TOLEDO (CASTILLO DE OROPESA)

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  • เผยแพร่เมื่อ 23 พ.ย. 2021
  • El castillo de Oropesa se alza sobre un altozano, entre bosques de encinas, en el límite norte de la villa de Oropesa, en el denominado Campo de Arañuelo, ubicado en la comarca de Campana de Oropesa, que se sitúa en la parte más occidental de la provincia de Toledo.
    A buen seguro que el impresionante castillo de Oropesa tiene muchas historias que contarnos. Se conoce la existencia en época romana de un “castillo comediano” que tal vez se asentara sobre un castro céltico anterior aprovechando las estratégicas elevaciones de la pequeña sierra de la Ventosilla, que domina desde la altura todas las llanuras del Campo Arañuelo hasta Gredos y que protege el paso de la importante calzada y cañada que desde Toledo iba a Mérida pasando por Talavera y Oropesa.
    Y precisamente sobre ese “castillo comediano” romano, los árabes construyeron entre los siglos XII y XIII una nueva fortaleza, pero no fue la única, ya que en 1402 se construye en parte del solar árabe un nuevo castillo-palacio, obviamente cristiano. Así nos encontramos con que el castillo de Oropesa en realidad está formado por dos castillos unidos.
    La “madre” tiene rasgos árabes y acusa el paso inexorable del tiempo. Conquistada por un caballero cristiano, sus entrañas alumbraron un hermoso vástago que llegó a ser “santo y seña” de una villa. La “vieja señora” es la antigua fortaleza árabe que mira con orgullo a su “heredero”, el palacio del caballero Álvarez de Toledo, duque de Alba, conde de Oropesa y quito virrey del Perú.
    El castillo viejo, también llamado Palacio de los Álvarez de Toledo, fue construido por los árabes. Su planta es rectangular y tiene cuatro torres circulares en las esquinas, de las que hoy solo quedan dos, y un probable antemuro con cuatro cubillos que limita con la propia villa.
    El castillo nuevo, muy airoso y destacado por su situación al norte de la meseta que ocupa la población, fue construido en etapas hacia el año 1402, por los Álvarez de Toledo. Su planta es también rectangular y posee torres de distinta forma en los ángulos. Pero lo que más llama la atención es la torre del homenaje, una esbelta construcción que se sitúa en el centro del lienzo de muralla occidental junto al amplio patio del palacio.
    La torre del homenaje es de planta cuadrada y su interior presenta cuatro pisos, comunicados por escaleras de disposición variada. Tiene una altura de 25 m y está rematada por cuatro garitones circulares defensivos con saeteras cruciformes, y por almenas en las que se abren pequeños huecos para armas de diferentes clases. Debajo de las almenas hay una banda de matacanes que soporta su peso.
    En el interior del castillo hay una gran plaza rectangular, antiguo patio de armas, que alberga todas las infraestructuras de la fortaleza y donde en la actualidad se desarrollan actividades culturales. Desde allí puede subirse, por una rampa escalonada, al adarve y a las torres, y disfrutar de la impresionante escalinata, más ornamental que defensiva.
    Desde que se construyó el nuevo castillo, éste ha pertenecido a los Álvarez de Toledo, hasta que a principios del siglo XIX, tanto el castillo como el condado de Oropesa, creado en 1475, pasaron a los duques de Frías. A éstos se los compró el Ayuntamiento de Oropesa, que usó el castillo como coso taurino. Posteriormente, fue adquirido por el Estado, encontrándose muy restaurado y funcionando como Parador Nacional.
    En las imágenes podemos apreciar el hermoso paisaje que rodea al castillo, un amplio terreno bastante llano entre los valles del Tiétar al norte y del Tajo al sur. De fondo podemos observar la silueta montañosa de la Sierra de Gredos.
    A los pies del castillo se encuentra la villa medieval de Oropesa. Aunque su topónimo es prerromano, existe una leyenda popular sobre el origen de esta villa en la época de dominación árabe. Cuenta que los moros tenían cautiva una doncella para cuyo rescate los templarios tuvieron que pagar su peso en oro, y de aquí viene su nombre, pesa oro, oro pesa. El tributo de este tipo a reyes moros aparece realmente en las crónicas y en la literatura épica medievales. Pero tan arraigada se encuentra esta historia que en el propio escudo de Oropesa se encuentra una doncella sosteniendo una balanza para determinar su peso.
    La villa de Oropesa y su castillo fueron cedidos en 1355, merced de Enrique II, a García Álvarez de Toledo, que fue maestre de la Orden de Santiago. En el siglo XV, Oropesa ocupó un lugar de importancia en el reino, con importantes edificaciones construidas alrededor del castillo, sufragadas por esta saga familiar. Por tanto, esta población medieval cuenta con un interesante patrimonio en el que destacan varios edificios históricos, un nutrido grupo de conventos e iglesias y bellas casas señoriales.
    (Nota: Algunas imágenes, vídeos o textos han podido ser cedidas por amigos y colaboradores del canal; siempre sin ánimo de lucro)

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