Pues creo que tardaremos en ver otra vez los pantanos tan vacíos... yo por aquella época visité Rialb, Oliana, i la Llosa del Cavall... daban algo de pena... enseguida empezó a llover...por suerte. Buena música y un saludo, Goyo ¡
No soy de Sau. pero veo a esas personas y quiero pensar que alguna de ellas, mayor ya, ha vuelto a su pueblo, al lugar que le vio corretear, recorrer probablemente de la mano primero de sus padres, de un hermano mayor, del primer novio y que un día tuvo que abandonar convencida por razones del progreso y hoy, como por un favor del cielo, escondido en su tezón de no hacer llover, puede volver a ver, a caminarlo. Qué oportunidad tan extraña...que sentimientos tan encontrados. Qué melancolía.
Que tentación al sabotaje, a desear que le salga la jugada mal al hombre, que lo que el hombre asoló por agua, salga a la luz por falta de ella. Un pueblo: algo tan natural como un bosque, como un hormiguero, ahogado con cemento, sale a revivir el drama de sus habitantes. Pero a lo mejor no hay entre esa gente visitante ningún antiguo poblador. Quizás los pobladores de ese pueblo han calmado su vacío lejos de ahí y saben que volver a ver su campanario y sus calles es demasiada pena.
También quiero pensar que algún anciano del lugar, sabio y desprendido del ansia y el hambre del hombre joven, ve con tristeza que lo que él perdió debe valer la pena de perderse y piensa: que el agua inunde mi aldea!, que riegue la vida de su entorno!, que lleve la vida a donde deba!, Ese agua arrastra un poco de su casa, de su campanario, de sus días, de sus tardes apacibles. Si todo se perdió...mejor que llueva!. llevó también a él a otros lugares, entonces se encuentran los sentimientos.
Pues creo que tardaremos en ver otra vez los pantanos tan vacíos... yo por aquella época visité Rialb, Oliana, i la Llosa del Cavall... daban algo de pena... enseguida empezó a llover...por suerte.
Buena música y un saludo, Goyo ¡
No soy de Sau. pero veo a esas personas y quiero pensar que alguna de ellas, mayor ya, ha vuelto a su pueblo, al lugar que le vio corretear, recorrer probablemente de la mano primero de sus padres, de un hermano mayor, del primer novio y que un día tuvo que abandonar convencida por razones del progreso y hoy, como por un favor del cielo, escondido en su tezón de no hacer llover, puede volver a ver, a caminarlo. Qué oportunidad tan extraña...que sentimientos tan encontrados. Qué melancolía.
Febrero de 2024. Pantano al 4%. Superando el video sobre estas líneas.
Quie iba a decir en 2009 que 15 años después la situación de sequía sería mucho peor!
Que tentación al sabotaje, a desear que le salga la jugada mal al hombre, que lo que el hombre asoló por agua, salga a la luz por falta de ella. Un pueblo: algo tan natural como un bosque, como un hormiguero, ahogado con cemento, sale a revivir el drama de sus habitantes. Pero a lo mejor no hay entre esa gente visitante ningún antiguo poblador. Quizás los pobladores de ese pueblo han calmado su vacío lejos de ahí y saben que volver a ver su campanario y sus calles es demasiada pena.
También quiero pensar que algún anciano del lugar, sabio y desprendido del ansia y el hambre del hombre joven, ve con tristeza que lo que él perdió debe valer la pena de perderse y piensa: que el agua inunde mi aldea!, que riegue la vida de su entorno!, que lleve la vida a donde deba!, Ese agua arrastra un poco de su casa, de su campanario, de sus días, de sus tardes apacibles. Si todo se perdió...mejor que llueva!.
llevó también a él a otros lugares, entonces se encuentran los sentimientos.