto que se da, no humana, a través de manos humanas?
Agradeceré de veras cualquier clarificación o reflexión al respecto.
Yo también agradeceré cualquier clarificación sobre estos asuntos.
Sobre 1, yo creo que igual que cada ciencia alcanza un tipo de verdad especifico a traves de contextos operatorios, categoriales y identidades sintéticas, cada tipo de arte alcanza una verdad o sustentividad especifica desde su contexto categorial y ( quiza esto sea lo comun a las artes) una determinada estética o poética propia ( que no es subjetiva sino institucional e historica).
1:51 suscribo lo q dijo Vicente antes de despedirse.Es - como añade Iñigo - análogo (yo lo he comprabado haciendo teatro)a las ciencias. Uno empieza operando con libertad,pero una vez metidos los cuerpos en la dinámica,en la emoción ritmica,melódica,la voluntad subjetiva, induvidual, ya no interviene; digamos q ni pincha,ni corta.Ahí,en ése climax el q piensa,se sale (si se piensa,se lo hace, cósmicamente,con los cuerpos).El secreto de actuar orgánico,es hacerlo con el otro.El q se aisla,y ensimisma,empieza a representar,a traer del pasado.Y en ése momento todo es presente;aquí y ahora.Pienso y hago,hago y pienso.Osea: pienso con el cuerpo(y el cuerpo,sabemos, que,como la cabra, tira pa'el monte, donde todo fluye naturalmente.Porq como dice Santayana,en la naturaleza no hay repetición.Todo sucede por primera vez .- Y cuando acontece,sucede lo q pasa -)
En el caso de la música y contemplado desde el presente ¿son sustantivas las nueve sinfonías de Beethoven o solo algunas de ellas? Si solo fueran sustantivas un subconjunto de ellas, ¿por qué lo son? ¿son sustantivas todas por el hecho de ser de Beethoven? ¿sería entonces Beethoven incapaz de producir obras no sustantivas?
Me parece que es una pregunta válida no solo para la música. Por eso pienso que no hay artista
1:37:17.- Es que, sí, eso ningún argumento es, sutil es un término que no viene al caso, señor
Lo que dice Gustavo Bueno en este vídeo sobre las relaciones entre los sagrado y la materia ontológico general
th-cam.com/video/2_llZIYzChk/w-d-xo.html
puede aplicarse literalmente a las relaciones entre las artes sustantivas y la materia ontológico general, de modo que el componente distintivo del núcleo de las artes sustantivas no puede ser que "estén dadas en el contexto de la materia ontológico general". En realidad, no sé si, a estas alturas, hay alguien que defienda esa tesis.
Es muy fácil ser escépticos, negar cosas... !!!!!!
Min.35.Lo q dice Vicente acá,yo lo homológo, a lo q dice Germán García en su libro: "La otra psicopatología".Ni bien bien empieza el libro dice:"El inconsciente es un saber sin sujeto".El músico, y lo mismo el actor - mi palo es el teatro - metidos en la emoción, dejándose llevar por el acontecimiento (pero sin dejarse de mirar desde afuera, desdoblados - "mente fría,corazón caliente",dice Diderot -) fluyen por un sistema q haciéndose aquí y ahora - improvisando - , a la vez responde a unas causas específicas, y no a otras (sería como lo cuántico - y así funciona la poesía como acto genitivo - q responde a una lógica, restropectivamente, pero de la cual no podemos dar cuenta de antemano.En fin...Que las intuiciones - que es un saber sin saber * - se dan por operaciones q llevan a cabo especialistas categoriales.Y nunca! por uno caído del catre.De ahí q la inspiración te agarra trabajando en lo tuyo). *Todos sabemos más de lo q poder cerrar categorialmente."El teatro sabe",dice Jorge Dubatti - investigador teatral argentino -.
Eureka! en el min.casi 52(entrando a tallar Iñigo).Yo suelo decir q nadie es más sustantivo q cuando se pone una máscara ( q adjetiva en lugar de otro).Porq la función - el afuera - da sentido, configurando algo, q sin ése mandato impuesto - autoimpuesto no hubiese nacido(el lenguaje es tan cogenérico,como la concepción dentro de una misma especie ).Uno obra hacia afuera, por el otro.Ya q nadie se representa a si mismo. ( "Escribir es corregir - dice el dramaturgo Kartún -, lo otro es catarsis") El caldo de cultivo del arte sustantivo (sagrado), no profanado por el mandato del mecenas - el que sea - se da por el financiamiento de estado de bien estar, q entrega, a sus ciudadanos - de pleno derechos -, tiempo de ocio para autoexplorarse(singularisarse: apropiarse de su "esencia").Y ahí el arte, ya más filosófico, no sirve a nadie más q a los pedos q por necesidad analítica y exploratoria sobre la realidad tenga el artista.Pero; vale aclarar, que por más liberado q se esté para hablar de lo q se quiera, nunca se puede estar liberado - y acá talla el materialismo con su inmanencia trascendente, q no es divina, sino histórica en su dialéctica socio - política - de saberes técnicos,tecnológicos y científicos, q son, aquellos, q le van a permitir obrar con eficacia,y por ende,éticamente(al servir al otro.Siendo el primer espectador de su obra, el mismo.Ya q cuando se aleja del cuadro y pone - el artista plástico - el dedito para marcar la perspectiva, está juzgando, ya no desde la emoción,sino desde una gnoseología; desde una intersubjetividad; desde un sistema de valores,...desde un lenguaje; osea,con el otro; con el tiempo .- Verdad por apercepción, diría Marcelino Ardura, en esa lección magistral q dio sobre el Quijote -.Ya q la identidad siempre se interpreta.Porq no ser,aunque parezca, evidente -).
Ese quiebre de 200 hacia atrás. En el arte, lo filosófico, político, etc. Fue solo para patiar el tablero y que decapitó en nombre de la libertad, igualdad y fraternidad. Creo que solo en esta etapa se hipostasia algún atributo pero es solo eso se reconfiguración. La diosa libertad o la diosa razón, los artistas hacen filosofía mundana crean por ser libres.
La idea de arte adjetivo y arte sustantivo da señales de lo que es y porque en la obra de arte que solo allí se puede ver y no en la idea de arte inequívoco. La catarsis que dice don Vicente es la mejor explicación por el raptó que tiene el artista al ejecutar la obra que sigue cursos técnicos históricos, filosóficos, etc a fin a cada forma de arte pero la catarsis guia o pone ejes de coordenadas.
Por ello la distinción de obra de arte y de arte, la de analogía y de alegoría. Dan cuenta de lo que ya Platón dejaba de lado en la poesía mimetica y la poesía dialéctica la representación de la obra su actualismo supera la finalidad de la obra por el fluir de la catarsis..
Se me olvidaba, y es de justicia: Ongay, como siempre, aportando sustantividad a todo lo que toca, aunque sólo diga unas pocas palabras (las que le tocaban aquí, ni más ni menos).
La literatura, filosofía sin sistema...
22:13 ¿ Podría decirse que la unidad de la ciencia es una sinalogía entre términos isologados y la unidad del arte es una isología entre términos sinalogados ?
Desarrolle
@@brunoperezortega1961 el momento sinalogico de la ciencia es la TCC que identifica cada término/ciencia y los isologa en alfa y beta.
Las obras artisticas son unidades sinalogicas por su estructura y lógica interna, son isologados mediante el público identifica o coordina términos con su ego diminuto (por ello E es importante ya que totaliza términos entre egos individuales )
@@μέλος vaya, la idea de principio no estaba mal. Pero creo que se ha precipitado.
Podría reformular la de nuevo?
@@brunoperezortega1961 espero explicarme así: me parece que las ciencias trabajan con todos atributivos disociando sus partes distributivas y las obras de arten trabaja con todos distributivos que se asocian a un todo atributivo.
En las ciencias los cuerpos al partirlos y clasificar esas partes el sujeto acude al cuerpo de su ciencia para diferenciar en las partes isologicas.
Un todo distributivo como el círculo puede ser asociado a Dios mediante la doctrina y al verlo bordado con hilos de oro, una pared o en una pintura, un pueblo inculto puede en apariencia ver la perfección de Dios en ese círculo. Un matemático se interesaría en otras cosas.
El elemento trifásico son las masas.
Filosofías adjetivas y filosofías sustantivas... !!!!!!
Chulia reduce el arte a la musica. No han dado ninguna definición de lo que arte sustantivo es
Min.19 y monedas.Como señala alguien en los comentarios,todo arte, en principio, nace un poco adjetivo,y se vuelve su obrar - a veces - sustantivo.En fin...q no habría arte sustanttivo,sino obras q pueden llegar a ser - depende la interpretación del momento - sustantivas.Por ejemplo,los 2 álbumnes q había grabado Sixto Rodriguez a finales de los 60,principio de los 70(aunque hay q decir q el tipo había tenido su éxito en los 80,por Australia - siendo su banda soporte Gillespi-.Y ni q hablar - desde los mismo 70 - en la Sudáfrica del apartheid - aunque el no se haya enterado hasta entrado los años 90.Los q pasa es q son cosas q obvia - buscando mayor mística - el documental q lo llevó a la fama).En fin...ya era sustantivo en mismo momento q productor decidió grabarlo.Lo q pasa q lo adjetivo (la mayoría de la veces) es el público masa,no el artista de verdad.A ver...No hay verdad sin fudamento.Y los artistas q crean obras sustantivas,son auténticos; tipos q se han apropiado de la cosa,ampliando escenarios.Un artista es un pionero.Es alguien q de manera distributiva clava la bandera sobre un territorio,q pasa a ser,atributivamente,de los q vienen detrás.
53:05 ¿ No dijo Bueno que no hay artista ? Es más, si la sustantividad está en la obra ¿Por qué habría artista ?
Claro, El Quijote lo escribió el espíritu de Kant😂😂😂
@@languagepolicy Me refiero a aquellos que se refieren a si mismos como artistas. Con que criterio lo dicen. No me imagino a Cervantes diciendo que es un artista ¿ Si comprende?
@@μέλος No.
@@μέλος Sí.
Supongo que la respuesta es que alguien tuvo que hacerla. Sería análogo a un teorema matemático cuya verdad no depende de los sujetos pero algún sujeto tuvo que establecerlo por primera vez. Las artes no producen este tipo de verdades geométricas pero creo que se entiende lo que quiero decir. Añadiendo algo más me parece que a lo que se refiere Chuliá por arte sustantivo es a lo que muchos artistas llaman inspiración, algo que parece ajeno a la voluntad del sujeto. Notar que esta inspiración es similar a la del científico que dá con la vía para establecer un teorema por primera vez. A esta inspiración también se le llama intuición. Copio un fragmento de una carta de Chaikovski a Nadezdha con Meck donde el compositor intenta explicar el proceso de componer:
Me pregunta usted si esta Sinfonía tiene un programa definido. Cuando se me hace esa pregunta suelo contestar que no. En realidad, es muy difícil contestar esa clase de preguntas. ¿Cómo pueden expresarse las sensaciones indefinibles que se experimentan mientras se escribe una composición instrumental que no tiene un asunto definido? Es un proceso puramente lírico. Es una confesión musical del alma que se encuentra repleta y que, fiel a su naturaleza, se descarga por medio de sonidos, de la misma manera que un poeta se expresa por medio de la poesía. La diferencia radica en que la música tiene recursos de expresión mucho más ricos y es un medio mucho más sutil para traducir los mil momentos cambiantes de los estados de ánimo. La simiente de una futura composición aparece, generalmente, de manera repentina e inesperada. Si el terreno está preparado -esto es, si hay disposición para el trabajo- arraiga con fuerza y rapidez asombrosas, surge a la superficie, echa ramas, hojas y, finalmente, flores. Solamente por medio de esta metáfora puedo describir el proceso creador. El gran problema es que la semilla aparezca en un momento favorable; el resto viene por sí mismo. Trataría en vano de expresar con palabras la sensación inmensa de felicidad que me invade cuando una idea nueva brota dentro de mí y comienza a tomar forma definida. Entonces me olvido de todo y me conduzco como un demente. Todo lo que hay dentro de mí comienza a latir y estremecerse; apenas tengo tiempo de comenzar el borrador antes de que los pensamientos empiecen a atropellarse unos a otros. En medio de este proceso mágico sucede, a menudo, que una interrupción desde afuera viene a despertarme de mi estado de sonambulismo: alguien que toca el timbre, un criado que entra o un reloj que da la hora recordándome que ya es tiempo de que detenga mi trabajo. Esta clase de interrupción es verdaderamente horrible. Algunas veces rompe la inspiración por largo tiempo y tengo que volver a buscarla, frecuentemente en vano. En tales casos hay que movilizar la fría razón y los conocimientos técnicos para que nos presten su ayuda. Aún en los grandes maestros se hallan con frecuencia momentos en que la conjunción orgánica se quiebra y hay que practicar una hábil soldadura para que las partes parezcan constituir una sola. Pero eso no se puede evitar. Si el estado anímico que denominamos inspiración se prolongase sin interrupción durante mucho en fragmentos. Ya es algo bueno que las ideas centrales y la forma general de la composición se presenten sin necesidad de una actividad mental intensa, como resultado de esa fuerza sobrenatural e inexplicable que llamamos inspiración.