Lo importante en el camino de la fe es el fruto.

Devocional Sendero Villaflora.
Lo importante en el camino de la fe es el fruto
Jesús les contó esta parábola: «Un hombre tenía una higuera plantada en su viñedo, y fue a ver si daba higos, pero no encontró ninguno. Así que le dijo al hombre que cuidaba el viñedo: “Mira, por tres años seguidos he venido a esta higuera en busca de fruto, pero nunca lo encuentro. Córtala, pues; ¿para qué ha de ocupar terreno inútilmente?” Pero el que cuidaba el terreno le contestó: “Señor, déjala todavía este año; voy a aflojarle la tierra y a echarle abono. Con eso tal vez dará fruto; y si no, ya la cortarás.”»
Lucas 13:6-9 DHH
Lo importante en el camino de la fe es el fruto. Jesús vino a sembrar la buena semilla, el amor de Dios en nuestros corazones, para que nos transforme, y por ella lleguemos a ser un reflejo de su amor en este mundo.
El amor de Dios nos transforma la vida y se hace visible a través de acciones de misericordia al prójimo. Si yo, por el amor de Dios, he recibido sabiduría, empatía, compasión o cualquier otro don, es para que haya sabiduría, empatía y compasión en el mundo. No me puedo guardar para mí lo que Dios me dio de pura gracia, sino que estoy llamado a dar fruto.
Los mejores frutos son los que surgen del amor, pues son reflejo directo del amor de Dios. Ya lo dijo Pablo: “si no tengo amor de nada me sirve… si no tengo amor nada soy” (1 Corintios 13: 2-3)
Los fruto del amor son la entrega, la solidaridad, la misericordia, el respeto, la ayuda mutua… practicando el amor de Dios es como contribuimos a Su obra aquí en la tierra, siendo la sal y la luz que la humanidad necesita.
Somos higueras plantadas, cuidadas, podadas, abonadas y regadas por el Señor, con un único fin: que lleguemos a dar fruto en él.
¿Estamos dando fruto en Jesús?