Versos sueltos del poema El sexo, de Vicentito Aleixandre: Pendiente de ese tronco el fruto consta en vida. Su materia consiente una verdad durable. mientras el viento pone la vida en llamas y arde doble tiniebla absorta. Entre las piernas suaves pasa un río, lecho insinuado para el agua viva; entre la fresca sombra o un humo quedo que en el terso crepúsculo está inmóvil. Agua oscura sin tiempo que no nace y que sobre la tierra desemboca. Misterio entonces del ocaso ardiente cuando como en caricia el rayo ingrese en la sima voraz se haga noche: noche perfecta de los dos amantes. A propósito de El ciprés de los silos, de Gerardo, los cuatro primeros versos fueron: Enhiesto surtidor de sombra y sueño/ que acojonas al cielo con tu lanza/ chochorro que a las estrellas casi alcanza/ de venado en si mismo en loco empeño.
Versos sueltos del poema El sexo, de Vicentito Aleixandre:
Pendiente de ese tronco
el fruto consta en vida.
Su materia consiente
una verdad durable.
mientras el viento pone
la vida en llamas y arde
doble tiniebla absorta.
Entre las piernas suaves pasa un río,
lecho insinuado para el agua viva;
entre la fresca sombra o un humo quedo
que en el terso crepúsculo está inmóvil.
Agua oscura sin tiempo que no nace
y que sobre la tierra desemboca.
Misterio entonces del ocaso ardiente
cuando como en caricia el rayo ingrese
en la sima voraz se haga noche:
noche perfecta de los dos amantes.
A propósito de El ciprés de los silos, de Gerardo, los cuatro primeros versos fueron: Enhiesto surtidor de sombra y sueño/ que acojonas al cielo con tu lanza/ chochorro que a las estrellas casi alcanza/ de venado en si mismo en loco empeño.