*Las etiquetas no son buenas o malas,* son recursos del lenguaje que ayudan a elaborar mejor nuestro discurso. En una psicoterapia narrativa no debería "demonizarse" a las etiquetas, porque son importantes para identificarnos y expresarnos de mejor manera. Por lo mismo, decir que las víctimas no existen, es silenciar a esa parte de la población, no saber sus necesidades específicas. Es decir que no existen victimaries, porque vendrían a solo ser "gente con problemas, como todes". Por ello también veo mal no nombrar a las patologías como tal; los diagnósticos a veces traen mucha paz, pero sobre todo son una guía. El enfoque que le demos no necesariamente es inherente al término, por ello mismo, les psicoterapeutas pueden guiar a la persona para saber que es parte de sí su etiqueta, pero es mucho más que eso. A veces las etiquetas son parte fundamental de nuestra experiencia. Las mujeres no tienen las mismas experiencias que los hombres porque existe el machismo. Las mujeres trans e intersex no viven las mismas experiencias que las mujeres cisgénero, porque existe la transfobia, y por esta misma, las personas no binarias seguimos siendo invisibilizadas. Parte de esa invisibilización es no nombrar a las personas por su pronombre; "porque sé que existe pero mi proceso no lo sabe así que te voy a omitir del discurso". Una situación es no entender bien cómo conjugar, o hablar siempre con un solo pronombre de manera general por no estar acostumbrades, y otra muy distinta es insistir solo en "ellos y ellas" cuando ya se dijo que se sabe la existencia de "elles".
Gracias por compartir este taller! Muy importante, muy rico!!
gracias por compartir, un come tario: Michael White NO era psiquiatra.
*Las etiquetas no son buenas o malas,* son recursos del lenguaje que ayudan a elaborar mejor nuestro discurso.
En una psicoterapia narrativa no debería "demonizarse" a las etiquetas, porque son importantes para identificarnos y expresarnos de mejor manera. Por lo mismo, decir que las víctimas no existen, es silenciar a esa parte de la población, no saber sus necesidades específicas. Es decir que no existen victimaries, porque vendrían a solo ser "gente con problemas, como todes". Por ello también veo mal no nombrar a las patologías como tal; los diagnósticos a veces traen mucha paz, pero sobre todo son una guía. El enfoque que le demos no necesariamente es inherente al término, por ello mismo, les psicoterapeutas pueden guiar a la persona para saber que es parte de sí su etiqueta, pero es mucho más que eso.
A veces las etiquetas son parte fundamental de nuestra experiencia. Las mujeres no tienen las mismas experiencias que los hombres porque existe el machismo. Las mujeres trans e intersex no viven las mismas experiencias que las mujeres cisgénero, porque existe la transfobia, y por esta misma, las personas no binarias seguimos siendo invisibilizadas.
Parte de esa invisibilización es no nombrar a las personas por su pronombre; "porque sé que existe pero mi proceso no lo sabe así que te voy a omitir del discurso". Una situación es no entender bien cómo conjugar, o hablar siempre con un solo pronombre de manera general por no estar acostumbrades, y otra muy distinta es insistir solo en "ellos y ellas" cuando ya se dijo que se sabe la existencia de "elles".
Me aburrió mucho. Le di 16 min, no me dijo nada nuevo.
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