/////////////////////////.....VIVA EL 26 DE JULIO PATRIA O MUERTE...///////// ////////////////////////// LOS CUBANOS AMAMOS LA REVOLUCION////////////// //////////////////////////////////////////..CHE HEROE OF CUBA../////////////////////////////// /////////////////////////////////////////..CHE LIBERATOR OF CUBA..////////////////////////
1 DE ENERO 2025 FESTEJEN CUBANOS Y CUBANAS EN SU ANIVERSARIO 66 LOS FELICITO POR SER EL PRIMER PAIS DE AMERICA LIBRE Y SOCIALISTA DONDE EL PUEBLO ES EL QUE A MANTIENE EL SISTEMA SOCIALISTA APOYANDO SIEMPRE SU REVOLUCION Y SUS LIDERES NUNCA DEFRAUDARON AL COMANDANTE FIDEL CASTRO Y AHORA SIGUEN SU LEGADO MIS RESPETO PARA USTEDES PUEBLO REVOLUCIONARIO DE CUBA...PATRIA O MUERTE .
El pueblo cubano después de su revolución y bajo la dirección de Fidel Castro, ha tenido que soportar todo tipo de agresiones por parte de Estados Unidos que van desde la invasión por playa Girón (17 de abril de 1961), hasta el desbastador embargo comercial por más de 60 años (reforzado en los años noventa por las leyes Helms- Burton y Torricelli), que obstaculiza su normal desarrollo y contribuye a agravar la difícil situación económica. Con consecuencias trágicas para sus habitantes. Estados Unidos además desarrolla una guerra ideológica y mediática permanente contra la Habana a través de las potentes Radio Martí y Televisión Martí, instaladas en la Florida para inundar la isla de propaganda.
Fidel, el más preclaro hijo de Cuba en el siglo XX .. Demostró que sí se pudo, sí se puede y se podrá superar cualquier obstáculo, amenaza o turbulencia en nuestro firme empeño de construir el socialismo en Cuba, o lo que es lo mismo, ¡Garantizar la independencia y la soberanía de la patria! La autoridad de Fidel y su relación entrañable con el pueblo fueron determinantes para la heroica resistencia del país en los dramáticos años del periodo especial (…). Entonces pocos en el mundo apostaban por nuestra capacidad de resistir y vencer ante la adversidad y el reforzado cerco enemigo; sin embargo, nuestro pueblo bajo la conducción de Fidel dio una inolvidable lección de firmeza y lealtad a los principios de la Revolución. Al rememorar esos difíciles momentos, creo justo y pertinente retomar lo que sobre Fidel expresé el 26 de Julio de 1994, uno de los años más difíciles, en la Isla de la Juventud, hace más de 22 años, cito: «...el más preclaro hijo de Cuba en este siglo, aquel que nos demostró que sí se podía intentar la conquista del Cuartel Moncada; que sí se podía convertir aquel revés en victoria», que logramos cinco años, cinco meses y cinco días, aquel glorioso Primero de Enero de 1959, esto último añadido a las palabras textuales que dije en aquella ocasión. Nos demostró «que sí se podía llegar a las costas de Cuba en el yate Granma; que sí se podía resistir al enemigo, al hambre, a la lluvia y el frío, y organizar un ejército revolucionario en la Sierra Maestra tras la debacle de Alegría de Pío; que sí se podían abrir nuevos frentes guerrilleros en la provincia de Oriente, con las columnas de Almeida y la nuestra; que sí se podía derrotar con 300 fusiles la gran ofensiva de más de 10 000 soldados», que al ser derrotados el Che escribió en su Diario de Campaña, que con esa victoria se le había partido la columna vertebral al ejército de la tiranía; «que sí se podía repetir la epopeya de Maceo y Gómez, extendiendo con las columnas del Che y Camilo la lucha desde el oriente hasta el occidente de la isla; que sí se podía derrocar, con el respaldo de todo el pueblo, la tiranía batistiana apoyada por el imperialismo norteamericano. «Aquel que nos enseñó que sí se podía derrotar en 72 horas» y aún menos, «la invasión mercenaria de Playa Girón y proseguir al mismo tiempo la campaña para erradicar el analfabetismo en un año, como se logró en 1961. «Que sí se podía proclamar el carácter socialista de la Revolución a 90 millas del imperio, y cuando sus naves de guerra avanzaban hacia Cuba, tras las tropas de la brigada mercenaria; que sí se podía mantener con firmeza los principios irrenunciables de nuestra soberanía sin temer al chantaje nuclear de Estados Unidos en los días de la Crisis de los misiles en octubre de 1962. «Que sí se podía enviar ayuda solidaria a otros pueblos hermanos en lucha contra la opresión colonial, la agresión externa y el racismo. «Que sí se podía derrotar a los racistas sudafricanos, salvando la integridad territorial de Angola, forzando la independencia de Namibia y asestando un rudo golpe al régimen del apartheid. «Que sí se podía convertir a Cuba en una potencia médica, reducir la mortalidad infantil a la tasa más baja del Tercer Mundo, primero, y del otro mundo rico después; porque en este continente por lo menos tenemos menos mortalidad infantil de menores de un año de edad que Canadá y los propios Estados Unidos, y, a su vez, elevar considerablemente la esperanza de vida de nuestra población. «Que sí se podía transformar a Cuba en un gran polo científico, avanzar en los modernos y decisivos campos de la ingeniería genética y la biotecnología; insertarnos en el coto cerrado del comercio internacional de fármacos; desarrollar el turismo, pese al bloqueo norteamericano; construir pedraplenes en el mar para hacer de Cuba un archipiélago cada vez más atractivo, obteniendo de nuestras bellezas naturales un ingreso creciente de divisas. «Que sí se puede resistir, sobrevivir y desarrollarnos sin renunciar a los principios ni a las conquistas del socialismo en el mundo unipolar y de omnipotencia de las transnacionales que surgió después del derrumbe del campo socialista de Europa y de la desintegración de la Unión Soviética. «La permanente enseñanza de Fidel es que sí se puede, que el hombre es capaz de sobreponerse a las más duras condiciones si no desfallece su voluntad de vencer, hace una evaluación correcta de cada situación y no renuncia a sus justos y nobles principios». Esas palabras que expresé hace más de dos décadas sobre quien, tras el desastre del primer combate en Alegría de Pío (…), nunca perdió la fe en la victoria, y 13 días después, ya en las montañas de la Sierra Maestra, un 18 de diciembre del año mencionado, al reunir siete fusiles y un puñado de combatientes, exclamó: «¡Ahora sí ganamos la guerra!». Ese es el Fidel invicto que nos convoca con su ejemplo y con la demostración de que ¡Sí se pudo, sí se puede y sí se podrá! O sea, repito que demostró que sí se pudo, sí se puede y se podrá superar cualquier obstáculo, amenaza o turbulencia en nuestro firme empeño de construir el socialismo en Cuba, o lo que es lo mismo, ¡Garantizar la independencia y la soberanía de la patria! Nota: Fragmentos del discurso pronunciado por el Primer Secretario del Comité Central del Partido, el 3 de diciembre de 2016
Desde el 10 de marzo de 1952 hasta el 31 de diciembre de 1958, período que duró la dictadura de Fulgencio Batista en Cuba, hubo más de 20 mil muertos. La mayoría fueron asesinados por la Policía o la Guardia Rural, generalmente después de haber sido torturados de las formas más horribles que pueda imaginar un ser humano. En muchos casos, los asesinatos adquirieron categoría de masacres, porque no se trataba de una sola persona, sino de varias al mismo tiempo, después de ser apresadas en redadas nocturnas El primer hecho de ese tipo que me viene a la memoria ocurrió durante las festividades de Navidad en la antigua provincia de Oriente, cuando en una orgía de sangre fueron asesinados del 23 al 26 de diciembre de 1956, 23 jóvenes revolucionarios, que fueron sacados de sus casas, torturados y luego asesinados y tirados en carreteras, en el campo, debajo de un puente, colgados de un árbol… en lo que la dictadura denominó cínicamente Operación Regalo de Navidad y que el pueblo nombró las Pascuas Sangrientas. El 23 de noviembre de 1957, el coronel Fermín Cowley Gallegos, autor de las Pascuas Sangrientas y del asesinato en masa de los expedicionarios del yate Corynthia, pagó sus crímenes al ser ajusticiado en la ciudad de Holguín por miembros del Movimiento Revolucionario 26 de Julio. La muerte del sicario conmovió al régimen, y a las pocas horas, decenas de soldados en tanques y camiones detuvieron a cientos de ciudadanos para “interrogarlos” mediante las más crueles torturas. Los criminales tomaron venganza, y en una nueva orgía de sangre asesinaron, el 9 de diciembre, a seis jóvenes revolucionarios miembros del Movimiento 26 de julio. Otra de las masacres, que al recordarla, al cabo de casi 60 años, produce repulsión e indignación, es la que se conoce como la masacre de Cabañas, ocurrida en el poblado de ese nombre en la provincia de Pinar del Río. Todo comenzó como venganza por una acción guerrillera ocurrida en las cercanías el 16 de noviembre de 1958. Un artículo publicado recientemente por la Agencia Cubana de Noticias describe los hechos de la siguiente forma: “Los primeros asesinados fueron los jóvenes campesinos Bernardino y José Isabel Miranda, dos hermanos vecinos de San Claudio, quienes resultaron sospechosos a los sicarios por el único hecho de pasar muy temprano en la mañana por el lugar donde se produjo el ataque, en dirección a las labranzas del campo. “Ese mismo día en la noche fueron sacados de su casa, golpeados brutalmente y luego ahorcados en la cuneta de la carretera, donde los dejaron colgados como escarmiento y aviso de lo que ocurriría en jornadas sucesivas. “Al iniciar la tarde del 18, otro joven, Gonzalo Rivero, quien era retrasado mental, pagó por su curiosidad: un pelotón de “casquitos” que descendía de un camión, le entró a trompones y a culetazos, luego lo llevaron en dirección a las montañas donde resultó ultimado, junto a Octavio Campos, Regino Ramos y José Benito Díaz, quienes salieron en defensa del limitado mental. “A finales de la mañana del 19 de noviembre, un jeep cargado de soldados fue de casa en casa y por los centros de trabajo, en busca de supuestos colaboradores de las guerrillas y enemigos del régimen; los llevaron hasta el cuartel de la Guardia Rural, los despojaron de sus pertenencias y los sometieron a una golpiza que duró casi 12 horas, para luego asesinarlos y enterrarlos en la finca Guasimal. “De manera despiadada, los esbirros mataron en la madrugada del 20 de noviembre de 1958 a Domingo Álvarez, Modesto Trujillo, Francisco Rodríguez, Isidoro Roque, Roberto Nodarse y Marcos Antonio Lafá, así como a otros dos detenidos que no eran de Cabañas, pero que se encontraban presos en el cuartel y tuvieron que pagar la misma suerte. “Cuenta la trágica historia que a Marcos Antonio Lafá lo despojaron de sus zapatos y lo hicieron caminar descalzo sobre piedras y espinas, y que ya con los pies destrozados, y consciente de que su destino final era la muerte, se negó a continuar caminando y pidió que lo asesinaran allí mismo. “Francisco Rodríguez era un valiente miembro del Movimiento 26 de Julio, eso lo sabían los soldados, quienes también conocían de su probada hombría, por eso, al darse cuenta que no iba a delatar a sus compañeros, pese a las horribles torturas, lo castraron y luego- para “diversión” de los verdugos allí presentes- le amarraron sus genitales al cuello, poco antes de ahorcarlo como a los demás.“La pesadilla iniciada en Cabañas el 17 de noviembre del 58 y extendida hasta el 31 de diciembre del propio año, solo concluiría con la llegada de la Revolución el primero de enero de 1959.” Esa es la historia que nunca debemos olvidar.
Desde el 10 de marzo de 1952 hasta el 31 de diciembre de 1958, período que duró la dictadura de Fulgencio Batista en Cuba, hubo más de 20 mil muertos. La mayoría fueron asesinados por la Policía o la Guardia Rural, generalmente después de haber sido torturados de las formas más horribles que pueda imaginar un ser humano. En muchos casos, los asesinatos adquirieron categoría de masacres, porque no se trataba de una sola persona, sino de varias al mismo tiempo, después de ser apresadas en redadas nocturnas El primer hecho de ese tipo que me viene a la memoria ocurrió durante las festividades de Navidad en la antigua provincia de Oriente, cuando en una orgía de sangre fueron asesinados del 23 al 26 de diciembre de 1956, 23 jóvenes revolucionarios, que fueron sacados de sus casas, torturados y luego asesinados y tirados en carreteras, en el campo, debajo de un puente, colgados de un árbol… en lo que la dictadura denominó cínicamente Operación Regalo de Navidad y que el pueblo nombró las Pascuas Sangrientas. El 23 de noviembre de 1957, el coronel Fermín Cowley Gallegos, autor de las Pascuas Sangrientas y del asesinato en masa de los expedicionarios del yate Corynthia, pagó sus crímenes al ser ajusticiado en la ciudad de Holguín por miembros del Movimiento Revolucionario 26 de Julio. La muerte del sicario conmovió al régimen, y a las pocas horas, decenas de soldados en tanques y camiones detuvieron a cientos de ciudadanos para “interrogarlos” mediante las más crueles torturas. Los criminales tomaron venganza, y en una nueva orgía de sangre asesinaron, el 9 de diciembre, a seis jóvenes revolucionarios miembros del Movimiento 26 de julio. Otra de las masacres, que al recordarla, al cabo de casi 60 años, produce repulsión e indignación, es la que se conoce como la masacre de Cabañas, ocurrida en el poblado de ese nombre en la provincia de Pinar del Río. Todo comenzó como venganza por una acción guerrillera ocurrida en las cercanías el 16 de noviembre de 1958. Un artículo publicado recientemente por la Agencia Cubana de Noticias describe los hechos de la siguiente forma: “Los primeros asesinados fueron los jóvenes campesinos Bernardino y José Isabel Miranda, dos hermanos vecinos de San Claudio, quienes resultaron sospechosos a los sicarios por el único hecho de pasar muy temprano en la mañana por el lugar donde se produjo el ataque, en dirección a las labranzas del campo. “Ese mismo día en la noche fueron sacados de su casa, golpeados brutalmente y luego ahorcados en la cuneta de la carretera, donde los dejaron colgados como escarmiento y aviso de lo que ocurriría en jornadas sucesivas. “Al iniciar la tarde del 18, otro joven, Gonzalo Rivero, quien era retrasado mental, pagó por su curiosidad: un pelotón de “casquitos” que descendía de un camión, le entró a trompones y a culetazos, luego lo llevaron en dirección a las montañas donde resultó ultimado, junto a Octavio Campos, Regino Ramos y José Benito Díaz, quienes salieron en defensa del limitado mental. “A finales de la mañana del 19 de noviembre, un jeep cargado de soldados fue de casa en casa y por los centros de trabajo, en busca de supuestos colaboradores de las guerrillas y enemigos del régimen; los llevaron hasta el cuartel de la Guardia Rural, los despojaron de sus pertenencias y los sometieron a una golpiza que duró casi 12 horas, para luego asesinarlos y enterrarlos en la finca Guasimal. “De manera despiadada, los esbirros mataron en la madrugada del 20 de noviembre de 1958 a Domingo Álvarez, Modesto Trujillo, Francisco Rodríguez, Isidoro Roque, Roberto Nodarse y Marcos Antonio Lafá, así como a otros dos detenidos que no eran de Cabañas, pero que se encontraban presos en el cuartel y tuvieron que pagar la misma suerte. “Cuenta la trágica historia que a Marcos Antonio Lafá lo despojaron de sus zapatos y lo hicieron caminar descalzo sobre piedras y espinas, y que ya con los pies destrozados, y consciente de que su destino final era la muerte, se negó a continuar caminando y pidió que lo asesinaran allí mismo. “Francisco Rodríguez era un valiente miembro del Movimiento 26 de Julio, eso lo sabían los soldados, quienes también conocían de su probada hombría, por eso, al darse cuenta que no iba a delatar a sus compañeros, pese a las horribles torturas, lo castraron y luego- para “diversión” de los verdugos allí presentes- le amarraron sus genitales al cuello, poco antes de ahorcarlo como a los demás.“La pesadilla iniciada en Cabañas el 17 de noviembre del 58 y extendida hasta el 31 de diciembre del propio año, solo concluiría con la llegada de la Revolución el primero de enero de 1959.” Esa es la historia que nunca debemos olvidar.
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QUE GRANDE ERES DIAZ CANEL Y COMO NO SERLO SI ERES LA CONTINUIDAD DE NUESTRO LIBERTADOR INVICTO COMANDANTE FIDEL CASTRO!!!
«¡Pa' lo que sea Díaz-Canel!, ¡Pa' lo que sea!»
1 DE ENERO 2025 FESTEJEN CUBANOS Y CUBANAS EN SU ANIVERSARIO 66 LOS FELICITO POR SER EL PRIMER PAIS DE AMERICA LIBRE Y SOCIALISTA DONDE EL PUEBLO ES EL QUE A MANTIENE EL SISTEMA SOCIALISTA APOYANDO SIEMPRE SU REVOLUCION Y SUS LIDERES NUNCA DEFRAUDARON AL COMANDANTE FIDEL CASTRO Y AHORA SIGUEN SU LEGADO MIS RESPETO PARA USTEDES PUEBLO REVOLUCIONARIO DE CUBA...PATRIA O MUERTE .
«¡Pa' lo que sea Díaz-Canel!, ¡Pa' lo que sea!»th-cam.com/video/SZ1qUhxORGQ/w-d-xo.html
El pueblo cubano después de su revolución y bajo la dirección de Fidel Castro, ha tenido que soportar todo tipo de agresiones por parte de Estados Unidos que van desde la invasión por playa Girón (17 de abril de 1961), hasta el desbastador embargo comercial por más de 60 años (reforzado en los años noventa por las leyes Helms- Burton y Torricelli), que obstaculiza su normal desarrollo y contribuye a agravar la difícil situación económica. Con consecuencias trágicas para sus habitantes. Estados Unidos además desarrolla una guerra ideológica y mediática permanente contra la Habana a través de las potentes Radio Martí y Televisión Martí, instaladas en la Florida para inundar la isla de propaganda.
Fidel, el más preclaro hijo de Cuba en el siglo XX .. Demostró que sí se pudo, sí se puede y se podrá superar cualquier obstáculo, amenaza o turbulencia en nuestro firme empeño de construir el socialismo en Cuba, o lo que es lo mismo, ¡Garantizar la independencia y la soberanía de la patria! La autoridad de Fidel y su relación entrañable con el pueblo fueron determinantes para la heroica resistencia del país en los dramáticos años del periodo especial (…). Entonces pocos en el mundo apostaban por nuestra capacidad de resistir y vencer ante la adversidad y el reforzado cerco enemigo; sin embargo, nuestro pueblo bajo la conducción de Fidel dio una inolvidable lección de firmeza y lealtad a los principios de la Revolución. Al rememorar esos difíciles momentos, creo justo y pertinente retomar lo que sobre Fidel expresé el 26 de Julio de 1994, uno de los años más difíciles, en la Isla de la Juventud, hace más de 22 años, cito: «...el más preclaro hijo de Cuba en este siglo, aquel que nos demostró que sí se podía intentar la conquista del Cuartel Moncada; que sí se podía convertir aquel revés en victoria», que logramos cinco años, cinco meses y cinco días, aquel glorioso Primero de Enero de 1959, esto último añadido a las palabras textuales que dije en aquella ocasión. Nos demostró «que sí se podía llegar a las costas de Cuba en el yate Granma; que sí se podía resistir al enemigo, al hambre, a la lluvia y el frío, y organizar un ejército revolucionario en la Sierra Maestra tras la debacle de Alegría de Pío; que sí se podían abrir nuevos frentes guerrilleros en la provincia de Oriente, con las columnas de Almeida y la nuestra; que sí se podía derrotar con 300 fusiles la gran ofensiva de más de 10 000 soldados», que al ser derrotados el Che escribió en su Diario de Campaña, que con esa victoria se le había partido la columna vertebral al ejército de la tiranía; «que sí se podía repetir la epopeya de Maceo y Gómez, extendiendo con las columnas del Che y Camilo la lucha desde el oriente hasta el occidente de la isla; que sí se podía derrocar, con el respaldo de todo el pueblo, la tiranía batistiana apoyada por el imperialismo norteamericano. «Aquel que nos enseñó que sí se podía derrotar en 72 horas» y aún menos, «la invasión mercenaria de Playa Girón y proseguir al mismo tiempo la campaña para erradicar el analfabetismo en un año, como se logró en 1961. «Que sí se podía proclamar el carácter socialista de la Revolución a 90 millas del imperio, y cuando sus naves de guerra avanzaban hacia Cuba, tras las tropas de la brigada mercenaria; que sí se podía mantener con firmeza los principios irrenunciables de nuestra soberanía sin temer al chantaje nuclear de Estados Unidos en los días de la Crisis de los misiles en octubre de 1962. «Que sí se podía enviar ayuda solidaria a otros pueblos hermanos en lucha contra la opresión colonial, la agresión externa y el racismo. «Que sí se podía derrotar a los racistas sudafricanos, salvando la integridad territorial de Angola, forzando la independencia de Namibia y asestando un rudo golpe al régimen del apartheid. «Que sí se podía convertir a Cuba en una potencia médica, reducir la mortalidad infantil a la tasa más baja del Tercer Mundo, primero, y del otro mundo rico después; porque en este continente por lo menos tenemos menos mortalidad infantil de menores de un año de edad que Canadá y los propios Estados Unidos, y, a su vez, elevar considerablemente la esperanza de vida de nuestra población. «Que sí se podía transformar a Cuba en un gran polo científico, avanzar en los modernos y decisivos campos de la ingeniería genética y la biotecnología; insertarnos en el coto cerrado del comercio internacional de fármacos; desarrollar el turismo, pese al bloqueo norteamericano; construir pedraplenes en el mar para hacer de Cuba un archipiélago cada vez más atractivo, obteniendo de nuestras bellezas naturales un ingreso creciente de divisas. «Que sí se puede resistir, sobrevivir y desarrollarnos sin renunciar a los principios ni a las conquistas del socialismo en el mundo unipolar y de omnipotencia de las transnacionales que surgió después del derrumbe del campo socialista de Europa y de la desintegración de la Unión Soviética. «La permanente enseñanza de Fidel es que sí se puede, que el hombre es capaz de sobreponerse a las más duras condiciones si no desfallece su voluntad de vencer, hace una evaluación correcta de cada situación y no renuncia a sus justos y nobles principios». Esas palabras que expresé hace más de dos décadas sobre quien, tras el desastre del primer combate en Alegría de Pío (…), nunca perdió la fe en la victoria, y 13 días después, ya en las montañas de la Sierra Maestra, un 18 de diciembre del año mencionado, al reunir siete fusiles y un puñado de combatientes, exclamó: «¡Ahora sí ganamos la guerra!». Ese es el Fidel invicto que nos convoca con su ejemplo y con la demostración de que ¡Sí se pudo, sí se puede y sí se podrá! O sea, repito que demostró que sí se pudo, sí se puede y se podrá superar cualquier obstáculo, amenaza o turbulencia en nuestro firme empeño de construir el socialismo en Cuba, o lo que es lo mismo, ¡Garantizar la independencia y la soberanía de la patria! Nota: Fragmentos del discurso pronunciado por el Primer Secretario del Comité Central del Partido, el 3 de diciembre de 2016
Desde el 10 de marzo de 1952 hasta el 31 de diciembre de 1958, período que duró la dictadura de Fulgencio Batista en Cuba, hubo más de 20 mil muertos. La mayoría fueron asesinados por la Policía o la Guardia Rural, generalmente después de haber sido torturados de las formas más horribles que pueda imaginar un ser humano.
En muchos casos, los asesinatos adquirieron categoría de masacres, porque no se trataba de una sola persona, sino de varias al mismo tiempo, después de ser apresadas en redadas nocturnas El primer hecho de ese tipo que me viene a la memoria ocurrió durante las festividades de Navidad en la antigua provincia de Oriente, cuando en una orgía de sangre fueron asesinados del 23 al 26 de diciembre de 1956, 23 jóvenes revolucionarios, que fueron sacados de sus casas, torturados y luego asesinados y tirados en carreteras, en el campo, debajo de un puente, colgados de un árbol… en lo que la dictadura denominó cínicamente Operación Regalo de Navidad y que el pueblo nombró las Pascuas Sangrientas. El 23 de noviembre de 1957, el coronel Fermín Cowley Gallegos, autor de las Pascuas Sangrientas y del asesinato en masa de los expedicionarios del yate Corynthia, pagó sus crímenes al ser ajusticiado en la ciudad de Holguín por miembros del Movimiento Revolucionario 26 de Julio. La muerte del sicario conmovió al régimen, y a las pocas horas, decenas de soldados en tanques y camiones detuvieron a cientos de ciudadanos para “interrogarlos” mediante las más crueles torturas. Los criminales tomaron venganza, y en una nueva orgía de sangre asesinaron, el 9 de diciembre, a seis jóvenes revolucionarios miembros del Movimiento 26 de julio. Otra de las masacres, que al recordarla, al cabo de casi 60 años, produce repulsión e indignación, es la que se conoce como la masacre de Cabañas, ocurrida en el poblado de ese nombre en la provincia de Pinar del Río. Todo comenzó como venganza por una acción guerrillera ocurrida en las cercanías el 16 de noviembre de 1958. Un artículo publicado recientemente por la Agencia Cubana de Noticias describe los hechos de la siguiente forma: “Los primeros asesinados fueron los jóvenes campesinos Bernardino y José Isabel Miranda, dos hermanos vecinos de San Claudio, quienes resultaron sospechosos a los sicarios por el único hecho de pasar muy temprano en la mañana por el lugar donde se produjo el ataque, en dirección a las labranzas del campo. “Ese mismo día en la noche fueron sacados de su casa, golpeados brutalmente y luego ahorcados en la cuneta de la carretera, donde los dejaron colgados como escarmiento y aviso de lo que ocurriría en jornadas sucesivas. “Al iniciar la tarde del 18, otro joven, Gonzalo Rivero, quien era retrasado mental, pagó por su curiosidad: un pelotón de “casquitos” que descendía de un camión, le entró a trompones y a culetazos, luego lo llevaron en dirección a las montañas donde resultó ultimado, junto a Octavio Campos, Regino Ramos y José Benito Díaz, quienes salieron en defensa del limitado mental. “A finales de la mañana del 19 de noviembre, un jeep cargado de soldados fue de casa en casa y por los centros de trabajo, en busca de supuestos colaboradores de las guerrillas y enemigos del régimen; los llevaron hasta el cuartel de la Guardia Rural, los despojaron de sus pertenencias y los sometieron a una golpiza que duró casi 12 horas, para luego asesinarlos y enterrarlos en la finca Guasimal. “De manera despiadada, los esbirros mataron en la madrugada del 20 de noviembre de 1958 a Domingo Álvarez, Modesto Trujillo, Francisco Rodríguez, Isidoro Roque, Roberto Nodarse y Marcos Antonio Lafá, así como a otros dos detenidos que no eran de Cabañas, pero que se encontraban presos en el cuartel y tuvieron que pagar la misma suerte. “Cuenta la trágica historia que a Marcos Antonio Lafá lo despojaron de sus zapatos y lo hicieron caminar descalzo sobre piedras y espinas, y que ya con los pies destrozados, y consciente de que su destino final era la muerte, se negó a continuar caminando y pidió que lo asesinaran allí mismo. “Francisco Rodríguez era un valiente miembro del Movimiento 26 de Julio, eso lo sabían los soldados, quienes también conocían de su probada hombría, por eso, al darse cuenta que no iba a delatar a sus compañeros, pese a las horribles torturas, lo castraron y luego- para “diversión” de los verdugos allí presentes- le amarraron sus genitales al cuello, poco antes de ahorcarlo como a los demás.“La pesadilla iniciada en Cabañas el 17 de noviembre del 58 y extendida hasta el 31 de diciembre del propio año, solo concluiría con la llegada de la Revolución el primero de enero de 1959.”
Esa es la historia que nunca debemos olvidar.
Desde el 10 de marzo de 1952 hasta el 31 de diciembre de 1958, período que duró la dictadura de Fulgencio Batista en Cuba, hubo más de 20 mil muertos. La mayoría fueron asesinados por la Policía o la Guardia Rural, generalmente después de haber sido torturados de las formas más horribles que pueda imaginar un ser humano.
En muchos casos, los asesinatos adquirieron categoría de masacres, porque no se trataba de una sola persona, sino de varias al mismo tiempo, después de ser apresadas en redadas nocturnas El primer hecho de ese tipo que me viene a la memoria ocurrió durante las festividades de Navidad en la antigua provincia de Oriente, cuando en una orgía de sangre fueron asesinados del 23 al 26 de diciembre de 1956, 23 jóvenes revolucionarios, que fueron sacados de sus casas, torturados y luego asesinados y tirados en carreteras, en el campo, debajo de un puente, colgados de un árbol… en lo que la dictadura denominó cínicamente Operación Regalo de Navidad y que el pueblo nombró las Pascuas Sangrientas. El 23 de noviembre de 1957, el coronel Fermín Cowley Gallegos, autor de las Pascuas Sangrientas y del asesinato en masa de los expedicionarios del yate Corynthia, pagó sus crímenes al ser ajusticiado en la ciudad de Holguín por miembros del Movimiento Revolucionario 26 de Julio. La muerte del sicario conmovió al régimen, y a las pocas horas, decenas de soldados en tanques y camiones detuvieron a cientos de ciudadanos para “interrogarlos” mediante las más crueles torturas. Los criminales tomaron venganza, y en una nueva orgía de sangre asesinaron, el 9 de diciembre, a seis jóvenes revolucionarios miembros del Movimiento 26 de julio. Otra de las masacres, que al recordarla, al cabo de casi 60 años, produce repulsión e indignación, es la que se conoce como la masacre de Cabañas, ocurrida en el poblado de ese nombre en la provincia de Pinar del Río. Todo comenzó como venganza por una acción guerrillera ocurrida en las cercanías el 16 de noviembre de 1958. Un artículo publicado recientemente por la Agencia Cubana de Noticias describe los hechos de la siguiente forma: “Los primeros asesinados fueron los jóvenes campesinos Bernardino y José Isabel Miranda, dos hermanos vecinos de San Claudio, quienes resultaron sospechosos a los sicarios por el único hecho de pasar muy temprano en la mañana por el lugar donde se produjo el ataque, en dirección a las labranzas del campo. “Ese mismo día en la noche fueron sacados de su casa, golpeados brutalmente y luego ahorcados en la cuneta de la carretera, donde los dejaron colgados como escarmiento y aviso de lo que ocurriría en jornadas sucesivas. “Al iniciar la tarde del 18, otro joven, Gonzalo Rivero, quien era retrasado mental, pagó por su curiosidad: un pelotón de “casquitos” que descendía de un camión, le entró a trompones y a culetazos, luego lo llevaron en dirección a las montañas donde resultó ultimado, junto a Octavio Campos, Regino Ramos y José Benito Díaz, quienes salieron en defensa del limitado mental. “A finales de la mañana del 19 de noviembre, un jeep cargado de soldados fue de casa en casa y por los centros de trabajo, en busca de supuestos colaboradores de las guerrillas y enemigos del régimen; los llevaron hasta el cuartel de la Guardia Rural, los despojaron de sus pertenencias y los sometieron a una golpiza que duró casi 12 horas, para luego asesinarlos y enterrarlos en la finca Guasimal. “De manera despiadada, los esbirros mataron en la madrugada del 20 de noviembre de 1958 a Domingo Álvarez, Modesto Trujillo, Francisco Rodríguez, Isidoro Roque, Roberto Nodarse y Marcos Antonio Lafá, así como a otros dos detenidos que no eran de Cabañas, pero que se encontraban presos en el cuartel y tuvieron que pagar la misma suerte. “Cuenta la trágica historia que a Marcos Antonio Lafá lo despojaron de sus zapatos y lo hicieron caminar descalzo sobre piedras y espinas, y que ya con los pies destrozados, y consciente de que su destino final era la muerte, se negó a continuar caminando y pidió que lo asesinaran allí mismo. “Francisco Rodríguez era un valiente miembro del Movimiento 26 de Julio, eso lo sabían los soldados, quienes también conocían de su probada hombría, por eso, al darse cuenta que no iba a delatar a sus compañeros, pese a las horribles torturas, lo castraron y luego- para “diversión” de los verdugos allí presentes- le amarraron sus genitales al cuello, poco antes de ahorcarlo como a los demás.“La pesadilla iniciada en Cabañas el 17 de noviembre del 58 y extendida hasta el 31 de diciembre del propio año, solo concluiría con la llegada de la Revolución el primero de enero de 1959.”
Esa es la historia que nunca debemos olvidar.