E38 Termas de Caracalla. Los Baños Romanos más hermosos del mundo.

Te invito a suscribirte al canal, poner me gusta si te pareció interesante el episodio, dejar tu comentario y compartir esta historia con quien pienses que pueda disfrutarlo.
Vamos a disfrutar una estadía en las termas comenzando por un paseo en los jardines, ingresando por el lateral del complejo. Es posible advertir la magnificencia de las instalaciones termales con solo mirar los gigantescos muros, unos pasos más adelante, tras pasar por un gran Mitreo, podemos divisar en el fondo del predio el espacio que ocupaba un medio estadio que ocultaba detrás de sus tribunas las enormes cisternas con capacidad para reservar 80 mil metros cúbicos de agua, abastecidas, por un desvío del acueducto Aqua Marcia. A sus costados se hallaban las dos bibliotecas del complejo. Si el edificio de los baños era el templo para ejercitar y relajar el cuerpo, los jardines lo eran para la mente.
Ahora vamos a ingresar a las instalaciones termales por una de las dos entradas principales al edificio que estaba distribuido simétricamente. Tras pasar por el vestíbulo lo primero que hacían era dirigirse a los vestuarios, una sala con techo abovedado y piso decorado en mosaico, donde se preparaban para la actividad física y los posteriores baños. Quienes optaban por ejercitarse comenzaban su tour por alguna de las dos palestras, eran el espacio más grande del edificio, el cual no estaba techado y era utilizado para realizar gimnasia y practicar lucha. Estaba finamente decorado, los pisos eran de mármol de colores, y Había magistrales esculturas de bronce y mármol. Culminado el ejercicio iniciaban el baño, que constaba de 3 etapas.
La primera consistía en los baños cálidos compuestos por el Laconicum, un área caliente y seca para inducir el sudor, y el Caldarium, una piscina de agua caliente. El objeto principal de esta etapa del baño era abrir los poros de la piel. El caldarium era una sala circular cubierta por una enorme cúpula con grandes ventanales. Para conseguir el ambiente cálido y vaporoso, había hornos externos cuyas llamas eran avivadas por los esclavos. Este calor era conducido hacia una cámara llamada hipocausto, ubicada debajo de la sala, logrando calentar el piso. Para aumentar la temperatura en las paredes, se conducían estos vapores por tubos de barro cocido integrados a los muros.
Los romanos no usaban jabón, se untaban en aceite todo el cuerpo y lo dejaban reposar unos minutos para que penetrara en la piel, quitando luego el excedente con el estrígil, un raspador metálico con forma de hoz.
Desde el Caldarium se pasaba al Tepidarium, baños de agua tibia en grandes bañeras de mármol. La temperatura comenzaba a mermar para cerrar los poros de la piel y por eso el siguiente y último paso era el Frigidarium, que era el baño de agua fría en esta alucinante sala. Aquí había piletas de inmersión, aproximadamente hasta la altura de los hombros. Por supuesto, como el resto del recinto, la decoración era majestuosa. El frigidarium de Caracalla fue el más grande Roma.
Pero este extraordinario complejo les tenía reservada una última estancia de placer a sus visitantes, una gigantesca piscina, de tamaño olímpico, llamada Natatio. Era utilizada para nadar y practicar juegos acuáticos. Estaba decorada por cuatro enormes columnas de granito y el muro lateral estaba decorado con nichos para colocar estatuas de mármol, parecía el frente escénico de un bello teatro grecoromano.
Si estuviéramos dando este paseo en la época imperial, antes de salir de las termas, te invitaría a la Palestra oriental para deleitarnos con dos de las la estatuas de mármol más importantes la antigüedad, conocidas hoy como el Toro Farnesio y el Hércules Farnesio. Pero lamentablemente sólo podemos consolarnos con una pequeña foto ya que fueron saqueadas. Desde 1828, para nuestra suerte, se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de esta ciudad. Y ahora que ya sabemos dónde están, vamos a irnos por un momento de las termas hasta los territorios del Emperador Diego para deleitarnos con estos dos capolavori.
El conjunto del Toro Farnesio tiene más de cuatro metros de altura y tres de ancho, con un peso de 24 toneladas. Es la escultura de mármol de bulto redondo más grande de la antigüedad y, para algunos especialistas, ese es su principal mérito.
El hércules en reposo es la copia más lograda de un original de bronce griego. Los especialistas alaban particularmente el trabajo de su musculatura, transmitiendo una enorme potencia en quietud, mientras se encuentra descansando apoyado en su legendaria maza.
Las termas se usaron más de trescientos años hasta que los acueductos que abastecían de agua a las cisternas fueron destrozados en las invasiones bárbaras. Los saqueos y terremotos posteriores nos privaron de ver, aun en mayor detalle, el esplendor absoluto de esta genialidad romana.
#Termas #Roma #laciudadmáshermosadelmundo #ruinas #imperio