ARANDA DE DUERO BURGOS playerbcn1

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  • เผยแพร่เมื่อ 16 ก.ย. 2024
  • Salvo breves periodos de su historia, como el protagonizado por Juana de Portugal, esposa del rey Enrique IV, Aranda de Duero fue villa realenga. Un privilegio que defendió con coraje y del que siempre se sintió orgullosa.
    Abierta al mundo, cruce de caminos y morada de pasajeros que circulaban por sus caminos y veredas de norte a sur y de este a oeste, la ciudad era referencia para el viajero y punto de encuentro para los visitantes que llenaban la ciudad durante los días de feria o de mercado. Un rasgo que le dio carácter y que llenó sus calles y plazas de figones, posadas y mesones.
    Una pujante actividad mercantil que atrajo a no pocas familias nobiliarias, congregaciones religiosas, mercaderes… que dejaron huella en sus casas y palacios de piedra en medio de un horizonte, hoy en buena parte perdido, de humildes casas de adobe.
    En uno de los ángulos del centro histórico de Aranda de Duero se halla situado el templo de San Juan Bautista. Vinculado al origen de la localidad, esta iglesia-fortaleza se levanta en una estratégica posición de atalaya, protegida por el río Duero y su confluente Bañuelos.
    Construida a lo largo del siglo XIV sobre otra anterior, debió adaptarse a las angosturas del caserío y a las servidumbres de las reformas. Su fachada principal mira al sur, contemplando las tierras situadas al otro lado del Duero.
    La iglesia de San Juan Bautista acogió en 1473 el Concilio Arandense, que fue una importante reunión de prelados y abades que no sólo dirimió sobre los usos y costumbres de los clérigos, sino que también trató sobre el estado de la monarquía y los problemas sucesorios del rey Enrique IV.
    La iglesia parroquial de Santa María la Real, que algunos llaman incluso catedral, es el estandarte artístico más importante de Aranda de Duero. Su construcción data de finales del siglo XV, coincidiendo con la expansión de la ciudad y la consolidación de su ensanche medieval.
    Santa María posee el encanto de los edificios construidos en épocas de inestable transición. Su fábrica, esbelta y armoniosa, pertenece al gótico final, pero una mirada atenta por sus naves nos permitirá descubrir otros interesantes atractivos, como la filigrana mudéjar de la escalera del coro, la refinada talla plateresca del púlpito o la contenida tensión de su romanista retablo mayor.
    Concebida como un tapiz, la fachada sur del edificio es el más interesante de sus elementos artísticos. Atribuida a Simón de Colonia, sus relieves recrean escenas de la vida de Jesús, rodeadas de los iconos de sus promotores. Imágenes en color que no le dejarán indiferente.
    Aranda de Duero posee el encanto de las ciudades que han sabido compaginar tradición y modernidad. Vital, dinámica, industrial… la localidad conserva no obstante algunas de las festividades más entrañables de otros tiempos. Fiestas como la “Bajada del Ángel” que se celebra el Domingo de resurrección y en la que un niño vestido de ángel, descolgándose de un globo, desciende del cielo para quitar el manto negro de luto que cubre la imagen de la Virgen. Dicho acto pone el broche de oro a la Semana Santa arandina, declarada de interés turístico regional.
    Plantar el “Mayo” es otra costumbre muy arraigada en la Ribera. En Aranda de Duero se hinca una cruz, transportada por los cofrades en una procesión interminable, llena de algarabía y sonidos de castañuelas, en la que los danzantes piden a la Virgen agua para el nuevo año… ¡ Y vino para seguir bailando!
    El primer domingo después del 8 de septiembre se celebran las Fiestas Patronales en honor a la patrona de la ciudad, Nuestra Señora de las Viñas. Durante diez días los numerosos actos que se desarrollan inundan las calles de color y alegría donde las Peñas son las principales anfitrionas.
    El Duero atraviesa Aranda, la recorre, la baña, la inunda con sus aguas de cambiantes reflejos y la secciona en dos, la de aquí, el Aquendeduero, y la de allí, el Allendeduero. La presencia del río da sentido a la ciudad. Fue la causa primordial de su nacimiento y ha sido el argumento principal de su historia.
    Por eso es tan importante el puente sobre el río Duero en Aranda. Sus piedras enlazan la ciudad salvando el cauce del río y sus arcos acercan barrios, ciudades, territorios, voluntades. Por él cruzaron soldados, colonos, mercaderes, rebaños de ovejas, transeúntes hambrientos y cansados.
    Una eventualidad que no le pasó inadvertida al poeta Rafael Alberti, que cantó al puente - y a sus barandas - en su poemario “La amante”.
    Por el puente de Aranda, dice también la canción popular que se tiró “el tío Juanillo”; se tiró, se tiró, pero no se mató.

ความคิดเห็น • 1

  • @nievesgarcia5688
    @nievesgarcia5688 2 ปีที่แล้ว +1

    Pues q paisaje más bonito de Aranda .yo siempre estaré muy agradecida al hospital Santos Reyes .como le an tratado ami querido hermano .De Tortoles Secundino García. Yo vivo en Vizcaya .y no podía ir mucho pero agradezco alos Doctores como me llamaban para informarme de mi hermano así como cuando llamaba yo desde recepción como enfermeras. No puedo más q decir gracias .Dios les de mucha salud a todo el personal del hospital ..