m salgo asi orita en cuarentena ire papa a mi ya me salio pero no me iso nada yo estaba en el llano papa i mire qsi es berda benia del caserio a las 12.y 30 yba yo en la bisicleta y mire papa q si asusta aaagi mijo no
Soy de peru, y quisiera hacer un audiorelato de su tierra, me parece muy muy interesante el personaje, me estoy tratando de documentar de la historia y las fuentes por que no quisiera errar en nada uds tienen mucho tiempo oyendo esos relatos pero recien me entero de la historia, realemnte muy buena. saludos.
El Silbón, Silbador, Desandas, Canilludo, Sinfín o Finfín. Es una leyenda de Orígen venezolano, pero que también tiene repercusión en la Hermana Colombia simultáneamente. Trata de la aparición de un hombre que fue maldito por asesinar a su padre y el abuelo le propinó el castigo más fuerte que se le pudo dar por tal crímen. Existen dos versiones que son igual de válidas ya que ambas tienen el mismo desenlace: la primera habla de un reclamo que tuvo el futuro silbón a su padre, porque éste último se había propasado con la mujer del primero. El padre al confesar lo sucedido dijo que lo hizo porque la mujer del Silbón era una ofrecida o una cualquiera. Luego el joven se llenó de ira y se forma una pelea entre los dos, pero el hijo de un solo garrotazo le tumba al suelo y lo mata al instante ahorcándolo. El abuelo al enterarse de ésto mandó a atarlo a un poste y darle una serie de latigazos con un mandadór de pescuezo (que consiste en una larga vara de madera y un cordón de cuero de dos tiras, amarradas en la punta del palo del mismo tamaño y terminadas en un nudo al otro extremo) al tiempo que le regañaba diciendo "El Hijo que golpea a su padre se le pone la mano chiquita, pero si lo mata queda por siempre maldito!!", luego le riega picante en las heridas y para terminar, le suelta un perro rabioso que no había comido en días, llamado "Tureco". Desde ése día el animal le persigue y le muerde los talones. La otra versión es la que se cuenta aquí al principio sobre un muchacho malcriado que quería comer asaduras (hígado, corazón y bofe) de venado y su padre para complacerlo se fue al monte a cazar uno para él. Pero con tan mala suerte que no logra conseguir dicho animal y se tarda. Al ver el muchacho que su papá no llegaba, se fue a buscarlo al monte y dándose cuenta de que no traía nada lo mata, le saca las entrañas y se las da a su mamá para que las cocine sin que ella se entere de qué o quién eran. Cuando la mujer ve que no ablandaban, le preguntó a su hijo y éste confesó que eran las de su padre asesinado. La madre desesperada llama al abuelo y acto seguido comienza el castigo antes mencionado con el mandadór, el picante y el perro. El Silbón tiene cómo condena el llevar en un saco al hombro, los huesos de su padre y de cada víctima que cae en sus garras. Emite un silbido espeluznante que se asemeja a las notas de la escala musical (Do, Re, Mi, Fa, Sol, La Si.), al cuál debe su nombre y además se tiene por creencia que si se escucha cerca, está lejos, pero si se escucha lejos, está cerca. Se dice que es tan alto que sus piernas le pasan de la cabeza y por eso en los pueblos del Estado Portuguesa (su lugar de orígen) le llaman Canilludo. En Apure y Barinas le llaman Sinfín o Finfín porque está condenado a vagar por la eternidad. Sus días de aparición más fuertes suceden durante el mes de Mayo, cuando caen las lluvias y se anegan los caminos de agua. Se aparece a los borrachos y parranderos a quienes golpea severamente y les chupa el ombligo para sacarles el licor. Otros no tienen la misma suerte y son despedazados para ser llevados en el saco. También se suele aparecer a mujeres embarazadas o que están a punto de dar a luz. Se dice que tiene por costumbre meterse a las casas durante la noche a descargar el costal de huesos y contar uno por uno los que lleva. Si alguien lo escucha, no pasa nada, pero si nadie logra oírlo un familiar cercano a la familia muere al día siguiente sin explicación alguna. Para librarse de sus acechanzas, es necesario tener a la mano el ya mencionado mandadór, el frasco de picante o un perro preferiblemente de raza grande, ya que a éstos les tiene miedo porque le recuerdan a los usados durante su castigo.
Esto si me puso los pelos de punta 😖😲😲😲😲
Me encanta...
maravillosooooo
me acuerdo cuando estaba pequeñita en la mañana como a las 6 de la mañana, eschabamos esta historia, mis hermanos y yo.....que recuerdos.
m salgo asi orita en cuarentena
ire papa a mi ya me salio pero no me iso nada yo estaba en el llano papa i mire qsi es berda benia del caserio a las 12.y 30 yba yo en la bisicleta y mire papa q si asusta aaagi mijo no
Muy bueno nuestro folklore venezolano viva el despertar de nuestro pueblo no juegue
bueno relatos de nuestras tierras
Muí buenos
como venezuela no hay 2
Soy de peru, y quisiera hacer un audiorelato de su tierra, me parece muy muy interesante el personaje, me estoy tratando de documentar de la historia y las fuentes por que no quisiera errar en nada uds tienen mucho tiempo oyendo esos relatos pero recien me entero de la historia, realemnte muy buena. saludos.
El Silbón, Silbador, Desandas, Canilludo, Sinfín o Finfín. Es una leyenda de Orígen venezolano, pero que también tiene repercusión en la Hermana Colombia simultáneamente. Trata de la aparición de un hombre que fue maldito por asesinar a su padre y el abuelo le propinó el castigo más fuerte que se le pudo dar por tal crímen.
Existen dos versiones que son igual de válidas ya que ambas tienen el mismo desenlace: la primera habla de un reclamo que tuvo el futuro silbón a su padre, porque éste último se había propasado con la mujer del primero. El padre al confesar lo sucedido dijo que lo hizo porque la mujer del Silbón era una ofrecida o una cualquiera. Luego el joven se llenó de ira y se forma una pelea entre los dos, pero el hijo de un solo garrotazo le tumba al suelo y lo mata al instante ahorcándolo. El abuelo al enterarse de ésto mandó a atarlo a un poste y darle una serie de latigazos con un mandadór de pescuezo (que consiste en una larga vara de madera y un cordón de cuero de dos tiras, amarradas en la punta del palo del mismo tamaño y terminadas en un nudo al otro extremo) al tiempo que le regañaba diciendo "El Hijo que golpea a su padre se le pone la mano chiquita, pero si lo mata queda por siempre maldito!!", luego le riega picante en las heridas y para terminar, le suelta un perro rabioso que no había comido en días, llamado "Tureco". Desde ése día el animal le persigue y le muerde los talones.
La otra versión es la que se cuenta aquí al principio sobre un muchacho malcriado que quería comer asaduras (hígado, corazón y bofe) de venado y su padre para complacerlo se fue al monte a cazar uno para él. Pero con tan mala suerte que no logra conseguir dicho animal y se tarda. Al ver el muchacho que su papá no llegaba, se fue a buscarlo al monte y dándose cuenta de que no traía nada lo mata, le saca las entrañas y se las da a su mamá para que las cocine sin que ella se entere de qué o quién eran. Cuando la mujer ve que no ablandaban, le preguntó a su hijo y éste confesó que eran las de su padre asesinado. La madre desesperada llama al abuelo y acto seguido comienza el castigo antes mencionado con el mandadór, el picante y el perro.
El Silbón tiene cómo condena el llevar en un saco al hombro, los huesos de su padre y de cada víctima que cae en sus garras. Emite un silbido espeluznante que se asemeja a las notas de la escala musical (Do, Re, Mi, Fa, Sol, La Si.), al cuál debe su nombre y además se tiene por creencia que si se escucha cerca, está lejos, pero si se escucha lejos, está cerca.
Se dice que es tan alto que sus piernas le pasan de la cabeza y por eso en los pueblos del Estado Portuguesa (su lugar de orígen) le llaman Canilludo. En Apure y Barinas le llaman Sinfín o Finfín porque está condenado a vagar por la eternidad.
Sus días de aparición más fuertes suceden durante el mes de Mayo, cuando caen las lluvias y se anegan los caminos de agua. Se aparece a los borrachos y parranderos a quienes golpea severamente y les chupa el ombligo para sacarles el licor. Otros no tienen la misma suerte y son despedazados para ser llevados en el saco. También se suele aparecer a mujeres embarazadas o que están a punto de dar a luz.
Se dice que tiene por costumbre meterse a las casas durante la noche a descargar el costal de huesos y contar uno por uno los que lleva. Si alguien lo escucha, no pasa nada, pero si nadie logra oírlo un familiar cercano a la familia muere al día siguiente sin explicación alguna. Para librarse de sus acechanzas, es necesario tener a la mano el ya mencionado mandadór, el frasco de picante o un perro preferiblemente de raza grande, ya que a éstos les tiene miedo porque le recuerdan a los usados durante su castigo.
como se llama la cancion pana
De verdad! -> goo.gl\hkyQJ
de quien es la voz del locutor?
miren parientes eso es verdad,yo lo e escuchado y esa pija asusta
ALFREDO ACUÑA ZAPATA