Por las tierras de Alcorlo.

Por las tierras de alcorlo
La primavera de este año fue muy generosa en agua, el nivel del pantano en estas fechas se encuentra en sus máximos históricos, pero a primeros de junio el campo ya comienza a acusar un verano de temperaturas extremas, hasta crueles me atrevería a decir, antes de que los campos cambien su tono verde por el amarillo paja un grupo de paisanos, de los que amamos el terruño de esta sierra, hemos aprovechado para dar un garveo por las tierras de Alcorlo.
Entre ellos hoy nos acompañó Alfonso, el Kazo, por todos conocido en la sierra, principalmente por sus coplas y poesías, que con algunas de ellas fuimos andando el camino.
En el grupo de hoy contamos con Elena, Rafa, Gloria, Cuevas (Navas de Jadraque), Juanca de Bustares, Javi (el de La Nava) “un apasionado por la botánica" y este servidor.
La ruta elegida ha sido una vez más las dehesas de Alcorlo, luego bordeamos el pantano, desde el Riohondo hasta El pico la parra, naturalmente que pasando por el Lituero y visitando la ya famosa piedra de los círculos. Allí tomamos un tentempié y Alfonso nos recitó la bendición de la mesa, una losa pusimos de mesa, la cual parecía estar allí esperándonos para recibirnos.
Climatológicamente comentar que el día comenzó más bien fresco y al medio día ya estorbaba hasta los pelos de la barba.
Ni qué decir tiene que todos, sin excepción quedamos satisfechos del paseo y con ganas de ver aquellos parajes nuevamente, pero ya con los colores del invierno.
Alcorlo por la parte de Zarzuela no tiene mucha extensión de terreno, aunque cierto es que rio arriba sí llega varios kilómetros.
Cuenta la leyenda que por aquellas fechas las lindes entre Zarzuela y Alcorlo no estaban muy definidas por lo que el pastoreo de ambos pueblos se permitía cruzar una línea divisoria difícil de adivinar. Durante mucho tiempo ovejas y pastores compartieron los mismos terrenos, pero llegó la época de escasez y hubo que poner remedio al asunto.
Parece ser que los deliberantes pensaron en que la linde divisoria de ambos pueblos bien podía definirla una buena moza natural de Zarzuela. Era una moza que se caracterizaba en aquellos días por tener el cabello recogido en unas largas y hermosas trenzas.
La idea pensada era que a las trenzas de la moza le atarían una losa de piedra de tamaño más o menos importante, una losa de tantas como precisamente abundan en aquellos mismos parajes del conflicto.
La moza, con sus cabellos sujetos a la losa, partiría desde la plaza del pueblo de Zarzuela, la arrastraría hasta donde ya sus fuerzas se le agotaran, justo allí, en aquel punto donde se parara por primera vez sería la división de ambos términos.
Bueno pues, al parecer la moza comenzó arrastrando la losa con bastante brío, ya llegando a un punto más cercano a Alcorlo que a Zarzuela la moza lejos de aminorar la marcha la aceleró, porque la pendiente del terreno estaba a su favor y al poco tiempo fue alguien de Alcorlo quien tuvo que alzar su voz para parar el acontecimiento, tratando de convencer a los paisanos de Zarzuela que el sentido común de los presentes les decía que de continuar la moza con su losa a los de Alcorlo no les quedaría terreno alguno.
Los allí presentes de Zarzuela dieron la propuesta por válida y así quedó la cosa. Pero la realidad fue que el acuerdo no se llevó a rajatabla porque los pastores de ambos pueblos continuaron cruzando la línea más o menos como lo venían haciendo antes de que la moza demostrara su fuerza.
La leyenda no concreta si la moza hizo la propuesta de manera voluntaria o se lo impusieron. Teniendo en cuenta que esto sucedería varios siglos atrás más me inclino por lo segundo.

[@alcanov1960]

Estupendo paseo y muy bien acompañado. Las imágenes del pantano con tanta agua son una preciosidad. La construcción del redil impresionante. Que maestría. El relato es curioso. Un abrazo Agustín, disfruta de tu Patria Chica.