DEL EVANGELIO DE SAN MATEO 18, 12-14

MOTIVACIÓN
Abrimos el corazón al amor entrañable y sin medida que Dios nos ha mostrado en Jesús.
Nos unimos a toda la creación, a todos los pueblos que anhelan un mundo nuevo de justicia, de verdad y de paz.
Con todas las gentes de buena voluntad acogemos al Dios que se manifiesta en los acontecimientos cotidianos.
Nos alegramos porque la fidelidad y la justicia de Dios se han metido en nuestra historia y ya nada puede ser lo mismo.
A la fiesta de Dios están invitadas todas las criaturas de la tierra. Aquí no hay excluidos, ni gentes sin papeles. Se respira esperanza y alegría.
Adviento es camino de canto nuevo.
DEL EVANGELIO DE SAN MATEO 18, 12-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en el monte y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, en verdad os digo que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado.
Igualmente, no es voluntad de vuestro Padre que está en el cielo que se pierda ni uno de estos pequeños».
COMENTARIO ORANTE
¡Que ningún pequeño se pierda! ¡Que ningún ser humano se pierda! Jesús sale a buscar a todos los alejados y los alcanza con la gracia, los abraza y cuida con ternura.
Descubre el valor de la fraternidad. Aprende a hacerte cargo de los últimos. ¡Qué bueno, Señor! Dar la mano a los pequeños, poner bondad, hacer el bien, entonar el canto de la bendición y misericordia de Dios, fuente de ternura para todos los pueblos.
«Las obras de misericordia son igualmente obras de esperanza, que despiertan en los corazones sentimientos de gratitud», nos dice el papa Francisco (Spes non confundit 11).